Este libro está siendo un éxito de ventas en Alemania, con varios meses entre los tres libros más vendidos de no ficción. Es un conciso manual de filosofía práctica para la creciente –y exigente– población de más de 60 años. Edita Kairós.
La sociedad moderna reniega del proceso de envejecimiento. Se compara el envejecer con una enfermedad que debería ser eliminada. El filósofo Wilhelm Schmid, en cambio, describe el envejecimiento como un proceso armónico y necesario que concuerda con el ciclo natural de las cosas. La Naturaleza es sabia; de modo que en esta fase de la vida nos otorga el suficiente tiempo para transmitir las experiencias vividas y apoyar a los más jóvenes; pero también para acumular nuevas experiencias y celebrar la vida de manera más consciente. Schmid considera que el sosiego es uno de los ingredientes necesarios para envejecer con sentido.
Schmid no busca la juventud eterna ni quiere ignorar el lento paso del tiempo, sino que nos introduce en el arte de envejecer y en lo que realmente ganamos al envejecer. Y lo hace, con sorprendente claridad y amenidad, describiendo su propio proceso de búsqueda en diez pasos.
Compartimos por su interés unos párrafos de sus respuestas a una entrevista del diario Süddeutschen Zeitung en torno a dónde va nuestra energía después de la muerte:
«Todos los átomos y las moléculas del cuerpo van a otros átomos y estructuras moleculares. La energía del espíritu podría comportarse de manera similar. Si la ley de conservación de la energía es cierta, nada se pierde de esta energía. Tras la muerte, la energía de la persona fluye de nuevo en el océano de la energía cósmica para llenar de ella nuevas formas de vida. La vida se recicla en vida.
(…) La energía es siempre una posibilidad de que algo suceda. No son los mismos eventos, sino su potencial. (…) Lo que puede suceder en la muerte -estoy ahora mismo reflexionando sobre ello – es que volvemos a este estado de pura potencialidad. Por ello no sería la muerte del ser, sino sólo su transformación en un nuevo ser».
El autor
Después trabajar como tipógrafo cuatro años este hijo de agricultor estudió filosofía e historia en la Universidad de Berlín, la Sorbona y en la Universidad de Tübingen. Su tesis doctoral la escribió sobre Michel Foucault. Siguió su formación en Leipzig, Berlín, Erfurt, Jena, Riga y Tbilisi. De 1998 a 2007 trabajó regularmente como asesor filosófico en el hospital de Affoltern am Albis. Sus libros sobre el arte de vivir han sido traducidos a 14 idiomas.