¿Qué me enseñan de mí mismo los demás?

2016-08-10

Las relaciones con los demás nos confrontan con nosotros mismos y nos ayudan a conocernos e integrar las partes no resueltas de nosotros mismos. Cualquier relación que plantea preguntas y desafíos al ego, por tanto, puede ser una bendición camuflada.Escribe Swami Mukti.

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Todos hemos tenido esos días en los que nos sentimos en sintonía con el mundo (tal vez después de una mañana de yoga o una práctica personal, ya sea la meditación, pasar tiempo rodeado de naturaleza, el arte, etc) Pero entonces nuestra pareja entra en la habitación sin avisar, o un compañero agobiado interrumpe nuestro momento de descanso, o tal vez un completo desconocido hace un comentario fuera de tono que no nos podemos sacar de la cabeza. Y, de repente, la paz que sentíamos se esfuma durante el resto del día.

¿Qué ha ocurrido? Perdimos la conciencia durante una fracción de segundo y nos adentramos en un patrón inconsciente de reacción.

El modo en que nos relacionamos con los demás revela el grado en que nos identificamos con nuestra mente y con nuestro ego. ¿Intervienen los patrones antiguos y alteran la percepción de nosotros mismos y la de los demás? ¿Envidiamos a nuestro amigo porque las cosas le salen bien? ¿Podemos convivir con las diferencias que existen entre uno mismo y la pareja?

Seamos realistas: la mente tiende, la mayoría de las veces, a aportar su granito de arena y a decidir por uno mismo (por lo menos por mí).¿Alguna vez te has preguntado por qué una persona en particular entra en nuestras vidas? ¿Karma? Probablemente. ¿Ley de la atracción? Seguramente. Para la mayoría de nosotros, aislarse espiritualmente del mundo no es una opción. Estamos hechos genéticamente para interactuar con los demás como miembros de un grupo. En esta sociedad tan cambiante de la que formamos parte, las personas vienen y van. Así es la vida.

Lo que sí deberíamos preguntarnos es:
 ¿Qué me enseña esta persona sobre mí mismo/a?

Cada una de las personas con quien interactuamos en nuestro día a día nos proporciona pistas valiosas para nuestra mente y para saber dónde tenemos que encender la luz de la conciencia. Cada vínculo que establecemos es una gran oportunidad para vernos a nosotros mismos y empezar a purificar los fundamentos de nuestro pensamiento y los patrones emocionales.

Esto ocurre, especialmente, con las relaciones íntimas, ya que con este tipo de relaciones se suelen despertar los aspectos más ocultos e inconscientes de nosotros mismos.

Nuestros seres queridos (así como los «menos» seres queridos) son espejos en tiempo real. En algunas ocasiones el reflejo de ese espejo nos resulta encantador, y en otras nos resulta irritante. A veces rechazamos lo que vemos y buscamos formas de manipular la imagen, ignorarla, o simplemente, ¡echarle la culpa al espejo!
Estamos jugando a este juego constantemente, ya que la vida nos responde a menudo de una forma cariñosa (a veces no tanto) poniendo el espejo de nuevo delante de nosotros y recordándonos:
»¡Eh, tú! Reconócelo, tienes que ver esto!». No ocurre para castigarnos, sino para ayudarnos a integrar las partes no resueltas de nosotros mismos.
 La forma de acceder a uno mismo es a través de los demás.

Las relaciones que establecemos con los demás son una vía rápida para el crecimiento espiritual. Si nos desprendemos de nuestros lazos más fuertes con ‘el Sr. Ego’, podemos descubrir una versión más amplia del amor que no hemos sido capaces de percibir anteriormente. Cualquier relación que plantea preguntas y desafíos al ego, por tanto, puede ser una bendición camuflada.
El terreno donde nuestra conciencia establece sus cimientos está hecho de vínculos con otras personas.
Construir el músculo de la conciencia para estar presentes a la hora de afrontar los patrones de reacción, proyecciones y decisiones es un trabajo laborioso. Aportará más bienestar y libertad en tus relaciones, y las convertirá en una vía rápida para tu propio crecimiento.

¿Qué relación supone una bendición camuflada en tu vida en estos momentos? ¿Qué te muestra esa persona acerca de ti mismo/a?

Swami Mukti es  orador y mentor internacional que entiende y transmite el yoga como el arte y la ciencia de vivir con positivismo. Director de Light Mind.

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Swami Mukti impartirá este curso del 30 de septiembre al 2 de octubre en Dharma Yoga.

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