El milagro del yoga: la acción social

2018-05-21

He visto a principiantes con la maravilla reflejada en sus ojos. El efecto del yoga es portentoso de por sí, en sus diversas vertientes: la espiritual, la psicofísica, la sanadora y… la social. Quiero contaros aquí nuestra experiencia al respecto. Escribe Joaquín G. Weil.

En la puesta en común que hacemos tras la meditación gratuita y abierta de los jueves por la tarde en YogaSala, estábamos manteniendo una conversación que podría resumirse con el título del reggae de Bob Marley: So much trouble in the world. Se me ocurrió entonces hacer una pregunta: ¿En todos estos años que llevamos celebrando esta meditación semanal, cuantos miles de personas han conocido y experimentado con nosotros la meditación? Seguro que todos juntos llenarían la calle Larios, como si fuera una manifestación dhármica.

Y te diré todavía que son pocos, pues no por ser gratuita y abierta la meditación acude el personal en masa; otra cosa sería que después de la meditación repartiéramos chocolate con churros, seguro que entonces tendríamos un éxito espectacular.

En fin, con todo, de quince en quince o de veinte en veinte personas, son miles a lo largo de los años. Esta meditación que en el grupo Shambhala de Málaga ofrece en nuestro centro constituye una verdadera acción social.

Aparte de estas meditaciones abiertas y gratuitas de los jueves por la tarde y los segundos domingos del mes por la mañana, a través de la entidad Instituto Andaluz del Yoga estamos desarrollando diversas líneas de responsabilidad social: yoga para familias refugiadas (de Siria, Ucrania, Venezuela…), a las que prestamos incluso un servicio de traducción, si se requiere; yoga para mayores, en diferentes centros de estancia diurna de la provincia; y, ahora, recientemente, yoga en centros públicos de secundaria con alumnado de compensatoria. Todo ofrecido de modo absolutamente gratuito y sin contar con ninguna subvención ni, de momento, con ningún patrocinio empresarial… ¿Cómo es posible este milagro?

Recuerdo que una vez estaba hablando con una política sobre nuestra “beneficencia yóguica”, cuando de repente me corrigió: “Se dice ‘responsabilidad social’”. Me sonreí para mis adentros sobre las modas en la semántica y sobre lo políticamente correcto en el uso de las palabras, cómo va cambiando con el paso de las generaciones…“Benéfico” quiere decir literalmente “que hace el bien”, y el yoga literalmente lo hace. Ok, lo admito, puede ser que el uso de “benéfico” puede haber sido tintado por un sentido al estilo charity works, de “compasión condescendiente”. Y, de acuerdo, con certeza también constituye un acto de “responsabilidad social”.

Detrás del voluntariado

Al hilo de lo cual recuerdo las palabras que pronunció Gheshe Tenzing Tamding en nuestro propio centro: Lo primero a tener en cuenta, cuando se quiere ayudar  a alguien, es comprender que esa persona a la que quieres ayudar es igual a ti.

Hay numerosos trámites a realizar y requisitos a cumplimentar, dentro de esta sociedad compleja en la que vivimos, para poder ofrecer un servicio con seguridad y eficiencia. Es básico que la entidad que presta el servicio esté dada de alta como gestora de voluntariado. También son imprescindibles los seguros: el de responsabilidad civil de la propia entidad y el individual por cada persona que preste el voluntariado, amén de los que tenga el centro donde se presta el servicio.

Además es necesario haber firmado previamente los convenios correspondientes, tanto de modo individual con el personal de voluntariado (que pasará a un libro o registro), como entre entidades, dado el caso, antes de lo cual habrán sido necesarias conversaciones y entrega de proyectos. Y con posterioridad, la redacción de memorias y la entrega de certificados. Sin olvidar la tarea de difusión y comunicación.

Respecto a estas tareas, mención especial a Rubiela Suárez Yustty, Rafael Valencia Valle y Mónica González Sáez, profesoras/e de yoga que vienen realizando diversas labores organizativas, administrativas y contables en el voluntariado en el IAYoga (la punta del iceberg humano necesario para una iniciativa así. (Y aquí podríamos seguir mencionando personas hasta llegar al final del artículo. Me disculpen.)

Desde el punto de vista filosófico y psicológico es importante, en el trance de estar realizando todas estas tareas burocráticas y administrativas -aparentemente tan alejadas del yoga-, no perder de vista el objetivo principal: el beneficio social y ciudadano a través del yoga, y también afirmarte continuamente en tu propio compromiso a través de tu práctica personal cotidiana de las asanas, los pranayamas y la meditación. Es necesario recordarse esto de vez en vez para no perder pie entre tanta reunión, documento, facturas y cuentas.

También realizamos diversas acciones gratuitas (y sin recibir fondos públicos ni, de momento, patrocinio empresarial) de difusión del yoga, con periodicidad anual: el Yoga en la Plaza, que el próximo octubre hará la 5ª edición, el Yoga en la Fiesta del Deporte, 6ª edición y 3ª participación nuestra… y ahora el Yoga en la Semana del Mayor, entre otras actividades en diversas localidades andaluzas… Y tenemos la mano abierta para atender a más solicitudes, preferentemente que se realicen en Andalucía, nuestro ámbito geográfico habitual de acción. Tenemos en mente todavía numerosas acciones posibles: yoga en centros de salud, en presidios y en otros muchos ámbitos.

Así trabajamos

Por si a alguien le inspira bien para realizar tareas o porque ya esté plena realización de las mismas y quiera conocer otras perspectivas, quiero compartir nuestra filosofía organizativa, que es bien sencilla: conectar a la persona que voluntariamente quiera impartir yoga de modo desinteresado -y que disponga de suficientes conocimientos- con el potencial público que reciba esta enseñanza, procurando permisos administrativos, medios, proveyendo de la coordinación requerida entre las partes y aportando difusión…

De este modo, el nuevo profesorado de yoga va ganando experiencia, en un sistema donde la actividad la realizan personas con diferentes grados de veteranía, de modo que unas puedan guiar, aconsejar y supervisar a las otras. Y, por su parte, colectivos que de otro modo difícilmente podrían acceder a la práctica del yoga (por circunstancias sociales o económicas) pueden tener esa posibilidad, pues por estatutos y por norma nunca prestamos servicio de voluntariado en lugares donde, de otro modo, las clases pudieran estar profesionalizadas o retribuidas. Esta es, a mi juicio, una de las condiciones básicas del voluntariado de yoga.

De nuevo, de modo yóguicamente milagroso, funciona todo. El milagro es la comprensión, la visión y la buena voluntad de numerosas personas, incluidos funcionarios y empleados que se involucran de un modo comprometido y consciente desde las instituciones y otras entidades donde trabajan. Y también, según mi convicción, gracias a la concurrencia del auxilio de las potencias superiores, a las que debemos tanto…

Me emocionó particularmente el éxito del yoga en las aulas de compensatoria (circunstancias académicas difíciles), una maravilla obrada por la colaboración de  directiva, profesorado, voluntariado yóguico y la siempre sorprendente participación atenta y amable del propio alumnado.

En esta entrada de nuestro blog podéis ver una muestra del aspecto humano de esta actividad a través de los mensajes en nuestro grupo de whatsapp (sí, a veces son útiles) de voluntariado en IAYoga:
https://iayoga.org/blog/2018/05/16/yoga-en-la-escuela-maravillas-del-yoga/

Sí, con certeza, como decía Bob Marley, hay muchos problemas en el mundo, si bien en nuestra mano está comenzar a superarlos (aunque sea en nuestro modesto ámbito de acción), empleando nuestra buena energía y determinación creando buen karma para otros y para ti, todo a un tiempo.

¿Que cómo puedes colaborar con nuestros proyectos? Pues para nosotros de lo más útil es que apoyes a nuestra pequeña comunidad de algo más de setenta socios, y también, claro está, estamos abiertos a tus ideas, sugerencias y pedidos, seas quien seas y estés donde estés. A tu servicio en info@iayoga.org

Y gracias por la atención prestada, si has llegado hasta el final de estas líneas.
https://iayoga.org/asociate/

Joaquin Garcia Weil (Foto: Vito Ruiz)Joaquín García Weil es licenciado en Filosofía, profesor de yoga y director de Yoga Sala Málaga. C/ Moreno Monroy 5 Planta 3ª. T 626 08 80 86
Más información:
http://yogasala.blogspot.com https://www.facebook.com/yogasala.malaga