Las personas que menos se estresan en este mundo son aquellas en las que impera el pensamiento positivo. Escribe Beatriz Recio.
Quienes piensan de un modo positivo tienen una capacidad extra para amortiguar los efectos psicológicos del estrés, como la apatía, la ansiedad o la irritabilidad. Asimismo, saben motivarse y desenvolverse mejor, su salud es buena y resisten bien físicamente también a los peligrosos efectos del estrés.
Pensar de forma positiva no significa ver la vida de color de rosa o negar los problemas, sino buscarles el lado bueno a todas las circunstancias y situaciones que nos plantea la vida o, por lo menos, no quedarse atascado en los pensamientos negativos.
Estoy segura de que conocerás a personas (o igual eres tú una de ellas),que siempre ven primero lo negativo de una situación. Lo que hacen es, como me gusta decirlo, buscarle a cada solución un problema.
La forma de pensar es en muchos casos hereditaria, es decir, aprendemos desde pequeños a analizar lo que nos sucede o lo que les sucede a los demás y a ponerle un calificativo: Terrible, muy malo, malo, regular, bueno, bastante bueno, muy bueno, excelente.
Si tus padres y educadores tenían una tendencia a pensar en negativo, es probable que hayas heredado esa forma de pensar y que te cueste ver el lado bueno o positivo de la vida. Esto se acentúa cuando se está sometido a altos niveles de estrés: la persona negativa se queda atascada en su terribilización y no es capaz de ver una salida más constructiva y positiva a esa situación.
La buena noticia es que la forma de pensar puede cambiarse. Uno puede aprender a tener pensamientos más realistas y positivos, lo que le acercará más rápidamente a sus propósitos y le permitirá disfrutar mucho más de su vida.
6 estrategias para tener una mente positiva
Estrategia 1: Reconoce tus pautas de pensamiento negativo
Quiero que hagas memoria y digas en alto dos expresiones que sueles usar habitualmente y que sabes que son bastante negativas. Te pongo unos ejemplos:
- ¡Estoy harto! Esta situación no tiene solución.
- ¡Me pone enfermo! No aguanto a fulanito.
- ¡Odio tener que esperar en la cola del súper todos los días! ¡Es insoportable!
Estas expresiones son bastante negativas y lo que hacen, en vez de facilitarnos la vida, es ponerle aún más carga a la situación que estamos viviendo. Es mejor dejar de decirlas con tanta frecuencia y usarlas sólo cuando realmente sea necesario (muy pocas veces).
Es esencial recordar que las personas negativas suelen concentrarse desmesuradamente en los aspectos negativos, con lo cual tampoco están viendo la realidad tal cual es, pues sólo ven un lado de las cosas…No siempre resulta fácil ver «el lado bueno», especialmente cuando se está estresado, pero al menos hay que reconocer que existen diferentes formas de percibir una situación y tratar de prestarles atención.
Estrategia 2: Detener las pautas de pensamiento negativo
Un modo de fomentar el pensamiento positivo es darse cuenta de la calidad de pensamientos que estamos teniendo a lo largo del día. En cuanto constates que tus sentimientos son negativos, trata de resistir la tentación de sumergirte en la tristeza y en la derrota. Trata de que tus pensamientos sean racionales y haz un esfuerzo por ver el otro lado, el lado luminoso, donde existen soluciones y esperanzas.
Es mejor no pensar en términos de «todo» o «nada». Por ejemplo:
- Todo me sale mal.
- Nunca haré nada bien.
- Nunca encontraré a mi pareja ideal.
- Toda la gente me odia y se burla de mí.
- No caigo bien a nadie.
- Nada me hace feliz.
Estrategia 3: Anticipación
Otra estrategia muy efectiva para estimular el pensamiento positivo es la anticipación: imaginar, paso a paso, un acontecimiento que puede producirnos estrés y verse a sí mismo haciendo eso que nos asusta o nos estresa de forma relajada, de forma alegre y exitosa.
Imagina que tienes que ir a una entrevista de trabajo: en vez de tener pensamientos negativos en los que te ves a ti mismo con cara angustiada, perdido ante las preguntas del reclutador, visualízate a ti mismo sonriente, con una postura corporal que denota seguridad y confianza, respondiendo con soltura al entrevistador y saliendo de allí con una buena sensación.
Los deportistas de élite utilizan con mucha frecuencia este tipo de visualizaciones de anticipación y ellos mismos declaran que les ayuda muchísimo a hacer mejores marcas, a tener menos ansiedad, etc.
Y tú, ¿vas a ponerlo en práctica? Espero que sí, verás cómo te ayuda.
Estrategia 4: Enfatizar lo positivo
Generalmente se tiende a ignorar o a no dar tanta importancia a las facetas positivas de la vida, sobre todo cuando se está sometido a un nivel alto de estrés. El miedo, la incertidumbre, la indecisión… hacen que las situaciones positivas pasen desapercibidas y se disuelvan en medio de tanta oscuridad.
Una buena estrategia para pensar de modo positivo es elaborar una lista con los aspectos positivos de nuestra vida. Puedes hacerla cada noche, al irte a la cama: enumera todo lo bueno que ha habido en tu vida. No hace falta que sean grandes cosas, también cuentan los pequeños detalles, los pequeños instantes.
Para ser una persona más positiva debes inclinar la balanza hacia el lado de los pensamientos positivos, ¡no hay trucos ni atajos!
Estrategia 5: Autovalorarse
El psicólogo americano Carl Rogers (1902-1987), creador de la Terapia Centrada en el Cliente, creía firmemente que cada persona posee una valía intrínseca. Constató que el pensamiento positivo es más habitual en individuos que han disfrutado de consideración positiva incondicional por parte de sus padres o de otras personas próximas. Rogers sugirió que, en la edad adulta, una persona puede aprender a tenerse a sí misma en una óptima consideración y convertirse en su mejor aliado.
Con el trabajo correcto, tú también puedes conseguirlo. Así, tus pautas de pensamiento tenderán a ser positivas de forma natural.
Estrategia 6: Autosugestión
¿Te suenan las frases de tipo: «Soy una persona valiosa y tengo mucho que ofrecer», «Cada día me siento más seguro de mí mismo y lo transmito a los demás»?
Estas afirmaciones forman parte de la autosugestión. Émile Coué, químico y psicoterapeuta francés, desarrolló la estrategia de autosugestión a finales del siglo XIX. El método Coué se fundamenta en la repetición diaria de afirmaciones positivas acerca de uno mismo. Estas afirmaciones, si se realizan después de una relajación profunda, son mucho más efectivas y trabajan directamente sobre la mente inconsciente.
Ejercicio práctico: Toma papel y lápiz y anota las cinco afirmaciones positivas con las que vas a empezar a trabajar a partir de mañana.
Espero que estas 6 estrategias te hayan ayudado a ser una persona más positiva. Recuerda que no podemos cambiar lo que nos sucede pero sí lo que nos decimos a nosotros mismos acerca de ello.
Gracias por compartir este artículo en tus redes sociales y así hacer que más y más personas dejen la negatividad a un lado y construyan una mente positiva.
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Beatriz Recio. Creadora de www.zencoachingparatuvida.com