Dhàranâ, tensar el arco

2016-06-06

El practicante de yoga es un guerrero, un luchador que busca la conquista de sí mismo, hacer de su cuerpo y de su mente hábiles y resistentes instrumentos para la superación de los obstáculos que le separan del Ser. Escribe Carmen Viejo.

Arco

En el Adi Parva del Mahabharata se nos relata la hazaña de Arjuna (asimilable al alma del iniciado), junto a Krishna (el Maestro Interior o Conciencia Crística), cumpliendo con el encargo de quemar el bosque Kandava, sede de los pensamientos, deseos y reacciones del ego.

Arjuna acepta este encargo que le propone Agni, señor del Fuego, pero solicita para poder cumplirlo un arco suficientemente poderoso. Este arco en el Yoga es Dhàranâ, la capacidad de concentrarse, asegurar la mente, libre de fluctuaciones, “banda cittasia”, asida, sujeta, dominada.

Dhàranâ, tensar el arco, es todo un proceso que requiere fuerza física y mental, y señorío en la técnica. El arquero debe tener suficiente equilibrio personal para mantenerse libre de distracciones, deseos o huellas del pasado.

Un arco no se tensa en un día; precisa años. Su técnica no se improvisa; requiere una cadena probada de iniciado a iniciado, protegida por la tradición maestro-discípulo, que no se compra ni es objeto de consumo, sino que se obtiene por superación personal, purificación y constancia.

Tensar el arco capaz de lanzar la flecha de nuestra alma a la diana final del Ser, convierte al practicante en héroe, al buscador en cazador, al humano en iniciado.

La casualidad o la suerte no cuentan. Los méritos solos los conoce la esterilla personal. De la técnica nada sobra ni falta. Viene definida, sistematizada y conservada desde tiempos inmemoriales.

Tensar el arco no es para flojos, vacilantes, impacientes o impulsivos, sino para la afortunada alma guerrera del yogui, modesta, sencilla, calmada y trabajadora, que dedica su vida a la práctica íntegra de las disciplinas yóguicas a través de sus ocho miembros, ocho pasos en los que se avanza en espiral, hasta conseguir una mente fuerte y precisa como el arco que Agni regaló a Arjuna. Un arco de nombre Gandiva: “Luego tensó el arco; el sonido de la cuerda era terrible y estremeció a Arjuna como nada le había estremecido hasta entonces…”.

Carmen Viejo Heredero (Ahimsa). Profesora de Yoga, licenciada en Ciencias de la Información y titulada por la Yoga Vedanta Academy (Escuela de Sivananda) y por la Asociación Española de Practicantes de Yoga (Escuela Manuel Morata).

Talleres y retiros en Granada. Próximas fechas: 11 de junio “Fuego. Tercer chakra”.

Retiros del 28 al 31 de julio en Válor y del 17 al 22 de agosto en la Loma de Gualchos.

Información: Tf. 620549192 ahimsayogandalucia@yahoo.es