Tienes todo lo que necesitas

2018-03-22

Tenemos todo lo que pedimos al universo, consciente o inconscientemente, agradable o desagradable, bueno o malo. Tienes todo lo que necesitas, ya sea positivo o negativo, porque el universo no distingue entre bueno o malo; son cualidades que impone nuestra mente a las experiencias para poder catalogarlas en nuestro subconsciente, pero no son reales. Escribe María José Castañer.

Lo que vivimos, sentimos o vemos es energía a diferentes vibraciones y es lo que necesitas porque sin esas experiencias no podrías crecer espiritualmente, aprender físicamente, aportar al pensamiento colectivo… Es un poco complejo de explicar pero cuando lo comprendes, todo tiene sentido, hasta un accidente doméstico.

Este ha sido mi caso. Hemos pasado un temporal de frío y nieve en el sureste de España que ha dejado nevadas nuestras ciudades y montes y hace un par de días nos fuimos mi chico y yo al campo para disfrutar de ello ya que hace muchos años que no pasaba. Mi chico sólo paseando entre el paisaje blanco estaba a gusto, pero a mí me gusta pisar la nieve, echarme encima, hacer “el ángel”, lanzar bolas a la gente, vamos, lo que haría un niño… Resultado: un esguince de tobillo ¡a una semana del siguiente módulo del curso de profesores de Prana! ‘Cagüendiez…’

Tienes todo lo que necesitas

Un poco de antecedentes… Llevo dos semanas un poco inquieta, mi mente se ha puesto a pensar en buscar trabajo antes de la fecha que me había marcado en el calendario para ello (cosas de ser project manager, que solemos anticiparnos a todo…) y también las energías a mi alrededor se han vuelto un poco locas, pero es lo que yo estoy proyectando.

Intuyo que me estoy resistiendo a la búsqueda porque una parte de mí quiere permanecer en esta etapa de estudio del yoga, pero otra parte se ha centrado en la independencia económica porque en abril se me termina el paro. ¡Se han activado las alarmas!

Estoy dando fuerza al pensamiento de que en el trabajo que encuentre no habrá gente tan maravillosa como la que me rodea hoy, o que sufriré tal nivel de estrés que perderé la paz que ahora siento. En consecuencia, en mi pequeño mundo están apareciendo acontecimientos y experiencias de evasión, de distracción, de pérdida de estabilidad. Mucha actividad para sentirme ocupada, desenfocada, sin perspectiva, todo muy loco. ¡Y a una semana del próximo módulo del curso y a dos de comenzar mis pequeñas clases como instructora va y me tuerzo un tobillo! Pero esperad, no termina ahí la cosa. Unos días antes se me reactivó una tendinitis en el hombro izquierdo y, a la vez, la planta del pie derecho se me abrió, un tema de metatarsos… “¡Cagüendiez! ¡¿¡¿todo a la vez?!?!? Esto no es casualidad… ha venido por algo!”

Desde el punto de vista emocional, las partes de cuerpo que tengo afectadas están relacionadas con los cambios, el miedo a los avances, a no poder controlar las situaciones, a la insostenibilidad. Tiene todo el sentido del mundo que me haya sucedido esto, ¡es miedo! ¡Ahá… te pillé!

Bien, descubierto el causante del estropicio toca tomar las riendas del asunto. Analizando qué pensamientos han provocado esto, encuentro lo siguiente:

  • miedo a perder la tranquilidad que me da el yoga y la gente que lo acompaña.
  • miedo a no disponer de tiempo para poder estudiarlo y practicarlo.
  • miedo a encontrarme en situaciones de presión y estrés que no deseo.
  • miedo a sentir un compromiso con otra cosa que no sea yo o mi práctica.
  • miedo a sentirme dependiente económicamente y verme obligada a ir a un trabajo que tal vez no me guste.
  • miedo a verme rodeada de gente con miedos y carencias que absorban mi energía.
  • miedo al rechazo, a no cumplir expectativas, a no ser capaz…

¡Madre mía!, bajo estos miedos (capas inexistentes de ego) hay un deseo provocado por las necesidades de seguridad y de aprobación. El Método Sedona explica claramente que sentir necesidades provoca deseos de buscar las soluciones a situaciones que no son reales, que todavía no se han dado pero ya están en nuestra mente para prepararnos. Es el momento de trabajar esta emoción de inseguridad para volver a conectar con la Fuente de toda la existencia, esa que todo lo da. Toca volver a las preguntas clave para soltar esto:

  • ¿Podrías soltar el deseo de seguridad asociado a estos objetivos sobre tu trabajo que te has propuesto? Respuesta: Si/No
  • ¿Podrías simplemente dejar que esta situación exista, que esté ahí? Respuesta: Si/No
  • Si te genera otro deseo visualizar esta situación, ¿podrías permitir que la presión estuviera ahí y aceptarla plenamente? Respuesta: Si/No
  • ¿Podrías soltar el deseo que te ha generado? Respuesta: Si/No
  • ¿Cuándo? Respuesta: Ahora-

Y respiro profundo, me pongo a toser o a bostezar a propósito para liberar el síntoma físico que me provoca ese deseo… esto hay que repetirlo las veces que hagan falta hasta sentir de verdad que la emoción o emociones no me controlan el día a día.

Lo cierto es que debo y estoy agradecida a estos pequeños accidentes. Han surgido almas generosas que se ofrecen a ayudarme de un modo totalmente altruista, a llevarme a mi curso de yoga este fin de semana, a hacerme la compra, a llevarme a las clases de la escuela entre semana… ¡Estoy rodeada de luz y no hay razón para preocuparse! Si me centro en este instante, lo cierto es que esto es un regalo que me he hecho yo misma. He provocado esta situación para hacer un stop, para pausar tanta energía desaprovechada y reenfocar.

Me acabo de regalar la oportunidad de soltar las riendas del barco y dejar que éste tome su rumbo de modo natural. De verdad que no dejo de sorprenderme con la sincronía de los acontecimientos en mi vida. Voy a disfrutar de este parón, a replantearme el foco, a volver a conectar, a dar las gracias por lo maravillosa que es cada punzada de dolor por ser una oportunidad para quererme mas. Voy a enfocarme en mis dos piececitos y a decirme en voz alta frente al espejo (gran lección de Louise Hay por cierto) que valgo más que un potosí, que soy grande, que todo va a ir bien y que el trabajo que encuentre va a ser perfecto, estaré rodeada de gente cariñosa y amorosa, me permitirá seguir con el camino del yoga y ayudar a otras personas a vivir más equilibradamente. Definitivamente elijo estar sana y fuerte.

Gracias Universo por permitirme compartir esta experiencia con los demás. Namaste.

Mª José Castañer. Instructora  de Yoga y Coach Personal (www.mariajosecastaner.com) Tras trabajar en branding, diseño y gestión de proyectos durante más de 20 años para importantes empresas actualmente es profesora de yoga en diversas salas de Alicante (Real Club de Regatas de Alicante, ULab Ideas Meeting Point y Alinur) y está terminando el 500 YTT (certificado por Yoga Alliance International) con Prana, Escuela de Yoga de Alicante.

Ver atículo original: http://www.mariajosecastaner.com