Tipos de discernimiento

2016-08-25

¿Podría ser viveka, el discernimiento, la herramienta clave del Jnana yoga, el instrumento idóneo del buscador de lo auténtico, de la verdad, del espíritu? Escribe Emilio J. Gómez.

proyecciones

Sí y no. Discernir entre lo Real y lo ilusorio corresponde a fases avanzadas del proceso de búsqueda. Por este motivo, el Jnana yoga, el yoga del discernimiento, no está muy extendido, aunque su propuesta principal capte con facilidad la atención de la mente de muchos occidentales.

El discernimiento depende de manera directamente proporcional del nivel de vibración del practicante y por extensión de su nivel de comprensión.

En una primera fase inicial se puede practicar viveka tratando de encontrar aquello que no cambia nunca, separándolo de lo que es impermanente, y por lo tanto sometido a la inexorable ley del cambio.

A poco que se esté atento se podrá observar cómo aquello que parecía inamovible, inmutable, un día, tarde o temprano, pasa a ser movible y mutable, para dejar de ser tal y como siempre ha sido, por mucho que la mente se empeñe en lo contrario.

De esta manera, al observar lo impermanente es posible encontrar una fisura a través de la cual poder percibir aquello que siempre es permanente. A través de la observación el discernimiento no sólo es viable, sino que también es fácil, por lo evidente que resulta.

¿Qué es aquello que no cambia nunca? La esencia, el observador… Aquel que se da cuenta. Es decir, la consciencia de ser.

De este modo, y de una manera simple, sencilla, y sobre todo natural, el buscador comienza a indagar y encontrar las diferencias entre la esencia y la personalidad, entrando en lo que podríamos denominar una segunda fase del discernimiento.

La esencia es aquello que siempre se ha sido. La personalidad, por el contrario, es lo adquirido, lo imitado o copiado. Aquello que no nos pertenece, y por lo tanto no es auténtico, sino ilusorio.

Instalado en la esencia, el buscador podrá comenzar a profundizar en la investigación que el discernir le proporciona, llegando a lo que podríamos denominar una tercera y última fase consistente en discernir entre lo Real, lo inmutable, el Absoluto, y la realidad mutable y por lo tanto relativa. Es decir, entre lo Real y lo ilusorio, auténtica esencia del trabajo del Jnana yoga.

Tratar de llevar a cabo tal labor de discernimiento sin pasar por las fases previas es el camino más corto al desánimo en el practicante, por mucho interés que pueda tener en el comienzo. Y, lo que podría ser peor: hacer del discernimiento una labor mental, la cual estaría abocada desde el principio al más rotundo de los fracasos.

Discernir es una labor lenta, muy lenta, que requiere de mucha perseverancia para llegar a acumular los muchos “darse cuenta”, las muchas “tomas de consciencia” para llegar a tener un vislumbre de lo Real. En ningún caso se trata de una labor mental, ni intelectual, sino una sintonía con la consciencia.

Animamos pues al lector a realizar esta singular búsqueda de la mano de alguien con experiencia en tal camino, pues a pesar de aparente facilidad y su singular atractivo, está plagado de senderos y recovecos en los que terminar extraviado.

Emilio J.GomezEmilio J. Gómez es profesor de yoga del Círculo de Yoga Silencio Interior

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