Luz de las Escrituras/ La Vida que ‘no es de este mundo’

2016-09-15

No vemos el Ser uno, sino roto en infinidad de trocitos diferentes. Eso es la ignorancia primordial. Vuelves a Pleno Ser trascendiendo todos los obstáculos externos e internos con apego al amor absoluto, fortaleza, conocimiento correcto y disciplina. Escribe David Rodrigo (Āchārya Jijñāsu), maestro tradicional de  Advaita Vedānta.  

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 “Los maestros no sudan. Y él suda”, se esforzaba con cualquier lógica una madre naturalmente desesperada por reprimir “la ceguera” de su hijo por una forma de vida apasionada por la Vida “que no es de este mundo”: “No vayas por ahí, que te vas a perder. Destrozarás tu vida”.

En medio de la tormenta del dilema ante formas de vida que aparecían irreconciliables, el hombre joven, un espíritu libre enamorado del amor absoluto, yacía de dolor ante la elección impuesta de lo que su hermoso corazón sentía que se podía reconciliar de algún modo sin conflicto en el amor grande y sabio. “¿Por qué así, con tanta ruptura y dolor?”, lloraba deshaciéndose en cada grito tan doloroso como repudiado. “¿No puede ser de otro modo más armonioso?”

Puede. Pero no es fácil: requiere contaminar con tu dulce fragancia de amor pleno a otros corazones más atados y asfixiados. Y un corazón se transforma si se abre y difícilmente se abre si no quiere.

“Los maestros no sudan. Y él suda”. Si los maestros/as no sudan, ¿de qué nos sirven? Si no sienten el mundo de la dualidad, del frío y el calor, de la felicidad y el dolor humanos, si no son sensibles a la confusión del mundo, ¿de qué nos sirven los maestros/as?

La vibración maestro-discípulo

Al buscador que vibra con la vida y cuya alma no acepta romper esa sensibilidad con el mundo sino que anhela engrandecer al máximo su amor y conocer así la Verdad del mundo, ese tipo de maestro seco -que no suda- no le sirve de nada, salvo como congelador contenedor del conocimiento, porque no se entienden ni vibran juntos.

Maestro y discípulo deben vibrar juntos, sólo que aquel viendo en el mundo la Realidad suprema -sereno y simplificado mismo Conocimiento pleno (como veremos después)-, que el otro aún anhela porque la ignorancia todavía le hace ver el bello manto de nombres y formas del mundo como limitación y ruptura. Siendo la muerte, como el nacimiento y toda modificación, pura ilusión (apariencia), se vive y se muere como absolutamente real mientras no se destruye la ignorancia del Ser.

De este modo, el maestro/a puede verdaderamente cumplir su única función específica: ayudar a su discípulo a que gradualmente niegue completamente su ignorancia primordial -la que es sobre la naturaleza de uno mismo-, y su expansión, el dolor, la limitación, la separación, la muerte.

Si maestro y discípulo no vibran juntos, no se entienden, y aquel no puede ayudarnos a que neguemos nuestra verdadera ceguera y a que vayamos elevándonos nosotros mismos del dolor a la felicidad verdadera de la Vida sin límites, condiciones ni modificación. No puede ayudarnos a ir revelando los misterios de la vida. Por tanto, no es nuestro maestro/a.

– ¿Superar el dolor mediante el dolor del conflicto?

Estamos apegados a la limitación. Apego es amor indeseable, dependencia. Por tanto, moverse y transformarse para dejar internamente apegos, siempre queridos, tierra conquistada, conocida, segura -por escasa que sea-, es siempre doloroso.

Dejar internamente apegos no necesariamente implica también externamente. Puede no ser necesario abandonar formas de vida previas, pero sí adaptarlas a tu objetivo vital de emplearte completamente en realizar directamente la plenitud completa de tu propio ser y del mundo negando la ignorancia en tu mente-corazón sobre “¿Quién soy yo? ¿Qué es el mundo? y ¿Qué hago yo aquí?”.

Todo el derecho del mundo te ampara, pues ese es el único objetivo de la existencia humana. Todos los demás son auxiliares a ese.

La transformación interior

La ignorancia del Ser no se destruye sin transformación interior, del propio..

…Intelecto (inteligencia, entendimiento): decisión y voluntad (deseo, amor, lo que te mueve porque lo quieres)

…Idea de yo o ego: “yo soy este ser humano; esto es mío; yo he hecho esto; yo estoy feliz, o triste”.

…memoria: almacén de impresiones mentales.

…mente: percibe lo externo a través de los sentidos.

…cinco sentidos: oído, tacto, vista, gusto y olfato; y

…cinco órganos de acción: habla, desplazamiento, manos, sexo y excreción.

Todo ello en un cuerpo físico. Y ese conjunto que forma el individuo -cuerpo sutil o interior y material o exterior- sirve para dos cosas:

  1. – Experiencias limitadas, efímeras y condicionadas de más o menos felicidad, dolor y apatía…

…a través de la relación con los otros seres, condiciones y objetos del mundo percibido como externo y material y

…resultado de las acciones, más o menos buenas o malas (que resultan en más placer o dolor efímero, respectivamente), llevadas a cabo por ese mismo cuerpo sutil o ser con identidad individual en la vida presente o anteriores.

  1. – Liberarse de toda limitación por el tiempo, el espacio y por la propia identidad individual -cuerpo-mente-, negando el conocimiento equivocado de uno mismo y, por tanto, de la realidad.

La transformación interior no se logra sin amor absoluto al Ser. Y ese amor requiere de:

  1. – Fortaleza para superar todos los obstáculos:
  •  Sociales: incomprensión, desprecio, soledad…
  • De la naturaleza: frío, calor, lluvias…
  • Del propio cuerpo-mente: enfermedad, duda, miedo…

Esa fortaleza se alimenta con el apego constante al amor liberador, aquel que no te posee amándote -sirviéndose de ti y sirviéndote- sino que te sirve conduciéndote a reconocer tu verdadero Ser, que es libre, uno, solo, absoluto.

  1. – Conocimiento real del Ser:

– Correcto: tradicional, es decir, que no es invención de ninguna mente humana, siempre limitada por brillante y bella que sea, sino que ésta bebe deshaciéndose en la fuente primordial del Conocimiento mismo, y:

– Práctico: acompañado de auto-disciplina para armonizar y concentrar tu contemplación, acción, palabra y pensamiento-sentimiento en sentir el Ser mismo -siempre presente y sin modificación-.

– Y ¿qué es el Ser?

Ser es existir. Yo existo. Yo soy. Pero ¿de dónde viene la existencia, la primera existencia? ¿Qué es la primera existencia? Existencia misma. La naturaleza misma de la primera existencia tiene que ser existencia misma: aquello que existe por sí mismo, sin haber recibido la vida de ninguna otra entidad. Por tanto, sin haber empezado jamás a ser: sin haber nacido, sin inicio. No es, por tanto, efecto, algo creado, algo consecuencia de otra cosa diferente a sí mismo. Es, pues, verdaderamente libre, independiente.

– Bien, eso puede que sea la primera existencia. Pero ¿qué tiene eso que ver conmigo?

Escucha. Nacer es la primera modificación. Después vienen todas las otras modificaciones de la vida: crecer, envejecer, morir. Y entre el nacimiento y la muerte se viven todas las experiencias vitales.

La existencia primera, la existencia misma, siendo sin la primera modificación que es nacer, es por tanto sin ninguna modificación. Todo cuanto nace es limitado y condicionado:

  • por el tiempo (nace y muere),
  • por el espacio (existe en un espacio concreto) y
  • por sí mismo (por su cuerpo -físico y sutil-).

La existencia misma, siendo sin nacimiento, es, por tanto, sin condiciones ni límites. Es pues existencia ilimitada, a diferencia de lo que nace. Ilimitada significa que no se rompe, no se divide, no se separa, no cambia, sino que es una y la misma siempre.

Entonces, yo existo, yo soy. Yo soy existencia ilimitada. Existir es Ser ilimitado, sin nacimiento ni muerte desde el punto de vista de la existencia misma, que es sólo existencia, sin modificación, sin multiplicarse ni limitarse con los diferentes nacimientos y los cambios vitales individuales consecuentes.

– Entonces, ¿qué es el individuo? ¿Quién soy yo?

Tú eres Eso: Existencia ilimitada. Plenitud infinita e incorruptible, intocable, sin modificación, sin otro diferente ni muerte.

Y no se trata de una mera lógica, siempre negable mediante otra lógica. Ni tampoco es simple fe ciega. Es una realidad permanente y omnipresente que todo individuo consciente puede experimentar por sí mismo, ya que la naturaleza de la Existencia es Conocimiento o experiencia directa. Esta significa conocimiento sin necesidad de instrumentos. Nuestros instrumentos humanos de conocimiento son los sentidos y la mente juntos y la mente sola -con sus recuerdos-, y mediante ellos percibimos, interpretamos y sentimos la multiplicidad del mundo de modo particular, fragmentado.

Siendo la Existencia experiencia directa, sin instrumentos de conocimiento, es la experiencia de uno mismo. Siendo la experiencia de uno mismo siempre está presente en uno mismo, independientemente de las cualidades, cambios y acción o inacción de la mente-sentidos-órganos de acción conociendo  (experimentando) o ignorando otros objetos, condiciones y seres.

Lo otro es conocido como:

– Externo y material al usar como instrumentos de conocimiento -por tanto, conocimiento indirecto (limitado)- los sentidos de percepción, los órganos de acción y la mente. Es lo que sucede en vigilia.

– Interno y sutil al usar la mente y sus recuerdos, como en los sueños.

– No es conocido cuando incluso la mente cesa su actividad, como en el sueño profundo -cuando dormimos sin soñar-, en coma, etc. y no reconocemos todavía el conocimiento directo -de uno mismo, Conocimiento mismo- siempre presente e igual en los tres estados diarios de los instrumentos de conocimiento (cuerpo-mente).

Para que lo conocido sea conocido de un modo u otro (externo y material; interno y sutil y como no conocido o nada, vacío, oscuridad) tiene que existir antes y durante dicha percepción de lo conocido el Conocimiento mismo, de lo contrario, sin conocimiento, no podríamos conocer nada, ni un jarrón. Y el Conocimiento mismo también existe después de cualquier percepción particular. Por ello podemos recordar lo percibido a posteriori, cuando el objeto en cuestión ya no está frente a nosotros.

Pero ¿de dónde viene el primer conocimiento? De sí mismo. Igual que la primera existencia es por sí misma, el primer conocimiento conoce por sí mismo. Es conocimiento mismo y no conocimiento conocido por otro conocimiento.

Existencia misma y Conocimiento mismo son ambos realidades independientes y primeras, que inician toda vida y percepción (experiencia de lo otro), sin cambiar su naturaleza. Son, por tanto, ilimitados, por lo que co-existen siempre. Co-existen siempre porque son uno y lo mismo. La naturaleza de la Realidad antes, durante y después de toda vida y percepción, una y la misma, es mera Existencia y Conocimiento.

La existencia por naturaleza conoce, es sensible. El Ser verdadero es existir y conocer sin modificaciones (limitaciones, diferenciación) ni intermediaciones, por sí mismo.

– Si Yo soy, Yo sé. Por tanto, Yo soy la Existencia misma, pura, infinita, sin modificación y Yo me conozco a mí mismo directamente, sin intermediación ni obstáculos, ¿por qué no me conozco así, ilimitado, absoluto, total, sino todo lo contrario, limitado, individual, frágil, mortal?

Sólo por la ignorancia. Si creemos que nuestro verdadero Yo ha nacido con el nacimiento de nuestro cuerpo-órganos es porque nos conocemos a nosotros mismos como siendo los instrumentos de percepción (intelecto, ego, memoria, mente, sentidos, órganos de acción y cuerpo físico). Y, por tanto, conocemos la realidad como los objetos percibidos por dichos instrumentos: la multiplicidad de seres y objetos limitados, diferenciados, condicionados, efímeros.

Pero, siendo en realidad uno mismo la Existencia que conoce, podemos reconocer la Verdad directamente como nuestro propio Ser. La Verdad es lo que existe siempre, en todo y sin cambios; es la presencia sin condiciones.

Para conocerla reconociéndonos sólo tenemos que negar nuestra ignorancia: abandonar nuestra identificación con lo limitado (el individuo con su complejo de cuerpo-mente) e identificarnos con la causa y base permanente de la vida y la sensibilidad, que es el Ser (Existencia y Conocimiento puros).

¿Cómo?

Separando en mi conocimiento:

– el Conocimiento mismo de

– lo conocido (externa y materialmente, interna y sutilmente, y la nada), que es la entrada del Conocimiento y la Vida en los cuerpos sutiles individuales y sus canales (intelecto, mente, sentidos, órganos), que conocen sólo sus respectivos objetos limitados (materiales o sutiles). Este entrar de la Sensibilidad y la Vida en la multiplicidad de los cuerpos no significa abandonar la posición previa, pues ésta es infinita y lo contiene todo sin corromperse. No es, por tanto, una posición particular, sino la Existencia misma, pura.

Es como el espacio. Mirándolo desde la Tierra el cielo parece una superficie que nos separa del espacio exterior, cuando todo está en el mismo espacio, sin dentro ni fuera. Y también parece que el espacio se modifique con la aparición, movimiento y desaparición de los cuerpos de fuego de las estrellas, etc., pero la naturaleza propia del espacio en realidad se mantiene siempre igual, incorruptible.

El espacio infinito e inalterable, indivisible, que acoge cuerpos diferentes es todavía un efecto, el primero, por lo que está a su vez contenido en la Existencia una y la misma, sin nombre ni forma, que tiene Luz por su propia virtud.

Por tanto, la limitación es sólo aparente. No es real. La vivimos como real y, por tanto, sufrimos debido únicamente a creer que conocemos sólo a través de los instrumentos de percepción y vida limitados del individuo (cuerpo-mente), en lugar de reconocer la fuente sin inicio de toda sensibilidad como el propio Ser, cuya naturaleza misma es ser y saber.

Separando Conocimiento y lo conocido conozco el Conocimiento mismo. Separo el Conocimiento de lo conocido silenciando lo conocido. Prescindiendo conscientemente de la percepción de lo exterior y material y de lo interior y sutil y conociendo lo que queda, quien conoce, el Conocimiento mismo. Esto es el propósito último de la meditación o concentración en quien conoce: reconocer la propia naturaleza en su estado puro, sola, sin el efecto de su poder de aparecer como multiplicidad.

Ahora, saliendo de la meditación, viendo el mundo con los instrumentos de tu cuerpo-mente, identifica también ese Conocimiento mismo en toda percepción de objetos, seres y condiciones tanto dentro como fuera de tu mente-corazón. Observa que en todo conocimiento hay dos cosas:

  • El Conocimiento mismo, que es siempre igual y lo mismo, mero Conocimiento; Paz;
  • Lo conocido (externamente o sólo internamente -recuerdo-), que es múltiple y en constante cambio; agitación, movimiento.

No te concentres sólo en lo que cambia, sino sobre todo en lo que no cambia, situándote como quien observa lo que cambia. Saliendo por tanto de tu ubicación actual en lo que cambia (ideas, emociones, percepciones externas, acciones).

– ¿Cómo me sitúo en el observador que no cambia viendo lo que cambia cuando el cambio es en mi propio interior, en mi corazón?

  1. Observando sin entrar, ni en lo exterior ni en lo que ya está en tu mente-corazón. Es decir, sin juzgar: “¿Es esto bueno o malo, deseable o indeseable?” Por tanto, sin apegarte al deseo ni al odio y el miedo. Y:
  2. Sintiendo quién observa en ti. ¿Qué es? Puro Conocimiento. Ahí no hay nada más. Experimentarás Paz en ti; ausencia del movimiento, a menudo contradictorio, violento y agitado, de la multiplicidad en constante cambio de lo conocido, que tiñe (condiciona, mancha) tu mente-corazón, llevándoles a reaccionar y alimentar así la continuidad sin fin de experiencias efímeras de migajas de placer y básicamente dolor, ansiedad y muerte, por su naturaleza limitada y vulnerable.

Ahora detén ese proceso, reviértelo continuando sintiendo esa Paz interior, ese Conocimiento puro que se conoce a sí mismo, con tu concentración en quien conoce obviando lo demás conocido. Entra más, profundiza, en esa Paz interior, vuelve ahí una y otra vez, refugiándote con valentía y saber, sin miedo ni apego, de la agitación de la acción externa e interna. Así la Paz interior se convierte en Dicha, Felicidad, Amor sin causa, en ti mismo, por ti mismo. Esto naturalmente tiene su reflejo de igual signo en tu mente-corazón y en tu acción mundana.

– Bien, ¿y qué es entonces el cambio, la limitación, la multiplicidad de la existencia en diferentes seres y vidas y del conocimiento en diferentes conocimientos y experiencias?

La vida es el poder de la Existencia. Las vivencias son el poder del Conocimiento. Viendo sólo el efecto de ese poder nos convertimos en seres individuales inmersos en la multiplicidad del universo creado, siendo en verdad todo ello la Existencia misma. Viendo donde ese poder de vivir y de experimentar reside, de donde viene y a donde va, nuestro ser entra en el Ser.

Es como si vemos fuego quemando algo y concluimos con el conocimiento: “El fuego quema”. Pero el fuego no quema porque nosotros lo veamos quemando algo, sino porque la propia naturaleza del fuego es luz y calor en sí mismo. De igual modo vemos el efecto de la Vida, la Existencia y el Conocimiento dando vida y conocimiento a los cuerpos (entrando en cuerpos físicos y sutiles), y concluimos con el conocimiento: “Yo soy este cuerpo porque vivo y conozco, siento, desde él y en él. El mundo está hecho de multiplicidad de seres y cosas diferentes porque lo conozco, yo y todos los seres. Eso todo el mundo lo sabe.” Pero en realidad la Vida y el Conocimiento son eso mismo por sí mismos y no porque sean vividos y conocidos desde las estrechas ventanitas de las fortalezas de los cuerpos. La Existencia-Conocimiento, el Ser, proyecta y entra con su poder en los cuerpos. Desde ahí cortamos nuestro propia Existencia en la vida que nace y nuestro propio Conocimiento en lo conocido. Eso es la ignorancia primordial: no ver el Ser uno, sino cortado en miles de millones de trocitos diferentes. Sus efectos es el dolor.

Para conocer el Pleno Ser hay que llevar una vida de contemplación constante y en todo de la Existencia que conoce sin modificación. Hay que transformar, quitar o minimizar todo lo posible aquello que en tus condiciones de vida externa e interna te impide u obstaculiza tu vida en contemplación de la Existencia-Consciencia que todo lo:

  • proyecta
  • envuelve
  • penetra, residiendo en la cueva del corazón de todos los seres (más allá de las modificaciones del intelecto, etc.) y
  • re-absorbe.

Así amante y amado se funden: Eres la Felicidad absoluta de quien logra todos los objetos, seres y condiciones deseables inmediatamente, completamente y sin esfuerzo, porque son tu propio Ser.

Muṇḍaka Upaniṣhad II.ii.8 —

मिद्यते हृदयग्रन्थिश्छिद्यन्ते सर्वसंशयाः।

क्षीयन्ते चास्य कर्माणि तस्मिन् दृष्टे परावरे॥

midyate hṛdayagranthiśchidyante sarvasaṁśayāḥ |

kṣīyante cāsya karmāṇi tasmin dṛṣṭe parāvare ||

“Cuando ese Ser, que es ambos el superior y el inferior (causa y efecto), es realizado (directamente como “yo soy Esto”), el nudo del corazón se desata (la ignorancia y su expansión: ansiedad, apego, dolor, muerte), todas las dudas se resuelven (en relación a lo objetos percibidos) y todas las acciones propias se disuelven (no tienen efecto o experiencias limitadas; tanto las acciones hechas en vidas anteriores que esperaban su momento de fructificación como las que acompañaron a la iluminación en la presente vida; todas excepto las que ya fructificaron produciendo el nacimiento en el cuerpo presente y están experimentándose hasta la muerte del mismo).”

David Rodrigo (Āchārya Jijñāsu). Maestro tradicional de Advaita Vedānta 

Luz de las Escrituras – Escuela de Advaita Vedānta Tradicional. Enseñanza continua “Escrituras de Advaita Vedānta y Sāṅkhya-Yoga – Conocimiento y práctica tradicional”

http://luzdelasescrituras.wix.com/escueladevedanta

 

Enseñanza continua

Escrituras de Advaita Vedānta y Sāṅkhya-Yoga – Conocimiento y práctica tradicional  

Escrituras originales completas y en orden desde la propia tradición oral: Sāṅkhya Kārikā, Yoga Sūtras, Viveka Chūḍāmaṇi, Bhagavad Guītā, Upaniṣhads y Brahma Sūtras

El reconocimiento pleno de uno mismo y del mundo

Mokṣha Śhāstra – Arte y Ciencia de Liberación

–En Madrid y a distancia:  Yoga Shala AlcobendasContacto: annayogashala@gmail.com

–En Barcelona: Contacto: luzescrituras@gmail.com

También semi-presencial

Yoga Sūtras

Un fin de semana al mes – Inicio: 15 de octubre de 2016

–En Barcelona: www.jivamuktiyogabarcelona.com / info@jivamuktiyogabarcelona.com

Yoga Sūtras, Capítulo II ´Sadhana´  

Un fin de semana al mes.

–En Madrid y a distancia: Yoga Shala Alcobendas. annayogashala@gmail.com

Pañchadaśhī

De Śhrī Vidyāraṇya Muni. Texto fundamental de Advaita Vedānta

En Barcelona y a distancia: Moksha Yoga. mokshabarcelona@gmail.com

Prensentación de David Rodrigo (Āchārya Jijñāsu)

David RodrigoSe entregó completamente al reconocimiento pleno de sí mismo y de la Verdad desde que en 2008 se fue a Rishikesh, Himalaya, India y dio con su Maestro, Dravidāchārya Rāmakṛiṣhṇan Swāmījī (Shastra Nethralaya Ashram), de la tradición Advaita Vedānta de Śhaṅkarāchārya; discípulo de Swāmī Sarveśānanda Sarasvatī y de su maestro Swāmī Śhānti Dharmānanda Sarasvatī.

Durante seis intensos años de auto-transformación estudió, contempló, aplicó y experimentó con el Maestro, en una relación personal y diaria, la sabiduría liberadora de la tradición revelada en las grandes escrituras completas y originales de las escuelas clásicas de espiritualidad y filosofía en India (ṣhaḍ-darśhana) y sánscrito:

– Advaita Vedānta

– Prasthāna Traya ´Triple Canon´con el comentario de Śhaṅkarāchārya: Bhagavad Guītā, principales Upaniṣhads y Brahma Sūtras. Éste último con Bhāmatī, el subcomentario de Vāchaspati Miśhra.

– Advaita Siddhi, de Madhusūdana Sarasvatī, parte del Bṛihat Prasthāna Traya ´Gran Triple Canon´.

– Prakaraṇa granthas (textos secundarios) como Viveka Chūḍāmaṇi, de Śhaṅkarāchārya; Pañchadaśhī, de Vidyāraṇya Muni; Vedānta Paribhāsā, de Dharmarāja; Siddhānta-leśha-saṅgraha, de Appayya Dīkṣhita; Dakṣhiṇāmūrti-stotra ´Himno a Dakṣhiṇāmūrti´; Pañcīkaraṇa; Tattva-boddha; o Ātma-jñāna-upadeśha-vidhi.

– Yoga Sūtras de Patañjali, con el comentario de Vyāsa, etc.

– Sāṅkhya Kārikā de Īśhvara Kṛiṣhṇa.

– El resto de las escuelas clásicas (astika darśhana): Artha-saṅgraha (Pūrva Mīmāṁsā); Tarka-saṅgraha (Nyāya-Vaiśheṣhika).

– Gramática del sánscrito (vyākaraṇa): Laghu-siddhānta-kaumudī, de Varadarāja (simplificación tradicional del Aṣhṭādhyāyi de Pāṇini).

Fue iniciado además en la Tradición del Yoga Meditación del Himalaya por Swāmī Veda Bhāratī (Swami Rama Sadhaka Grama Ashram, Rishikesh; discípulo de Swāmī Rāma del Himalaya).

En Swami Rama Sadhaka Grama Ashram, Rishikesh empezó a transmitir el conocimiento, la práctica y la experiencia de las escrituras y la meditación; y coordinó Dhyāna Gurukulam, la escuela tradicional del ashram.

En 2014 la vida le trajo de nuevo a España, haciendo disponible directamente -sin vestiduras ni conversiones a lo que no eres-, el conocimiento, la práctica y la experiencia de estas escrituras de sabiduría universal que surgen y conducen a la realización directa e inmediata del Sí Mismo: Existencia, Consciencia, Felicidad misma, sin diferenciación ni transformación, ilimitado.