Luzmila Carpio y Mark Pulido en el Festival de Mantras

2015-02-17

Conozcamos a los músicos que vienen este año al VI Festival de Mantras, en el Teatro Fernán Gómez de Madrid. El sábado 20, actuación de la gran estrella de la música andina Luzmila Carpio. Y el domingo 21 concierto de «Bilas», campanas planas, a cargo de Mark Pulido. (Mira aquí las biografías de los músicos de los conciertos anteriores)

luzmila Carpio

Luzmila Carpio

Fecha: Sábado 21 de febrero de 2015 a las 21:00h

Está considerada en la actualidad como la gran estrella de la música andina. Nació en una aldea perdida entre las montañas y es descendiente de una de las civilizaciones culturalmente más brillantes de la historia que alcanzó su esplendor poco antes de desaparecer como consecuencia de la conquista de América. De origen quechua-aymara, siempre ha sido consciente de la riqueza de sus raíces y del peligro de que estas desaparezcan.

Cuenta que su madre le enseñó desde pequeña a inspirarse en la belleza de la naturaleza y en los cantos de sus ancestros. Intérprete de charango, autora y compositora, en sus canciones relata la realidad de su comunidad, sus tradiciones y sus ritos religiosos. Luzmila Carpio posee una de las voces tradicionales más bellas del mundo. Su forma de cantar es incomparable y diferente a cualquier otra, capaz de alcanzar tonos muy altos.

A través de esa voz quejumbrosa y penetrante, estas piezas vocales escalofriantes, acompañadas por instrumentos tradicionales como las flautas andinas, evocan los elementos naturales de Bolivia, imitando los cantos de  aves como la gaviota ó los pájaros cantores o el silbido del viento. Destaca la alta calidad de su repertorio, extraído con rigor de una tradición que se perdía e interpretado con el timbre único de quien ha tenido que luchar mucho para que eso no sucediera.

El contenido de sus composiciones, en su mayoría cantadas en quechua, refleja la relación del hombre de los Andes, con la naturaleza: “Utilizo el lenguaje y la música de mi pueblo, la de la tierra india, la de nuestras montañas, nuestros lagos, la del aire que respiramos. Yo canto mi amor por la tierra que me vio nacer, la tierra de mis ancestros, la Pachamama, la Madre Tierra, canto a la armonía y al amor, a la función de la mujer en nuestra civilización, a la convivencia del hombre con la naturaleza dentro de un orden cósmico, canto a nuestras tradiciones, que no deben perderse».

Su trabajo creativo es una brisa fresca absolutamente llamativa y cautivadora que fluye a través de octavas revelando un antiguo conocimiento que nos toca el corazón. Su reconocimiento internacional le ha llevado a mostrar las canciones, las tradiciones y la historia de los indígenas de Bolivia al resto del mundo.

Desde 1969, cuando grabó su primer tema, ha publicado más de 15 discos, de los que cuatro de ellos han sido disco de oro .Sus giras por todo el mundo han obtenido siempre un gran éxito de crítica y el respeto de seguidores y artistas tan variopintos como Manu Chao, Mercedes Sosa ó Yehudi Menuhin, quien dijo sobre ella, «Luzmila Carpio es un violín que canta».

Entradas: https://www.ticketea.com/entradas-luzmila-carpio/

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=pnUQHA2CvJ4&index=4&list=PL7A475F5FAB5591D5[/youtube]

 

Mark Pulido

Fecha: Domingo 22 de febrero a las 19:00 h

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A los 19 años, después de sufrir un accidente de coche que le llevó cerca de la muerte, tuvo una experiencia en su propio cuerpo del efecto sanador del sonido del didgeridoo de los aborígenes australianos. Esto le despertó el interés por este tipo de instrumentos y le llevó a la búsqueda de nuevas sonoridades con capacidades sanadoras. En el año 2004 viajaría a Suiza donde conoció a Félix Rohner y Sabina Scheler, creadores del han.

Desde entonces se especializó en este particular instrumento de percusión melódica. La búsqueda de sí mismo y de nuevos instrumentos sagrados le llevaron en 2008, a vivir 8 meses en la India. En aquel viaje mágico surgió la inspiración de este proyecto y todo su desarrollo intelectual: Khyma -sonido, luz y geometría- y allí también se produjeron los primeros contactos con sus inventores.

En una comunidad espiritual conoció las “Bilas”, campanas planas de altas frecuencias vibratorias que el luthier Alexander Zhikharev había donado a esa comunidad. Al salir de un retiro de silencio de 7 días, Mark escuchó por primera vez el sonido de las Bilas, y tuvo una experiencia tal que no pararía hasta encontrar a Alexander. Al cabo de 2 años, sin medios materiales y sin hablar ruso empezó a abandonar la idea del proyecto pero justo en ese momento, el destino le hizo conocer por “casualidad”, en Barcelona, a una chica rusa, que sería pieza clave en todo el proceso , poniendo en contacto a su familia que residía en Moscú con el ilocalizable Alexander Zhikharev . Una serie de coincidencias y de señales propiciaron que Alexander conociese el Proyecto y decidiera apoyarlo construyendo unas campanas para Mark.

Las Bilas son un instrumento de nueva creación descubierto en 1988 en Rusia. Las propiedades de este instrumento y su potencia sonora tanto en espacios cerrados como al aire libre, permiten hacer conciertos muy especiales sin amplificar. La increíble duración de su sonido y el amplio abanico de armónicos y frecuencias llegan a grandes distancias, siendo incomparable con cualquier otro instrumento existente. Las Bilas tienen una potencia sonora extraordinaria, llena de harmónicos y vibraciones, que elevan anímicamente al oyente. Es igual a qué distancia lo escuches, sus efectos son altamente positivos. Y tocándolas una vez es suficiente para crear armonía a su alrededor. Las Bilas más grandes, emiten infrasonidos y ultrasonidos, sonidos que están por debajo y por encima de nuestro umbral de audición. A un nivel consciente no podemos percibirlos aunque igualmente los recibimos y son precisamente las frecuencias más beneficiosas para el cuerpo y la mente. Alexander Zhikharev, creador de las campanas planas, dedicó casi 20 años a la investigación de metales sonoros y posibles formas de su elaboración.

La curiosa historia de las Bilas

Descubrió las campanas planas al seguir la atracción que sentía por unos sonidos fuertes, hermosos y potentes que él escuchaba en su interior desde su infancia. Al darse cuenta, a la edad de 20 años, que el sonido que escuchaba en su interior desde pequeño, no existía en el mundo que le rodeaba, comenzó a estudiar para crearlo. Vio que el sonido que más se parecía con lo que él buscaba, era el sonido de las campanas clásicas. Desde entonces se pasó 10 años estudiando y después fabricando campanas tradicionales. Estudió todos los secretos y los misterios de las campanas tradicionales, su forma, materiales y todo lo relacionado con este mundo, pero no acababa de sentirse satisfecho, su finalidad eran sonidos más potentes, armoniosos y bellos. Tuvo que seguir investigando pues era un proceso que iba en contra de todos los medios y fuentes de información, ya que estos decían que no se podía elevar el alma de una persona tan alto y que no había ningún sonido más allá que el de una campana clásica. Alexander no se sentía convencido y como muchos constructores de campanas siguió el camino de complicar aún más su forma.

De repente vio que estaba equivocado y que había que ir en dirección contraria, hacia lo sencillo, hacia formas más simples y dirigió sus investigaciones otra vez hacia la tradición. En Rusia el verbo golpear suena como “bit”, de esta palabra proviene el nombre de “bila”. Principalmente la Bila era un antiguo instrumento que llegó a Rusia a finales del siglo X y provenía de los cultos religiosos bizantinos. Era un antiguo instrumento de los monasterios rusos y su finalidad era reunir a la gente para anunciar algo a través de un sonido vacío y que se escuchara fuerte en todos los rincones del pueblo. Inicialmente se construían de madera y después se empezaron hacer de metal.

El maestro campanero Alexander Zhikarev dio a las Bilas un significado absolutamente nuevo y nos regala a todos un nuevo y sorprendente mundo de sonidos. Dedicó muchos años a la investigación de un equilibrio ideal entre la forma de la Bila y el material en que está fabricada. Utilizando una combinación especial de metales laminados, consiguió el increíble y prolongado sonido de la Bila. Finalmente en 1988 Alexander creó las campanas planas y al combinar Bilas de diferentes tonos, creó un instrumento sin precedentes con una sonoridad sorprendentemente eufónica y poderosa, las cuales resultan capaces de producir estos sonidos divinos que él buscaba.

El éxito de las campanas en el campo curativo llega a conocerse en toda Europa y su particular sonido, único en el mundo, creo mucho interés rápidamente. Los primeros en encargar el instrumento fueron los sacerdotes ortodoxos para los campanarios de los templos de Moscú y sus alrededores, luego llamó la atención de médicos, psicoterapeutas y artistas de todo el mundo, que le pidieron campanas. Alexander decidió renunciar a los encargos ya que suponía un volumen imposible de asumir, porque cada campana se fabrica con sus propias manos y no le gustaba tener que decidir a quién hacer las campanas y a quien no. Desde entonces dejó de fabricarlas y sólo en ocasiones puntuales y muy especiales se decide a hacerlo… Para Alexander no es un negocio, nunca ha definido el precio de sus campanas ya que son mucho más que dinero, son la esencia de su vida. Nadie más en todo el mundo sabe fabricar las campanas con las mismas cualidades que las Bilas.

Tras varios intentos para que Alexander viniera a España, en mayo de 2011 llegó desde Rusia para pasar unos días en el estudio de Mark Pulido en Terrassa, y construir un juego de Bilas, que sería el primero para un país de la Europa Occidental. Alexander dijo refiriéndose a este juego de Bilas: “El instrumento que he fabricado para Mark es el único en Europa. No hay ningún otro instrumento con estas características, ya que solo se han fabricado campanas sueltas para centros de psiquiatría en Suiza y Alemania, que no se pueden valorar como un instrumento completo. Me alegra saber que ahora en estas tierras existen estos preciosos sonidos. He trabajado como si lo hubiera hecho para mí. Estoy contento con mi trabajo. Confieso que ha sido bastante complicado porque no fue solo crear un instrumento musical sino dotarlo de propiedades adicionales para que influencie positivamente en las personas. Para esto hay que afinarlo con mucha más dedicación que otros instrumentos, hay que evitar cualquier fallo porque uno puede engañar el oído de una persona pero nunca puede engañar a su subconsciente”.

Entradas: http://www.festivalmantras.com/index.php/artistas/mark-pulido

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