Cómo desarrollar la conciencia corporal

2019-03-11

Nuestra sociedad privilegia el intelecto por encima del cuerpo físico. Como consecuencia, las mayoría de las personas tienen un nivel de conciencia corporal muy limitado: solo perciben su cuerpo cuando duele; mientras no duela, se sienten “bien”. La realidad es que no saben percibir su cuerpo y por lo tanto tampoco los mensajes de alerta que llegan antes del dolor. Escribe Julia Zatta.

Julia Zatta, autora de este artículo

La OMS define salud como ​“un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. ​ Es decir, salud no equivale simplemente a la ausencia de dolor. Aun así, tras más de 10 años ejerciendo como terapeuta corporal y ocho años como profesora de yoga, he podido constatar que a pie de calle se se sigue pensando que la salud equivale a “no dolor”.

Se debe a que en nuestra sociedad se privilegia el intelecto por delante del cuerpo físico. Como consecuencia, las mayoría de las personas tienen un nivel de conciencia corporal muy limitado: solo perciben su cuerpo cuando duele; de otra manera, se sienten “bien”. El significado real de esto es que pocas saben percibir su cuerpo y por lo tanto tampoco los mensajes de alerta que llegan antes del dolor.

Si eres yogui sabes de lo que te hablo. El proceso de concienciación corporal es algo que se desarrolla poco a poco en la esterilla. Yo también era de las que no sabía percibir mi cuerpo hasta que alguien me enseñó. Desde ese momento quedé fascinada con las sensaciones físicas que era capaz de sentir.

Cuando empecé a ver mi cuerpo con mucha curiosidad y a prestar atención a mis sensaciones físicas fue como entrar en mundo totalmente nuevo y desconocido. De ahí me enganché a la anatomía, el masaje y el yoga. Mi esterilla se convirtió en un laboratorio en el que sigo investigando la conexión entre mi cuerpo, mente y espíritu. Es una exploración sin fin, cada vez mi percepción es más sutil. Y cuanto más avanzo, más quiero explorar.

Enseñar a autoescuchar el cuerpo

Si te dedicas a la enseñanza del yoga es importante recordar los comienzos del despertar de tu conciencia física porque te servirán para acompañar mejor a tus alumnos. El trabajo del profesor de yoga es el de acompañar ese proceso de autoconocimiento. Es a partir de la escucha cuando uno aprende a cuidarse dentro y fuera de la esterilla. Los alumnos principiantes que vienen a yoga quieren cuidarse, pero aún no saben cómo. Y el arte del profesor de yoga consiste en apoyarles en su proceso.

En mis redes sociales hago mucho hincapié en cambiar la manera en la que los profesores de yoga abordamos a nuestros alumnos, sobre todo si tienen lesiones. Al principio de nuestra carrera profesional tendemos a querer curar: ofrecemos consejos y posturas para solucionar los problemas del alumno. Pero la experiencia me ha enseñado que somos más eficaces en nuestro intento cuando les enseñamos a escucharse y a cuidarse.

Llevo años de experiencia en educación propioceptiva a través del masaje rolfing primero y la práctica del yoga después. Utilizo la anatomía como herramienta para estimular la curiosidad de mis alumnos e invitarlos a la autoindagación. He descubierto que la frase “escucha tu cuerpo” significa bien poco para una persona que no tiene referentes previos. Estas palabras tienden a caerse al vacío y tengo que esforzarme para encontrar otras que tengan sentido para mi alumno.

Con ese fin, uno de los recursos que brindo a los alumnos de mi curso online ​»Yoga y Lesiones» es un cuestionario que pueden dirigir a sus alumnos de yoga. El cuestionario sirve para recaudar información sobre el estado de salud de su alumno y para determinar qué cuidados necesita. Pero también sirve para guiar la conciencia corporal del alumno.

De estas preguntas, la que tiene más éxito entre mis profesores de yoga es “¿Cuánto te duele en una escala de 1 a 10?”. Es una pregunta sencilla que invita el alumno a la autoindagación. Las personas que aún no saben escuchar su cuerpo perciben el dolor como un botón de encendido y apagado. Duele o no duele. Y aunque desagradable, el mismo dolor puede ser una puerta de entrada para la autoescucha y el desarrollo de la conciencia física.

Diálogo exploratorio

El cuerpo nos habla a través de sensaciones físicas y cuando no le hacemos caso, grita. Es por eso que la concienciación corporal es sumamente importante: es gracias a ella que percibimos los mensajes de alerta del cuerpo y aprendemos a cuidarlo mejor. Una pregunta aparentemente sencilla como “¿Cuánto duele en una escala de 1 a 10?” es una manera de invitar el alumno a prestar atención a su cuerpo.

Este diálogo exploratorio nos permite cuidar mejor de nuestro alumno. Le podemos pedir que nos avise cuando su nivel de dolor es mayor que un 1 o un 2 para ofrecerle una variante de la postura que no duele. De esta manera le enseñamos a prestar atención a los mensajes de su cuerpo y a cuidarse mediante modificaciones adaptadas a su nivel.

Si te ha gustado este artículo te invito a que lo pongas en práctica en tu esterilla o en tus clases de yoga. Observa las sensaciones físicas y, si percibes dolor en algún lugar del cuerpo, busca una modificación de la postura que no te duela. Observa cómo te sientes antes y después de la modificación. ¿Qué ha cambiado?

Julia Zatta es masajista y profesora de yoga especializada en anatomía. Síguela en Instagram @zattajulia y visita su blog de yoga y anatomía ​www.juliazatta.com/es