Asana: Utkatasana o Postura de la Silla

2013-04-02

Es una postura de fortalecimiento muy eficaz. Utkata significa «intenso», «poderoso». Se focaliza en la activación muscular y la protección articular. En esta ocasión seguimos en parte el texto de José Manuel Vázquez Díez Manual de Yoga Integral para occidentales (Alianza). Ejecuta: María Ovando, profesora de la Escuela Internacional de Yoga. Fotos: Thor Castro.

Sentadilla

Esta posición fortalece nuestro enraizamiento de la parte inferior del cuerpo. El potente empuje de las piernas y los pies en oposición a la gravedad permite la elongación axial desde el coxis hasta la nuca y de ahí su prolongación hasta la coronilla y las manos.

Además de la importante actividad de las piernas, la musculatura abdominal proporciona compactación. La activación de los pies y de las manos otorga dirección al movimiento.

Los tobillos y las rodillas han de ir alineadas con las caderas y las escápulas, y los hombros integrados en la apertura y extensión de la caja torácica. Si aparece dolor en ellos, variaremos la colocación de las extremidades superiores.

Esta postura involucra la flexión de los tobillos, rodillas y caderas mientras se mantiene una fuerte extensión de los hombros y elevación del pecho. El desafío es colocar los muslos paralelos al suelo, abriendo el pecho y manteniendo la zona lumbar elongada.

A los principiantes Utkatasana les enseña algo definitivamente muy valioso para su práctica: cómo encontrar su asiento de poder en la pelvis, en el centro de su cuerpo.

Desde el punto de vista del yoga, la región pélvica (desde el ombligo hasta el suelo pélvico) no sólo alberga los órganos de la procreación, la digestión y la eliminación, sino que también controla el flujo de energía a lo largo de la columna vertebral. Si la pelvis está mal alineada, el resto de la columna vertebral, y por extensión, la postura, estará desequiibrada. Lo que menudo se traducirá en dolor de zona lumbar y sobrecarga de la rodilla y el tobillo. Cuando la pelvis está centrada y alineada con la gravedad, hay una sensación de vigor y vitalidad dentro de la asana, como si nos halláramos asentados en un chorro de energía.

Beneficios

  • Fortalece los tobillos y los músculos de las piernas se desarrollan de forma equilibrada.
  • Se tonifican los órganos abdominales, la pelvis y la espalda.
  • El pecho y el diafragma se abren.