“Mensajes” para después de una cuarentena

2020-05-29

La humanidad ha estado engañada durante milenios, no por nadie (un complot de Bill Gates o George Soros) sino por sí misma. La verdad no era algo único, a lo cual accedían unos privilegiados para contárnoslo, sacerdotes, sabios, gurus o iluminados, sino que la sabiduría es de carácter colaborativo: la creamos a cada rato entre todos. Escribe Joaquín G. Weil.

En esta cuarentena de sesenta días, valga la contradicción del Gobierno, todos nos hemos vuelto un poco filosóficos. Las circunstancias barrieron las rutinas y nos hemos lanzado hacia lo trascendente.

Por una parte estamos con voluntad de comunicar y, por otro lado, estamos sedientos de claves que nos permitan descifrar una situación donde lo único previsible es el pasado.

La experiencia no nos asiste, pues aquellos que vivieron una situación parecida (la gripe española, que era más bien estadounidense) ya se fueron hace tiempo: nuestros abuelos o bisabuelos. Y las referencias a los libros históricos sobre plagas y pandemias sólo son relativamente aplicables a un entorno muy diferente, tecnológico y globalizado.

En ocasiones nos embelesamos contemplando una brizna de hierba como si su verde nos diera las claves del futuro.

Hemos pasado una “noche oscura del alma” colectiva, con sirenas de la policía y aplausos a las ocho. Sí. La noche oscura que decía Juan de la Cruz no era más que una movida de silla para el ego, desde su latría narcisista hasta la apertura hacia una nueva consciencia. Y ahora nos toca “reinventarnos”, que es la palabra clave del momento para los posicionamientos SEO en las búsquedas de Google.

Los optimistas puros ya murieron, no hace unos días, semanas o meses, sino hace milenios: fueron los primeros que se lanzaron a la cacería del mamut y del rinoceronte lanudo, los que eligieron las regiones sin mapas y las rutas ignotas, o se desabrocharon la guerrera para saltar de la trinchera en el campo de batalla. Ahora quedamos los optimistas matizados. Y los pesimistas, que antes tanto acertaban, ahora se equivocan en sus eternos miedos de cisnes negros.

Como toda crisis, esta de ahora ha barrido con antiguas tecnologías y ha impuesto o confirmado unas nuevas. Lo online ha arrasado lo presencial, lo virtual a lo real: medios de comunicación para una ciudadanía aislada.

En este panorama surge la serie Mensajes para difusión en redes sociales impulsada por YogaSala Málaga. Un proyecto colaborativo y abierto para que personas que así lo quieran puedan emitir su “mensaje” y al mismo tiempo darse a conocer y dar a conocer su trabajo.

María, Lola, Juan, Mijael, Rubi, Nelson, Andrea, Naren, Rafael, Roberto y Joaquín ya han enviado su “mensaje”.

– «Sólo evolucionamos cuando nos preguntamos el por qué de las cosas».

– «Razones para la gratitud».

– «Respirar, sentir la blancura de un muro construido hace tiempo.»

– “He vuelto al contacto con la tierra”.

– “Busco la libertad interior”.

Estos son algunos de los “mensajes” que hasta ahora hemos recibido y emitido.

Si quieres participar envíanos un vídeo grabado en horizontal (para YouTube) de aproximadamente entre uno y cinco minutos. Anótanos también tu nombre, oficio y datos de contacto para la descripción del vídeo a yogamalaga@yahoo.es

Si bien, la mayoría de los mensajes se están refiriendo a las circunstancias actuales, el tema es libre.

También se agradecen los likes en los vídeos, que los compartas y te suscribas al canal de YogaSala en YouTube.

Gracias a Patricia Guerrero Blanco por ilustración de la portada de la serie.

Por si te interesa el documento, esta conversación de whatsapp:

[15:01, 28/5/2020] XXXX: me salen “quejas” ya he grabado 4 vídeos y… a ver si a la 5 va la vencida y sale más corto, mucho más corto…
[16:05, 28/5/2020] Joaquín G Weil: Suele ocurrir, XXXX. A mí también me pasó. Es por la falta de familiaridad con el medio. Y eso que tu tienes bien de soltura y desparpajo en la vida real. Sin embargo, hablarle a una máquina nos resulta raro. Es más fácil la grabación de una entrevista o conferencia. Es un entrenamiento o juego interesante para el ego y su imagen. Hablar a través de la propia imagen como quien maneja su muñeco de ventrílocuo.

Joaquín G Weil
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Fb: Yoga Sala Malaga @yogasala.malaga