¿Qué tener en cuenta para elegir una formación de profesores de yoga?

2016-05-12

En primer lugar, debes tener claro tu objetivo: ¿quieres formarte para dar clases y dedicarte profesionalmente al yoga o lo que te interesa es tu crecimiento personal? ¿Son ambas cosas? Tu respuesta determinará el tipo de formación que has de escoger en cuanto a duración, titulación y profesorado. Escribe Montse Ramírez.

Tener en cuenta

-Marisa, quiero formarme como profesora de yoga, pero hay tantas escuelas y tantos formadores que no sé cómo elegir. Además, he visto centros que forman en un mes y otros que dedican hasta cuatro años, ¿cómo es posible?
-¿Tú quieres impartir clases de yoga?
-Sí, pero no es mi único objetivo.
-¿Qué es lo que quieres?
-Quiero ser profesora de yoga, pero sobre todo quiero ser mejor persona conmigo misma y con los demás, y siento que el camino del yoga puede ayudarme a conseguirlo.
-Entonces te recomiendo una formación que profundice, y sobre todo que resuenes con el formador y con la escuela, escucha tu intuición, visita varios centros y quédate con el que te llegue al corazón.

Y así lo hice. Tras esta conversación con la que había sido mi profesora de yoga durante dos años inicié mi particular periplo en la búsqueda de una escuela de formación. Afortunadamente, acerté de lleno, pero de eso hace más de diez años. Desde entonces hasta ahora el mundo del yoga ha cambiado mucho, así como las inquietudes de los alumnos y sobre todo el marco normativo, que ahora ofrece la posibilidad de obtener un reconocimiento oficial válido en toda España: la Certificación Profesional de Instructor de Yoga.

Formaciones progresivas

Son una buena opción. Puedes empezar con una formación inicial con la ventaja de obtener ya un primer diploma y luego, si lo deseas, continuar con el resto de formaciones que imparta la escuela o asociación. Suelen ofrecer cursos de:

  • Monitor o instructor de yoga: de uno a dos años de duración (entre 200 y 300 horas lectivas en la mayoría de escuelas). Es una buena elección para iniciarse en las principales posturas de yoga y conocer los fundamentos de la filosofía yóguica, así como la metodología y pedagogía para impartir clases. También es idóneo si estudias con un objetivo de crecimiento personal.
  • Profesor de yoga: si quieres seguir estudiando, una vez has acabado la formación de monitor o instructor, puedes seguir con este curso (de 100 a 200 horas lectivas en la mayoría de escuelas). Te permite profundizar en los temas ya estudiados y conocer otros nuevos. Y, sobre todo, seguir practicando para mejorar tu técnica y transmitirla con más seguridad y confianza en ti mismo. Dar clases requiere experiencia, no se logra de un día para otro.
  • Master en yoga y cursos de especialización: si todavía quieres más, puedes continuar con estos cursos. Los hay de muchos tipos, desde formaciones muy estructuradas que ahondan en las diferentes disciplinas del yoga (100 horas lectivas o más), hasta monográficos de 20, 30 o 40 horas sobre temas como yoga para embarazadas, yoga para niños, yoga para la tercera edad, yoga nidra, yoga terapéutico, técnicas de meditación, etc.

Formaciones cortas

Las hay de tan sólo un mes las más cortas, y de tres a seis meses las más largas. Algunas son muy serias, a pesar de su corta duración, y otras no tanto. En cualquier caso se caracterizan por ser intensas e intensivas. Si eres principiante y no has realizado nunca ninguna formación en yoga te puedes saturar por la cantidad de información que vas a recibir y quizás no puedas asimilarla. Además, dominar las posturas de yoga requiere paciencia, el cuerpo precisa de muchas horas de práctica para ganar flexibilidad, fuerza y equilibrio. Ahora bien, si tienes experiencia previa, estos cursos pueden ser muy interesantes porque te aportan mucho en muy poco tiempo.

Formaciones largas

Tienen una duración de 400 horas en adelante, algunas incluso llegan a las 700-800 horas, que se cursan, por lo general, a lo largo de cuatro años académicos. Y en la mayoría de casos, además hay que presentar una memoria o tesina final. No se obtiene ningún diploma hasta que no se completa toda la formación y se presenta la tesina. Este tipo de formaciones exige un firme compromiso por parte del alumno durante cuatro años lectivos, pero son muy completas, están muy bien estructuradas y para poder impartirlas hay que cumplir muchos requisitos, lo cual es una garantía de seriedad.

Certificado profesional

En estos momentos el único reconocimiento oficial de la Administración española válido en toda España en cuanto a estudios de yoga es la Certificación Profesional de Instructor de Yoga. Para obtenerla hay dos opciones:

  1. Superar las pruebas que convoca la Administración. Para presentarse es necesario cumplir ciertos requisitos, principalmente: acreditar un mínimo de formación en yoga de 300 horas o una experiencia laboral de 3 años con un mínimo de 2.000 horas trabajadas, ambos requisitos dentro del periodo de los últimos diez años.
  2. Realizar un curso en un centro homologado y autorizado para impartir el certificado de profesionalidad de Instructor de Yoga.

Otros reconocimientos

Los diplomas que entregan las escuelas, asociaciones y federaciones que forman profesores de yoga no tienen validez oficial, salvo que se trate de un centro homologado y autorizado para impartir el certificado de profesionalidad. Pero si quieres presentarte a las pruebas de la Certificación Profesional vas a necesitar esos diplomas porque te van a servir para demostrar que has cursado formación en yoga y, como acabamos de explicar, ese es uno de los requisitos principales para poder presentarte a las pruebas de la Certificación.

Además, algunos de esos diplomas gozan de cierto prestigio nacional e internacional, como los de la AEPY (Asociación Española de Practicantes de Yoga), la IYTA (Asociación Internacional de Profesores de Yoga en España), Sadhana o la Yoga Alliance, entre otros.

Elegir un centro

Si has leído hasta aquí seguramente ya tienes claro, de acuerdo con tus necesidades, si lo que quieres es realizar una formación corta, larga o progresiva, y si te interesa o no obtener la Certificación Profesional de Instructor de Yoga. Pero ¿dónde vas a estudiar? La oferta es muy amplia. Quizá estos criterios te puedan ayudar a elegir:

– Haz una búsqueda on line de centros de formación y visita sus páginas web. La claridad de la información que presenten, la transparencia, y el detalle de las explicaciones son muestra de seriedad y rigor.

– Lee atentamente los temarios y si estás interesado en presentarte, en el futuro, a las pruebas de la Certificación Profesional de Instructor de Yoga comprueba que el programa de estudios incluya contenidos de las cuatro competencias que se piden en la Certificación: competencia profesional 1: ejecutar las técnicas específicas del yoga con eficacia y seguridad; competencia profesional 2: programar las actividades de la sala de yoga de acuerdo con la programación general de referencia; competencia profesional 3: concretar, dirigir y dinamizar sesiones de instrucción en yoga de acuerdo a las características, necesidades y expectativas de los practicantes; y competencia profesional 4: asistir como primer interviniente en caso de accidente o situación de emergencia.

– Revisa la experiencia y el currículum del equipo de profesores.

– Comprueba los precios y confirma si incluyen todo el curso o hay que realizar algún retiro o intensivo obligatorio dentro de la formación que se pague a parte. Infórmate también de si la formación incluye las clases de práctica de yoga o si las has de abonar a parte.

– Algunos centros contabilizan la práctica de yoga dentro el cómputo total de horas de la formación y otros no. Por ejemplo, anuncian que el curso es, por ejemplo, de 600 horas, pero sólo 400 son de temario y las otras 200 son horas que tú has de dedicar a la práctica en la escuela o por tu cuenta.

– Algunas escuelas te exigen un mínimo de horas de práctica de yoga en el centro, obligatorio para la formación, y otras no.

– Haz una lista de las escuelas que más te hayan gustado y pide una entrevista personal. Las informaciones que aparecen en internet pueden ser muy “bonitas”, pero luego hay que contrastarlas; no te dejes engañar por las apariencias. Si puedes, visita varias escuelas y mantén una entrevista con el formador o el coordinador de la formación para ver si la escuela y las personas que te van a formar te “resuenan”, si sientes que su energía encaja con la tuya. No olvides que la transmisión de las enseñanzas del yoga, en su esencia y tradición, es individual, de maestro a discípulo. Hoy se enseña en clases de grupo, pero cuanto más cercanas sientas a las personas, mucho mejor. Escucha con tu oído interno.

Una vez hayas hecho todo esto, confíate al universo. No todo está en nuestras manos; la vida es magia y misterio, no un problema a resolver sino una experiencia a vivir. Te deseo mucha suerte.

Montse Ramírez. Periodista y profesora de yoga y yoga nidra.

info@escolayogavida.com