Consultorio de yoga terapéutico/ Tendinitis aquilea

2017-07-20

Llevo años practicando footing y algo de elíptico. El caso es que sufrí una tendinitis aquilea bilateral por no hacer bien los estiramiento previos al ejercicio, y también después de correr. Estuve dos meses en rehabilitación y pasaron los dolores. Ahora he intentado volver, pero ya desde el primer día tengo molestias… El médico me ha dicho que no debería volver a practicar deportes de impacto que pudieran dañar los tendones. Mi pregunta es si el yoga es apto para mi lesión y de si incluso me puede beneficiar. Manuel Olmedo (Vigo)

La tendinitis es el proceso inflamatorio que experimentan los tendones cuando se producen microrroturas de sus fibras (filamentos de los que están formados). Es decir, la inflamación es la respuesta reparadora del organismo que favorece la llegada de los elementos de regeneración, como los fibroblastos, al tejido lesionado. Para que dichos elementos puedan llegar a la zona, los vasos sanguíneos se dilatan y se hacen permeables desencadenando el enrojecimiento, hinchazón y aumento de temperatura característicos en este tipo de procesos y, más o menos evidentes según los casos.

Pero ¿qué es lo que genera las microrroturas del tejido tendinoso? Normalmente viene dado o bien por excesiva tracción mecánica o por un impacto directo sobre el tendón. Lo que más frecuentemente suele ocurrir en el caso de afectación de los tendones de Aquiles es que la postura de la persona está demasiado adelantada respecto a la línea de gravedad (como podemos apreciar en la imagen en la que los puntos rojos deberían coincidir o estar muy cerca de la línea de verticalidad). Cuando tenemos el centro de gravedad adelantado, desplazamos el peso a la parte anterior de los pies y con ello, para no caernos al suelo, incrementamos la actividad de los músculos de la pantorrilla (gemelos y sóleo). El exceso de actividad de estos músculos ejercerá una tracción mecánica elevada sobre el tendón. Dependiendo del peso de la persona (determinado no sólo por su grado de “anchura” sino también por su altura), lo adelantado que tenga el centro de gravedad, de su edad (cuanto más jóvenes mayor capacidad elástica de los tejidos) y/o el tipo de deporte que realice puede llevarse al límite la capacidad de resistencia de las fibras del tendón.

Así pues, el problema no es la inflamación que, recordemos, es la respuesta reparadora del organismo ante la lesión, sino las causas que han producido la lesión. Habrá que actuar entonces sobre éstas y, en todo caso, observar si la persona tiene en centro de gravedad adelantado, demasiado peso/altura/edad/densidad de tejidos blandos para la exigencia mecánica que supone correr. Quizás estos condicionantes no puedan modificarse y lo más prudente es que la persona deje de correr.

Yoga, buena elección

El Yoga puede ser una opción excelente y, en principio, no contraproducente, siempre que no se hagan estiramientos de rebote en los que se vean implicados los músculos gemelos/sóleo.
Estiramientos del sóleo y gemelos, suaves al principio, para bajar su tono muscular y reducir las tensiones que estos trasladan al tendón: Adu Muka Savasana, Uttanasana, Malasana, Parsvottanasana.

Para retrasar el centro de gravedad es muy útil practicar tomando conciencia de que el peso corporal debe apoyarse justo por delante del hueso del talón, un poco por delante del maléolo peroneal (dónde recae la punta de flecha de la línea de gravedad de la imagen). Además resultan muy interesantes para retrasar la postura los estiramientos de los cuádriceps: Vajrasana, Anjaneyasana (la postura completa, sujetando el empeine con la mano), Supta virasana, Eka Pada Rajakapotasana II.

Psoas-ilíacos: Anjaneyasana (con el tronco erguido para estirar también la porción alta del psoas), Virabhadrasana I, Urdhva Mukha Svanasana, Ustrasana.

Aperturas torácicas: Supta baddha konasana (apoyando la columna sobre una manta enrollada), Bhujangasana, Setu Bandha Sarvangasana.

Todas las posturas mencionadas se pueden modificar y utilizar apoyos para adaptarse a las características del practicante.

Si te interesa obtener un vídeo gratuito de Yoga Terapéutico, accede a: www.yoga-terapeutico.com

Si deseas que los expertos en la adaptación del yoga a las diferentes patologías, lesiones y alteraciones biomecánicas, Álex y Or, respondan a tus dudas, escribe un mail con tu pregunta a: info@yoga-terapeutico.com

Álex Monasterio y Or Haleluiya

Álex Monasterio es fisioterapéuta, ostópata y posturólogo con amplia experiencia en el ámbito asistencial y docente. Ha sido profesor en la Universidad Ramon Llull en Barcelona de Fisioterapia durante más de una década y ha trabajado en el Hospital Sant Pau unos cinco años como terapeuta (a parte de tener su consulta privada desde hace 20 años donde ve casos de todo tipo). Es el autor del libro Columna Sana (traducido también al ruso).

Lleva casi 20 años enseñado anatomía, fisiología y patología a profesores de yoga, debe ser uno de los primeros en España, y sin duda tiene mucho que aportar a la hora de enseñar los más que 40 procesos patológicos que se estudian en la formación que imparte conjuntamente con Or, además de cómo abordarlos todos ellos con terapia a través del movimiento.

Or Haleluiya es profesora de Yoga, acupuntora, máster en psicología (UAB). Presidenta de la Asociación Española de Yoga Terapéutico. Or empezó su práctica a los 22 años en el método Iyengar intensivamente durante siete años, viajando extensamente para poder estudiar con profesores conocidos mundialmente en este método. Se ha certificando en Anusara yoga, Yoga Reconstituyente y Yoga Terapéutico. Or ha hecho un par de cursos de disección humana en la Universidades en Londres y Escocia. Es escritora regular de artículos en diferentes revistas internacionales.

Las clases de Or son excepcionales por su maestría al refinar la práctica de yoga según las habilidades y necesidades biomecánicas de las personas. También tiene una habilidad original de contar historias de la mitología india relacionadas con el tema biomecánico estudiado en sus clases que conmueven y conectan con el corazón.