Los rituales de fuego y sonido en el contexto de la meditación

2018-10-16

Emprender el camino del Yoga y mantener el compromiso con la práctica no siempre es fácil a lo largo de los años. La experiencia dicta que solo al cabo de muchos esfuerzos sostenidos en el tiempo, la práctica queda firmemente establecida en la propia vida. Escribe Rafael Santamaría.

Eso significa que el ejercicio de la meditación se abre paso con luz y fuerza propia en medio de los diferentes estímulos y presiones de la vida.

Ciertamente es como la bola de nieve, que solo en la medida de su volumen y peso es capaz de rodar por sí misma ladera abajo. Pero incluso ésta detiene su andadura, sin la ayuda ajena de la fuerza de la gravedad. La Tradición Védica aporta un conocimiento ancestral acerca de las Inteligencias Cósmicas que gobiernan el Universo y también nuestra vida.

La práctica del Yoga (Meditación) implica un movimiento en dirección contraria a la vida cotidiana, que demanda de nosotros una constante exteriorización de la mente a través de los sentidos de percepción y acción para atender sus necesidades, necesidades que, en última instancia, han sido determinadas en la mayoría de los casos de manera involuntaria e inconsciente.

Abordamos la práctica del Yoga desde diferentes motivaciones y expectativas, con un pesado equipaje que proviene de los ámbitos no conscientes de nuestra persona y neurobiología. Esos condicionamientos, conocidos en la terminología del Yoga como samskaras y vasanas, gobiernan toda nuestra vida desde la sombra y la inconsciencia, y son los dadores de forma, otorgándonos unas características definidas en términos de realidad local y acotándonos en el espacio-tiempo; son responsables de hacernos tal y como somos, sellando nuestra individualidad y limitando la vida y la experiencia. Estos condicionamientos, cuyo origen se pierde en la memoria de nuestros incontables ancestros y existencias, se fundamentan en última instancia en Avidya, la Ignorancia de nuestra verdadera naturaleza que no esta separada del Todo.

El Camino del Yoga es la vía para purificar y liberarnos de los condicionamientos de agitación y confusión que albergamos en las capas más profundas de nuestra psique y velan nuestra percepción de la Realidad, influyendo en las distintas elecciones y acciones que llevamos a cabo en el día a día. Al principio es inevitable tomar no solo la vida, sino también la práctica de la meditación, desde ellos: su consecuencia inmediata es limitar, dificultar y retardar el poder transformador de la consciencia meditativa.

Dice la Tradición Hermética, en la famosa Tabla Esmeralda: “Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo, para consumar el milagro de la Unidad”. El hombre es un pequeño microcosmos a semejanza del macrocosmos, y si esto es así, debemos encontrar en los cielos, en el macrocosmos, un reflejo de nuestra propia vida, y también respuestas a nuestras incógnitas. Ciencias como la astrología deben ser vistas como un código de lectura que nos habla, en última instancia, de quienes somos y de nuestro viaje, pasado, presente y futuro, por la vida.

Un aspecto de la Tradición Védica se ocupa de cómo podemos facilitar y favorecer el proceso de liberarnos de la influencia de nuestros condicionamientos, llevando la vida a su expresión más libre y plena: son los rituales de fuego y sonido, conocidos como Yagyas, Homas o Yagnas. Maharishi Parashara (el padre de M. Vyasa, el gran comentarista de los Vedas) escribió un tratado sobre Jyotish (astrología védica) donde enfatizó la importancia que los rituales de fuego tendrían en la purificación del cuerpo sutil (mente) en la inminente Kali Yuga (la era actual). Estos rituales se basan en una tecnología muy precisa, de cuyos múltiples elementos, destaco:

–El fuego, Agni. Elemento purificador por excelencia que transmuta y transforma todo aquello que toca. Es bien celebrado en nuestra cultura, en la noche de San Juan, alrededor del solsticio de verano, el poder del fuego para alejar de nuestras vidas el pasado y aquello que no queremos. El fuego, la luz, posee ademas una extraordinaria capacidad de comunicación, bien aprovechada por nuestra tecnología actual, para transportar información a través de ondas electromagnéticas (radio, móviles, mandos a distancia, etc). Esta capacidad se encuentra también en nuestras tradiciones y creencias religiosas, y no hay celebración litúrgica ni oración en que no esté presente en la forma de una simple vela.
En la Tradición Védica se considera el fuego como un intermediario entre este plano material y cotidiano y los otros planos de la creación; ¿acaso no encendemos velas a los seres queridos que han partido, como una forma de mantener el vínculo y la comunicación con ellos? Agni, el fuego, eleva nuestras plegarias (sankalpas) y ofrendas (ghee, sándalo, etc.) al mundo de las Inteligencias Cósmicas que rigen cada aspecto de este Universo.

–El sonido, Mantra. La palabra ha tenido en todas las culturas y tradiciones la capacidad de crear. No en vano en nuestra tradición religiosa se dice que todo surge del Verbo, que Dios crea a través de su palabra. El Mantra posee la capacidad de invocar aquello que pronuncia, y en la Tradición Védica se encuentran numerosas y complejas formulas para convocar a las Inteligencias Cósmicas de tal manera que logremos su atención e influencia.
Si los condicionamientos son bloqueos y resistencias concretas al libre flujo de la energía, la vida y la conciencia, los Rituales Védicos son las formulas que permiten neutralizaros, al generar en la mente y en la vida una influencia contraria y de igual intensidad. Añadir el poderoso y sutil efecto de Yagya a la practica regular de Yoga, se torna una poderosa herramienta de transformación personal tal y como expresa Maharishi Parashara.

Por su parte Maharishi Patanjali, el gran codificador del Yoga, enfatiza la importancia de períodos intensivos de práctica de la Meditación, en especial cuando los obstáculos de los condicionamientos están muy presentes. Esos períodos o retiros, donde uno se aleja de las rutinas y presiones de la vida y se enfoca de manera casi unidireccional en la práctica de Yoga, proporcionan una inmersión profunda en la experiencia meditativa que debilita estos condicionamientos de agitación y confusión y permite que un estado de silencio interior y despertar acontezca.

En el día de Ganesha Chaturthi.

Rafael Santamaría es medico especialista en Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud. Profesor de Yoga. Master Yoga Teacher por la Yoga Alliance International. Diplomado en Ayurveda por la Academia Ayurvedica de Pune, India.
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