Un día en un Curso de Formación de Profesores

2019-07-11

¿Te gustaría formarte y seguir profundizando en tus conocimientos de yoga… y te preguntas cómo será una jornada normal de un curso de formación? Aquí te lo cuenta una profesora formada en Yogaia.

Son casi las 08:00 de la mañana, no nos hemos visto en cuatro semanas, así que todo el grupo está entrando animadamente al estudio de yoga. Hay risas, un poco de excitación por encontrarnos, intercambios entre las nuevas amistades que están empezando a aflorar. Cada vez los alumnos se conocen un poco mejor y comparten experiencias profundas que crean un sentimiento de unión.

Ruidos de esterillas que se desenrollan, colocamos cada elemento en su lugar, nos sentamos…y se instala poco a poco el silencio. Ajustamos la postura, conectamos con las sensaciones del cuerpo y de la respiración.

Comienza la práctica de la mañana guiada por Silvia Jaén. Nos va llevando con precisión a través de las asanas, construyendo cuidadosamente secuencias que harán que ocurran esos pequeños momentos de comprensión, de que algo hace «click» y se coloca, se conecta la comprensión física y la mental de una postura. Hoy la práctica está enfocada a posturas de pie, ya que es ´ésta la temática de la asignatura de Asanas este fin de semana.

Todo se integra en Shavasana

Tomamos un descanso formando pequeños grupitos, los alumnos se van a desayunar.

Después del descanso, nos sentamos en círculo y Silvia Jaén dedica la mañana a analizar con detalle la práctica que hemos tenido. Vemos postura a postura cuáles son las alineaciones correctas, las instrucciones imprescindibles, las adaptaciones para dolencias… Es un momento animado, tomamos apuntes, hacemos muuuuchas preguntas, y tenemos la sensación de que se nos escapa algo, porque es tanta información… Necesitaremos tiempo para integrar todo esto y afianzarlo.

Luego pasamos a la asignatura de Pedagogía. Se trata de poner en práctica lo aprendido en Asanas. Hacemos pequeñas rondas en las que uno de nosotros es el profe que instruye a varios compañeros en algunos asanas. Parece sencillo cuando lo practicas, pero verbalizarlo no es lo mismo… ¡Hasta a los que tenemos experiencia puede darnos ciertos nervios vernos «expuestos»! Pero siento que los compañeros me apoyan y me ayudan. Estamos todos en el mismo barco.

¿Qué digo primero y que orden sigo? ¿En qué me fijo para hacer las correcciones? ¿Elijo correcciones verbales, visuales o de tacto? ¿Cómo es mi tono de voz? ¿Cómo puedo adaptar la postura que estoy indicando a la dolencia lumbar de mi «alumno»? Estas y muchas más son las cuestiones que se van viviendo, comentando y aprendiendo de forma práctica en este espacio.

Corazones vibrando con Satya

Hora de la comida. Afortunamente cerca hay un espacio donde disfrutar de un menú vegetariano y ecológico… Mmmh… Algunos aprovechan para tumbarse un ratito en silencio en la sala.

Clase de Anatomía. Escuchamos las explicaciones en Power Point del profesor de Anatomía. Hoy habla sobre el Sistema Respiratorio, sus funciones, sus partes, como es el intercambio de gases, como es el diafragma. ¡De nuevo mucha información!

Luego hacemos ejercicios prácticos para sentir en nuestros cuerpos algunos de estos conceptos. Así parece todo mucho más comprensible. Aún así queda mucho por estudiar y aprender todavía… El profe nos ha mandado un trabajo sobre el tema de hoy: dibujar el diafragma.

Cerramos la jornada con la clase de Filosofía. Aunque ya estamos algo cansados de la jornada, cuando suena el armonio de Eva Klimberg enseguida conectamos con la sensación de presencia. Eva comienza a hablarnos de la filosofía yóguica, tan antigua y tan profunda. Sus palabras son cercanas, habla desde el corazón y desde la experiencia. Nos lleva en un viaje de comprensión, de «ajá», de sentir que nuestros corazones vibran con Satya, ¡la verdad! Cantamos mantras, a algunos nos cuesta conectar, otros se dejan llevar, pero la sensación general es de sentir la vibración del grupo. Somos lo mismo. Sentimos unión.

Nos vamos a casa llenos. Llenos de sensaciones, de información. Menos mal que tenemos cuatro semanas para experimentar e integrar lo vivido, pero también… ¡contamos los días para volver!

Este artículo nos ha sido compartido por Yogaia. Mira sus Cursos de Formación de Profesores en Madrid, Barcelona y Las Palmas AQUÍ