Cómo domesticar al mono de tu mente

2016-09-01

¿Tienes una mascota? Entonces, debes saber cuántas horas pasas entrenándola, cuidándola y queriéndola… ¿Sabías que podrías tener otra? Uno ni siquiera sabe que hay alguien que le acompaña a dondequiera que vaya. Hablo del mono que está saltando en tu mente… Escribe Swami Mukti.

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Seguramente hayáis oído hablar del concepto “mente de mono” y de cómo el yoga proporciona herramientas que nos ayudan a domesticar este asilvestrado compañero. Cuando decimos que la mente es como un mono, nos referimos a la propia naturaleza del animal: inquieto, dinámico, que se distrae y no puede estar calmado.

De hecho, pensaremos en que hay dos monos que viven en nuestra mente. Hay uno que es inquieto, ágil, que va saltando de rama en rama y presta poca atención a las cosas. Luego tenemos el mono que es más bien gordo, perezoso, sin inercia y al que le encanta dormir. Dos formas de actuar distintas en una misma mente. Las personas experimentamos ambas formas de sentir y actuar debido a una identificación errónea del mono. Cuando esta falsa identificación nos provoca demasiado sufrimiento, queremos despertar de este safari.

El yoga distingue tres campos mentales mediante los cuales, como seres conscientes, tenemos que pasar para así reconocernos a nosotros mismos de una forma más profunda.

Se les conoce como: Manomaya o la mente ordinaria; Vignanamaya, la mente intuitiva; y Anandamaya, la mente feliz.

Cuando hablamos de la “mente de mono” nos referimos a Manomaya, la mente ordinaria o intelectual que obtiene el alimento de los sentidos y constituye la parte más superficial de nuestras experiencias. Dentro de este campo mental experimentamos todas las inquietudes, toda la angustia, todas las fluctuaciones de la vida. Debido a nuestra identificación equivocada de esta mente, la conciencia permanece dormida.

A medida que vamos ‘desidentificándonos’ de Manomaya, comenzamos entrar en Vignanamaya, la mente intuitiva. Aquí nuestro sentido del «yo» y «mío» disminuye considerablemente y comenzamos a esclarecer la mente. Este proceso continúa para poder refinar aún más nuestra conciencia, hasta que nos lleva al último campo mental conocido como Anandamaya, la mente feliz. La mente más ligera.

Cuando intentes lidiar con el mono, recuerda que la naturaleza de la mente ordinaria, con la que nos sentimos identificados el 99% del tiempo, no se puede cambiar…En realidad no la arreglamos ni la reducimos.

No podemos relajar la mente mono, sino que tenemos que purificar nuestra conciencia a través de un proceso sistemático de ‘desidentificación’ de los juegos del mono. Este proceso nos llevará a otros campos mentales más refinados. Tanto si le entrenamos para que lleve un traje y salte por el aro, o lo atamos a un árbol para que no pueda causar problemas, ¡un mono seguirá siendo siempre un mono! De manera que no hay que reprimir lo que es por naturaleza. En lugar de eso, hay que observar su comportamiento con templanza y paciencia, familiarizarse con su naturaleza errática y estar atentos a sus múltiples movimientos, sin perder el equilibrio. Lancémosle un plátano de tanto en tanto… pero sigamos observándole, siendo conscientes de todo lo que sucede en nuestra mente. Con el tiempo, pasarás a tu mente intuitiva: el comienzo de una mente ligera. Este no es el final del camino, sin embargo, te permite sentirte cómodo/a en tu propia piel y fluir con la existencia.

 

Swami Mukti es  orador y mentor internacional que entiende y transmite el yoga como el arte y la ciencia de vivir con positivismo. Director de Light Mind.

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Swami Mukti impartirá este curso del 30 de septiembre al 2 de octubre en Dharma Yoga.

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