Por la dignidad de las mujeres y por un mundo más equitativo, en YogaenRed mañana viernes día 8 nos sumamos a la segunda Huelga de Mujeres de la historia de España, que será seguida en 177 países.
No actualizaremos las noticias como cada viernes. Deseamos la comprensión de nuestras lectoras y lectores amantes del Yoga, disciplina que hoy día practican tres veces más mujeres que hombres.
Esperamos que esta jornada del viernes se convierta en una gran demostración de que las mujeres, que somos la mitad de la población de este planeta, queremos y demandamos una sociedad más justa, más igualitaria y más humana para nosotras en particular y para todos los seres humanos en general.
Y es que esta segunda “huelga feminista” sigue siendo necesaria para recordar a los políticos y gobernantes que no basta con buenas palabras para la foto, ni las intenciones en los programas electorales, sino que esperamos, cuanto antes, medidas concretas y urgentes que pongan fin a la vergonzosa brecha salarial entre hombres y mujeres, la feminización de empleo precario, del paro y de la pobreza, la penalización de la maternidad, el techo de cristal, etc.
También sigue siendo un “basta ya”, un grito en contra de los valores machistas de esta sociedad patriarcal dominante y sus consecuencias: el maltrato y la violencia en todas sus formas; el poder entendido como dominio y opresión; la competencia y el dinero como medidas de éxito; el abuso y la explotación de los más débiles y del medio ambiente; la brecha creciente entre ricos y pobres; el desprecio de la educación, de la cultura, del humanismo…
Un modelo de sociedad diferente
La mayoría de las mujeres queremos que ese modelo imperante se transforme en otro muy diferente y con alma, a promover desde todos los estamentos de la sociedad, desde la educación, la familia, la política, la cultura y el mundo laboral. Pero para ello tenemos que empoderarnos y convertirnos en motores de esa sociedad que anhelamos, la de la equidad y la igualdad de oportunidades, la justicia, la solidaridad, la cooperación, la fraternidad, la conciliación, la honestidad y la dignidad.
O se consigue esa evolución necesaria en todos los terrenos con el empuje, la sensibilidad y los valores que defendemos las mujeres y cada vez más hombres, o no podrá haber lugar para la esperanza en ningún sentido.