Catalunya y la unidad del yoga

2015-11-09

Una brillante parte de la historia del yoga en España la han escrito en Cataluña pioneros como Jordi Colomer, Ramón Cases, Swami Satyananda Saraswati, Enric Boada y muchos otros que han sido luego grandes profesores, sin olvidar a precursores como Antonio Blay. Valga este pequeño homenaje a todos ellos y a la unión de todos los seres en el Ser que es el Yoga. Escribe Pepa Castro.

manos unidad

En Yoga en Red nos gusta abordar temas «delicados», de esos que, por temor a hablarse abiertamente, van creando falsos mitos y creencias equívocas. En el artículo de la semana pasada (Somos espirituales, pero comemos) hablábamos de esa cierta hipocresía que asocia lo espiritual con la renuncia a todo lo material. Hoy tratamos de las relaciones entre catalanes (al margen de sus ideas políticas) y resto de España (al margen de las suyas).

Una de las personas más xenófobas que conocí en mi vida era un profesor de yoga de bastante edad y experiencia. Esto no significa nada, salvo que sin duda es una excepción. Lo normal es que el camino del yoga nos libere, entre otros lastres, de sectarismos y prejuicios, y nos despierte un mayor deseo de fraternidad universal.

Por suerte el yoga no es una vacuna contra nada, sino un espejo donde cada uno puede elegir verse en profundidad para seguir evolucionando. Los yoguis y las yoguinis, como la «base» de practicantes de todos los niveles, tenemos que lidiar con nuestras propias sombras pero también con las circunstancias que nos han tocado vivir en nuestra época. Entre otras, la política y -sobre todo- los políticos del momento.

El espíritu de los derechos humanos que luce tan bien en las Declaraciones Universales y en las Cartas Constitucionales luego se arrincona en el trajín cotidiano y prosaico de la vida política, demasiado ocupada en «asuntos de mayor calado» como el crecimiento económico o las luchas por el poder. Somos las propias personas las que nos tenemos que congregar en torno a asociaciones, comunidades, escuelas, organizaciones no gubernamentales, etc., para defender nuestra condición de seres humanos que aspiramos, como primera providencia, a vivir en paz.

El yoga es una escuela de paz y de unidad, un potencial de integración y amor. En estos tiempos en que desde la política y los medios de comunicación quieren vendernos un espectáculo de división y enfrentamiento entre personas en razón de su lugar de nacimiento y/o de sus ideas, desde la comunidad del yoga reforzamos nuestra voluntad de unión entre todos los compañeros, de Cataluña y de todo el planeta, pues sentimos que todos somos hermanos en nuestra condición de seres humanos que aspiramos a hacer de la convivencia en paz y del respeto -de lo común y de lo diferente-, nuestro modo de vida.

El yoga en Catalunya siempre compartió grandísimos maestros, escuelas e iniciativas de asociación y participación abiertas y pluralistas, y así seguirá siendo. (¿Cuándo se escribirá la apasionante historia de nuestros pioneros del yoga?)

Nuestra casa común, donde todos nos damos la mano y aprendemos a ser mejores, el Yoga.

Om shanti.

(Como siempre, te invitamos a opinar en info@yogaenred.com o pepacastro@yogaenred.com)