Luz de las Escrituras/ “Miserable es quien…”

2014-04-14

“Miserable es quien…” Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 3.8.10. Traducción y notas de David Rodrigo, Prof. de Vedānta y Meditación.

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यो वा एतदक्षरं गार्ग्यविदित्वास्माल्लोकात्प्रैति स कृपणः
yo vā etadakṣaraṁ gārgyaviditvāsmāllokātpraiti sa kṛpaṇaḥ

“Oh Gārgi! Miserable es quien abandona este mundo sin haber conocido lo Inmutable.”
(Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 3.8.10)

Está muy claro.

Gārgi – ´hija de Garga´, un antiguo sabio. Aquí, posiblemente Maitreyi, la segunda mujer del gran sabio Yājñavalkya, quien transmite el conocimiento de lo Inmutable a Maitreyi en Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad.

Lo Inmutable – El Ser Supremo, el propio Ser de un mismo y de todo, pasado, presente y futuro. Uno y lo mismo. Pura, eterna Consciencia, Existencia, Felicidad, Libertad. La Vida total, ilimitada y constante.

Se dice de Maitreyi que no deseaba confort, hijos/as, marido ni prestigio, sino conocer la Verdad. Y pensó en casarse con el sabio Yājñavalkya sólo para estar cerca del conocimiento que él encarnaba.

Maitreyi se lo propuso con total transparencia a la mujer del sabio, Katyāyanī, quien aceptó. Maitreyi se convirtió así en la segunda mujer de Yājñavalkya.

En la India tradicional, cuando un padre/madre entra en la última etapa de su vida, aproximadamente a los 55 años, deja su hogar para vivir sólo o acompañado de su mujer/marido en el bosque dedicado en cuerpo y alma a la práctica espiritual, a la visión de Dios, a la realización de la Verdad.

En esa situación, Yājñavalkya reunió a sus dos mujeres, les repartió sus riquezas y les anunció que se iba al bosque.

— Yo no quiero tus riquezas. Yo quiero aquello por lo que tú renuncias a ellas – repuso Maitreyi decidida — ¿Acaso toda la riqueza del mundo me dará la inmortalidad? Dime, ¿qué debo hacer para logar ser inmortal, para lograr lo mejor? ¿Qué es lo más grande y qué debo hacer para lograrlo? Eso y nada más es lo que yo quiero y quiero que tú me lo muestres, venerado marido.

— ¡Oh Maitreyi! Tú siempre has sido lo que más quiero y ahora todavía te amo más – contestó Yājñavalkya emocionado – Ven, siéntate, estimada. Te mostraré lo más grande. Escucha con atención. Y luego medita constantemente, únicamente en lo escuchado.

Querida, la mujer no ama al marido por el marido en sí. El marido no ama a la mujer por la mujer en sí. Nadie ama a los hijos/as por los hijos/as en sí. No se ama a Dios por Dios en sí… Todo cuanto amamos lo amamos por el amor al Ser.

El Ser es la Vida misma, infinita, total, ilimitada, inmutable, constante, eterna, sin fronteras, sin diferenciación. Una y la misma Vida sin forma en todas las formas, sin nacimiento, cambio, acción, degeneración ni muerte, que insufla vida a todo cuanto existe, que cubre de Vida todo cuanto es.

El Ser es la Consciencia pura. Es el Amado, la fuente de Felicidad incomparable y libre para el mundo entero.

Todo cuanto amamos son sino sombras del Amado. Y también todo cuanto odiamos o ignoramos. Todo cuanto vemos son manifestaciones de lo que no se ve porque es lo que todos somos y vemos lo que no somos, no vemos lo que somos, sino sentimos lo que somos. El sentimiento más puro es tu verdadero Ser. Eso es lo mismo en mí y en todo, querida. El Ser.

El Ser es la perfección, el Amado, lo más grande. Efectivamente, nada tiene que ver con riquezas, sino que se logra meditando únicamente en el Amado sin forma, veas las formas que veas, sin acción, hagas lo que hagas.

Me voy al bosque para no hacer otra cosa sino meditar en el Amado hasta regocijarme únicamente en Él o Ella, hasta ver el universo entero como el patio de recreo de mi propio Ser.

(Maitreyi, ávida de sabiduría) — Pero, querido, ¿cómo voy a meditar constantemente, únicamente en algo sin forma en infinidad de formas diferentes que me confunden, en algo sin acción cuando la vida no es sino una cadena de distintas acciones?

— ¡Oh mi querida Maitreyi! La mente nace asociada con los sentidos de tu cuerpo y por esa relación vemos el mundo, infinidad de sombras diferentes del mismo Amado, y no reconocemos al Amado y anhelamos su Amor, su Luz, su Paz y sufrimos convirtiéndonos en sombras de nosotros mismos, fantasmas que vienen y se van, nacen, hacen, experimentan, envejecen, enferman y mueren. Una y otra vez, desde la noche de los tiempos y eternamente… hasta que reconocemos claramente el Amado en uno mismo y en todo, hasta que no vemos sino a Dios en lo divino y demoníaco. Cuanto ves mediante los sentidos de tu hermoso cuerpo, cuanto sientes en tu mente cultivada y en tu corazón puro, son sombras de ti misma, de Dios, del Amado, destellos más o menos imperfectos de la perfección.
Pero tus ojos no pueden verlo, tu mente no puede entenderlo, tu corazón no puedo sentirlo…

– Entonces, ¿cómo, mi Dios? – exclamó quien se asfixia en el pozo eterno de la ignorancia original.

– Amada mía, tu mente es la luz que viaja por las ventanas de tu cuerpo. Tu corazón es la vida que envuelve con su palpitar los objetos inertes del mundo, el universo entero, la creación toda y su creador. Ahora da la espalda al mundo de tinieblas, confusión y sufrimiento desconectando tu mente/corazón de cuanto ven tus sentidos, de cuanto hace tu cuerpo, de cuanto piensa tu mente, de cuanto siente tu corazón.

Escucha, simplemente deja de actuar, permite que tu mente descanse y reposará en su sustrato, en la misma Paz sin causa, en la Plenitud sin cosas, personas ni relaciones.
Eso es el Amado. ¡Bebe! Bebe una y otra vez su dulce néctar de inmortalidad… y no ceses, no te detengas, Maitreyi, pase lo que pase, hasta que no haya otra opción, hasta que no haya nada más, hasta que te sumerjas en el manantial eterno del Gozo que penetra todas las formas, todas las acciones y experiencias… todos los cuerpos, recipientes del Gozo rebosante.

Querida, ven, acércate. Meditemos juntos…

Marido y mujer despertaron en la eternidad, se reencontraron donde no hay encuentre, pues no hay dualidad sino Amado.

El mundo no vio sino al sabio yéndose al bosque y a la mujer quedándose en la casa.

¿Maitreyi?
Maitreyi eres tú.

[una adaptación]

OM

Quién es

David RodrigoDavid Rodrigo ha estudiado, contemplado y experimentado las escrituras (Bhagavad Gita, Yoga Sutras, Upanishads, Brahma Sutras, etc.) en Rishikesh, India, durante seis años en la tradición Advaita Vedanta de Adi Shankaracharya con Dravidacharya Ramakrishnan Swamiji y Meditación en la tradición de los yoguis del Himalaya en Swami Rama Sadhaka Grama Ashram (Swami Veda Bharati).

Ha transmitido las escrituras en dicho ashram y coordinando el Dhyana Gurukulam. Ahora reside en España.

Ahora reside en España. Para saber más – drodrigog@yahoo.es