Comprensión

2013-09-09

Cuando la secuencia de asanas se realiza desde Sakshi, la consciencia testigo, la práctica resulta sustancialmente diferente. Todo empieza a encajar y sobreviene la comprensión: el practicante comienza a entender qué hace, por qué y para qué. Escribe Emilio J. Gómez.

Comprension, meditar

“Sólo con un asana, si se comprendiera bien qué es, se podría contemplar a Dios”
Swami Omkarananda.

El Yoga es la ciencia del alma, cuya función principal es llevar al practicante hasta la comprensión última de la auténtica naturaleza del ser humano. Para ello, utiliza los asanas –posturas físicas–, característicos del Hatha Yoga. No es en vano, pues el cuerpo es el portal de entrada en el mundo interior, lugar donde se encuentra la esencia, y por extensión el conocimiento que lleva a la sabiduría.

Sin embargo, en sus etapas más avanzadas, el Hatha Yoga no es tan sólo una actividad física, sino que se trata de una muy sofisticada técnica de meditación. De este modo, cuando la secuencia de asanas se realiza desde Sakshi, la consciencia testigo, la práctica resulta sustancialmente diferente.

Entonces es cuando todo empieza a encajar a la perfección, como si se tratara de las piezas de un complicado puzzle, sobreviniendo la comprensión. El practicante comienza a entender qué hace, por qué y para qué. Fruto de tal comprensión aparece el abandono de obsoletas ideas respecto de la práctica del Hatha Yoga.

Ideas como mantener un cuerpo perfecto, o más bello, e incluso más sano. Claro, claro; desde luego que el Hatha Yoga devuelve la salud al cuerpo y lo mantiene saludable, y ello siempre es deseable, naturalmente. Aun así, hay que tener muy presente que ese no es el principal objetivo de esta ancestral, profunda y efectiva práctica espiritual.

El despertar de la consciencia

Ante todo, el primordial objetivo del Hatha Yoga es el despertar de la consciencia en el practicante, y para ello utiliza el cuerpo, la respiración, la atención, la relajación, etc. Pero la única y última pretensión es el despertar de la consciencia. Esto ha de quedar muy claro y bien definido en la mente de practicante.

Después, cuando gracias a una práctica continuada el reequilibrio entre las energías vitales y mentales queda reestablecido en el organismo, sobrevendrá como consecuencia natural el bienestar, la salud, la alegría, etc. Pero todo esto es secundario. Se tratan de efectos “secundarios”, no primarios; aunque un elevado porcentaje de practicantes hayan entrado en el mundo del yoga buscando alivio sintomático a patologías físicas y psíquicas.

Así, cuando una secuencia de asanas está convenientemente dirigida, puede llevar al practicante más allá de los límites impuestos por la mente. Trascender significa ir más allá. Y esa es la auténtica labor del profesor que utiliza el Hatha Yoga o cualquier otra rama del yoga, para llevar al alumno más allá de sus creencias, ideas, emociones, sensaciones e incluso, ¿por qué no?, más allá de sí mismo.

¿Qué encontrará el practicante allí? Esto es algo que sólo la propia experiencia le puede reportar.

De este modo, el Hatha Yoga resulta ser una excelente preparación del cuerpo y la mente para la reconexión consciente con el espíritu supremo que se produce a través del Radja Yoga, entendiendo por “espíritu supremo” lo que para cada cual signifique. Sin embargo, y en última instancia, no es posible descubrir la fina línea que separa ambos tipos de Yoga. A fin de cuentas, esa línea es uno mismo.

Quién es

Emilio J. Gómez, profesor de yoga de la escuela de yoga Silencio Interior.

En octubre esta escuela inicia un Curso de Sadhana. Si deseas información al respecto haz click aquí. O, mejor, asiste a la Conferencia-presentación que se realizará en Ecocentro, C/Esquilache, 4 de Madrid, el jueves, 12 de septiembre a las 19 h.

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