Lo poco que voy aprendiendo

2018-11-26

Estas reflexiones de Ramiro Calle se han hecho virales en las redes sociales. Después de una larga vida dedicada al yoga enteramente, como pionero de su enseñanza y su divulgación, Ramiro comparte sus aprendizajes más íntimos, que son estos:

Que todos los abrazos y besos son pocos.

Que todas las caricias a mi gato Emile son insuficientes.

Que todo momento perdido es irrecuperable como la flecha disparada.

Que la imaginación va por un lado y la vida por otro.

Que aprender implica desaprender y que para que para poder tomar algo nuevo, algo hay que dejar.

Que la vida es un aprendizaje para la muerte y la muerte es menos muerte sin apego.

Que los demás nos pueden complementar,  pero nunca completar.

Que un hermano es el mejor amigo y un buen amigo es como un hermano.

Que la humildad nos hace fuertes y la autoimportancia nos hace vulnerables.

Que la victoria envanece y la derrota enseña.

Que  en la salud nos olvidamos de lo primordial, pero en la enfermedad recordamos lo esencial.

Que la distracción no es dicha interior ni la diversión paz mental.

Que la meditación es sanamente aburrida.

Que la flexibilidad es vida y la rigidez es muerte, pero no solo en el cuerpo sino sobre todo en la mente.

Que querer convencer a  los demás de nuestras convicciones es debilidad y necedad.

Que una caricia siempre es única y nueva si se pone el alma en ella.

Que si me empiezo a creer un poco iluminado, lo mejor es asistir a una reunión de vecinos para recuperar la cordura al comprobar que no lo estoy.

Que envejecer dignamente es mucho más sabio que negarse a envejecer.

Que el que hoy me insulta, mañana me puede alabar y el que hoy me alaba, mañana me puede insultar.

Que no hay que creerse la imagen ni la autoimagen y quizá ni siquiera la vida.

Que tengo la desgracia de ser un primate-hombre, pero que algo podré hacer para evolucionar.

Que los científicos saben, pero que los místicos saben mucho mas.

Que no me gustaría que en mi entierro alguien pensase que le he dañado intencionadamente.

Que con un  solo paseo por este planeta me doy por satisfecho, aunque siga sin comprender muchas cosas, pero aceptando que son incognoscibles.

Que en el silencio del alma hay respuestas que están veladas para la mente.

Que soy el más pobre del mundo si no tengo paz interior.

Que si te quiero,  no eres mía sino de todos.

Que soy feliz si te pierdo para que seas más feliz.

Que si como dice Babaji Sibananda, venimos, nos hacemos la foto y nos marchamos, ojalá me la haga en buena compañía.

Que aunque sea una ilusión (o tal vez no), confío en reunime – no sé de qué modo ni en qué forma-  con todos los seres amados que se fueron y correr alborozados por  las praderas por las que no corrimos.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.

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