Nutrición y mente

2013-04-06

La alimentación es un aspecto muy importante de nuestra vida. Pero ¿cuán atentos estamos a lo que comemos? Y de lo que comemos, ¿cuántas veces no lo saboreamos o ponemos el piloto automático sin saber si quiera que estamos comiendo?

Atencion Comida

Mente de principiante, así es la actitud Mindfulness. Estar atento y ver todo como si fuera la primera vez, verlo con sorpresa y alegría. Incluso la comida. A veces decidimos hacer dieta porque nos sobran unos kilos o porque pensamos que podemos alimentarnos más sanamente, pero olvidamos el papel de nuestra mente.

El alimento y la mente van unidos: donde está mi mente, allí está mi alimento. Si mi mente está equilibrada, la comida estará equilibrada.

Vamos a hacer una experiencia. Tomemos alguna fruta que sea agradable a la vista o que nos apetezca comer. Observemos primeramente la fruta, el color, la textura, el olor, los detalles que en ella hay y en los que no me había fijado. Démosle la vuelta y veamos si nos hemos dejado algo por ver. Qué peso tiene, qué pasa si la tiro de una mano a otra. La muerdo, o le saco la piel si lo necesito, y la paladeo. ¿Qué sucede en mi mente y en mi boca?, ¿me trae algún recuerdo? La mastico lentamente y voy encontrando diferentes sabores y texturas. Finalmente la engullo y observo la sensación hasta llegar a mi estómago.

¿Qué descubrimientos he hecho con todo este proceso? Quizás he descubierto cosas que habitualmente no veo cuando como rápido y sin fijarme. Sería bueno que hicieras un relato de una experiencia similar y lo releyeras en unos días o cuando estés estresado.

Pautas para comer “con la mente”

Hay muchas dietas que están de moda, y la mayoría funcionan, pero la parte más importante para que funcionen bien está en nuestra mente:

    • Meditemos en la alimentación y en los elementos de la misma.
    • Hagamos una lista detallada de qué es lo que estamos comiendo y observemos si está equilibrado o necesita que le añadamos algún nutriente.
    • Tengamos el sentido común de escucharnos a nosotros mismos y dediquemos un poco de tiempo para observar esta parte tan importante de nuestra vida.

Pasamos mucho tiempo comiendo y poco tiempo observándonos comiendo y la comida. La conciencia de hacer una dieta es un primer paso, pues significa que ya hemos decidido variar nuestra comida porque creemos que no lo estamos haciendo bien y que debemos buscar el equilibrio.

Ahora bien, ¿podemos mirar nuestra mente y sentir qué sucede ahora tras haber decidido hacer este cambio? ¿Qué emociones están asociadas a la comida? Hagamos una lista y enumerémoslas.

Si tenemos ansiedad comeremos muy rápido deglutiendo el alimento sin darle tiempo a saborearlo ni entre bocados. ¿Qué nos produce esta ansiedad?, ¿podemos verla, solamente verla, mientras comemos?, ¿qué sucede? Seguramente habrá algún cambio, o al menos podremos identificar que la tenemos.
Si la comida nos produce angustia, ¿en donde se deposita?, ¿qué alimentos nos provocan este estado?, ¿o es un estado que no está asociado a los alimentos?

La comida puede ser una forma de huida de nosotros mismos, una forma de evasión para no ver nuestra propia realidad. Empecemos a comer con conciencia para reencontrarnos a nosotros mismos, y si en este espacio de tiempo encontramos alguna pista, nos daremos cuenta de que la atención plena permite liberarnos de emociones y estados de nuestra mente en relación al alimento.

El alimento está asociado a la madre, a la naturaleza que nos nutre, por eso el poder relacionarnos correctamente con él nos va a permitir acercarnos mejor a la figura materna y también a la naturaleza. Ella es la que nos nutre y a la que tenemos que agradecer todo el fruto que nos ofrece.

Si decidimos hacer una dieta, pensemos no solamente en la parte estética, sino en los beneficios que tendrá para nuestra mente. Y no la hagamos de una forma automática; pongámosle conciencia y atención. Agradezcamos que podemos hacer variaciones en nuestros alimentos para tener la oportunidad de lograr el equilibrio en nosotros, en nuestro cuerpo y en nuestra mente.

Una dieta con consciencia

En todas las tradiciones se le da mucha importancia a la comida. En el Ayurveda y en la Medicina Tradicional China se combinan los alimentos según el equilibrio de la doshas o del yin el yang.

Las dietas vegetarianas, las del grupo sanguíneo y un sinfín de ellas, pueden proporcionarnos ideas para que iniciemos nuestra andadura por el mundo de la nutrición consciente y las diferentes combinaciones de los alimentos.

Solo una observación: la dieta sin conciencia va a ser menos eficaz que una dieta donde nosotros le pongamos la atención plena y sea una dieta Mindfulness.

¿Podemos decir que la mente es tan importante como lo que comemos? Sin duda la mente es un factor primordial en la dieta. Poder prestar atención a lo que como y de qué forma lo hago quizás sea el primer paso para no pasarme en algunos alimentos y buscar el equilibrio. Yo y mi conciencia, a través de mi mente, seremos los mejores nutricionistas.

Me he convertido en un nutricionista Mindfulness, porque pongo atención a la comida, a mi dieta, a los alimentos, a cómo los cocino y los como. Y empiezo a encontrar una dimensión diferente en todo el proceso, que no es solamente cocinar y comer. Es, conscientemente, comprar el alimento, cocinarlo, comerlo y disfrutarlo con atención plena.

Una última reflexión: ¿qué cambios se están produciendo en mí cuando sigo todo este proceso de atención plena en relación a la dieta y la alimentación? Mi mente se ve influenciada por el alimento que estoy tomando porque forma parte de mí y el alimento que tomo se ve transformado por una mente atenta que come con una conciencia plena, transformadora y nutridora.

Mindfulness, pues me da la oportunidad de sanar mi mente a través del alimento y al alimento a través de mi mente. Mente y cuerpo se ven nutridos por la naturaleza esencial que está presente en toda la creación y sus frutos, en definitiva en la mente atenta y creativa.

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