Las tres ayudas vitales del Yoga – 2ª parte

2016-07-25

¿Cómo ayuda el Yoga a vencer la enfermedad y, en concreto, a sanar de un cáncer? A lo largo de tres entregas, Raquel Webb, responsable de la Escuela Internacional de Yoga en Cádiz y Sevilla, comparte su experiencia y su propia investigación sobre lo que ella llama “las tres ayudas vitales del Yoga”. (Ver aquí la primera parte)

mariposa

El cáncer me robó el aliento, el Yoga me lo devuelve día a día. Recibir la noticia de que padecía cáncer de colon con metástasis en fase cuatro fue como si me apuntaran con una pistola en la cabeza. Ese instante, de apenas unos segundos de duración, quedaron suspendidos en la eternidad, y han transmutado en un proceso profundo e intenso donde el Yoga es el eje central. Hoy elijo compartir contigo este proceso.

En la entrega anterior expliqué como me ayudó la Observación (primera ayuda). Hoy comparto la siguiente:

Ayuda Vital 2 – La fuerza psicofísica

Metodología de Yoga en la enfermedad:

  1. Posturas
  2. Respiración
  3. Meditación y consciencia
  4. Relajación

Posturas

Al practicar Yoga comprendemos una serie de asanas tanto en estático cómo en movimiento. Durante la práctica se van a notar beneficios físicos y terapéuticos de igual magnitud.

En mi caso, estoy en cama dos semanas de cada mes. De los 28 meses que llevo enferma, aproximadamente 10 meses los he pasado en cama, siendo la fatiga crónica nuestro peor enemigo, debilitando la mente, afectando a nuestro estado anímico (tristeza, desolación, insomnio, irritación, ansiedad: son algunos de los estados que llego a padecer).

El Yoga contribuye directamente:

  • a fortalecer el sistema inmunológico.
  • a estimular y equilibrar todos los sistemas del cuerpo humano: respiratorio, nervioso, hormonal, linfático, circulatorio, digestivo y de eliminación.
  • a manejar el dolor, el miedo y la ansiedad.
  • a desintoxicar.
  • a mantener la masa muscular que perdemos durante la enfermedad.
  • al bienestar general y consecuentemente nos empodera.

Categorizo aquí los tipos de posturas que nos favorecen en la enfermedad y que se practican en las clases de Yoga:

  • Posturas de torsión promueven la desintoxicación y la eliminación.
  • Posturas de recogimiento para hallar la calma y la compasión.
  • Posturas de apertura para cultivar la aceptación y la entrega.
  • Posturas de fuerza para proporcionar el empoderamiento.

El Yoga se adapta a las personas y no las personas al Yoga. Puedes encontrar clases a tu medida, desde Yoga restaurativo, Yin-Yoga, Yoga Terapéutico a Hatha Yoga de diferentes niveles. La clave es que te sientas sintonía con el profesor y que comprenda cuáles son tus necesidades dentro de tu capacidad física. Ten en consideración que debe ser un profesor de Yoga certificado por la Yoga Alliance.

Respiración

Respirar es el acto de mover aire dentro y fuera del cuerpo oxigenando nuestras células para que crezcan, se mantengan sanas y vivas.

La respiración en Yoga, como comenté anteriormente, es el puente entre la mente y el cuerpo. Por lo tanto, si nuestra respiración se altera, nuestra mente se agita y nuestro cuerpo se desequilibra.

La respiración es libre y diferente en cada persona; el Yoga nos dirige a escuchar, sentir y observarla, dejando que ocurra por si sola pero siendo consciente de ella, ¨respirando siendo respirado¨.

En Yoga, el profesor te ayuda a observar, acompañar y permanecer en tu respiración. Su complejidad se halla en permanecer consciente de tu respiración durante la realización de la secuencia de posturas, observando la duración de la misma, al inhalar, al exhalar y al pausar. La respiración lidera en la práctica de Yoga, nos conduce en la coordinación de las posturas, establece el ritmo a seguir por tu cuerpo.

En la enfermedad conocer íntimamente nuestra respiración es ganar un gran aliado. La respiración aumenta la vitalidad física y la mente se vuelve más espaciosa y agradecida. ¡Sal a respirar aire fresco!, abre una ventana, extiende los brazos y toma tres respiraciones amplias y completas, y podrás testificar que la sensación de claridad mental y de energía renovada en el cuerpo es inmediata.

Ahondando más en este acto milagroso, las vibraciones más ínfimas en el cuerpo se hacen evidentes, son como una corriente testificando que eres todo vida, forma y energía.

¿Cómo me puede ayudar la respiración con el dolor?

Reconocer nuestra respiración y cómo se altera dependiendo de nuestro estado de ánimo desempeña un rol significativo cuando hay dolor, independientemente de su magnitud. Cuando aparece el dolor, mantenernos centrados en la respiración nos ayuda a no provocar un estado de ansiedad o pánico.

La respiración en el dolor nos mantiene conscientes de lo que está ocurriendo. Recuerda que de la respiración forman parte los gemidos, los suspiros, los gritos y los sonidos, por ejemplo exhalar con la S o exhalar con la M. Enfocar la mirada en un punto y llevar las palmas de tus manos o unas manos amigas a acariciar la zona de dolor resulta milagroso. Las manos son la zona del cuerpo que más energía acumulan. Cuando al recibir quimioterapia padezco de tránsitos dolorosos, mi madre o mi marido me acarician la zona del abdomen y el dolor disminuye.

No menciono ningún pranayama en particular, porque en un proceso de cáncer y de enfermedad lo más importante es tomar consciencia de la respiración y permitir que fluya como quiera y donde quiera. Únicamente recomiendo ejercicios suaves de respiración, como puede ser la respiración prolongada o la meditación en la respiración.

Meditación y consciencia

La meditación siempre comienza con la observación, beneficiando la concentración, la aceptación y el empoderamiento en la enfermedad (desde su misma aceptación a los efectos varios, dolor, ansiedad, etc.). He descubierto la importancia de crear un pequeño lugar en una habitación con símbolos afectivos y de admiración, como pueden ser una vela, flores, un ornamento o fotos.

Crear un espacio personal sagrado propicia el sentarse con uno mismo y pausar. Durante muchos años cuando oía la palabra meditación me parecía algo inalcanzable, algo solamente accesible a los más inteligentes y ágiles. Desde mi experiencia, la meditación es un ejercicio de concentración, que poco a poco va más allá, creando espacios en la mente. En Yoga encuentras desde meditaciones guiadas, con visualización, a meditaciones sencillas sobre la respiración, sentada, caminando, de pie, e inclusive tumbad@.

La percepción de nuestro cuerpo interior con la meditación se agudiza y continúa más profundamente hacia una expansión de consciencia y conexión con el alma. Los resultados más notorios son la escucha, la claridad mental, la compasión con uno mismo, con los demás y las situaciones externas. En la vida cotidiana no existen problemas; existen circunstancias difíciles que debemos abordar, o no, en el sentido de que siempre nos anticipamos a querer solucionar algo cuando lo más probable se solucione por sí solo.

Muchas veces entramos en esta espiral nociva de pensamientos. La meditación nos asiste en la observación de estos pensamientos, dejando que vengan y soltándolos. Si viene un pensamiento que te atrapa, observa hasta donde te lleva y serás tú quien decida cuando volver a tu respiración y a las sensaciones corporales. Si no es posible esto, podemos rendirnos, vaciándonos de la ira o del miedo o lo que sea, creando así un espacio. He estado aquí muchas veces, y es indescriptible, es un acto de amor hacia ti mismo. Algunas veces podemos dejarnos «morir» un poquito para luego Vivir.

Relajación

La melatonina es la hormona indispensable que segregamos durante las horas de sueño y en estado de relajación profunda, jugando un papel fundamental en nuestro sistema inmunológico.

En Yoga aprendemos a relajarnos, siendo el profesor la persona que te acompaña y dirige tu atención a la respiración, mientras el cuerpo se va soltando y la actividad mental se aquieta, se apacigua.

Existen varios métodos de relajación, siendo el proceso de entrar en un estado de quietud similar y progresivo. Distingo el Yoga Nidra ¨el sueño lúcido¨, que es una relajación guiada en la cual se entra en un estado meditativo con efectos muy profundos y prolongados. Por mi enfermedad recibo tratamiento de quimioterapia, que me provoca insomnio, que combato con la práctica de Yoga Nidra semanalmente o a diario.

Experimentando con la relajación he encontrado, al igual que en la meditación, poder desconectar y comprender mejor mi actividad mental. He podido observar que los pensamientos negativos suelen venir más a menudo cuando estoy o muy cansada o sensible.

(Continuará la 3ª parte el próximo lunes)

Nota: Antes de abordar cualquier actividad física consúltalo con tu médico.

Raquel Webb

Responsable de la Escuela Internacional de Yoga en Cádiz y Sevilla. Formadora de Âsana. Profesora de Hatha Yoga.