Contra los excesos en el yoga, modestia y moderación

2020-10-05

No enseña mejor un charlatán que un maestro, ni sana mejor un chamán que un médico, ni progresa más un yogui atleta que un meditador. Con las redes sociales saturadas de exhibicionismo, desde el mundo del yoga compiten también por los likes un buen número de predicadores y de contorsionistas de calendario. Escribe Pepa Castro.

Rachel Brathen @yoga_girl, una fitness girl de las 5 de más éxito en Instagram, según PiedFeed

El exceso no suele beneficiar a nadie, y menos aún cuando apenas oculta un ego que pide a gritos llamar la atención. Lo que desde aquí proponemos nuevamente es llevar a nuestras prácticas los valores tradicionales del yoga, algunos tan sencillos como la modestia y la moderación. Modestia para seguir aprendiendo juntos, practicantes y profesores. Moderación para no confundir los medios con los fines.

La pandemia ha revuelto la vida interior de todos, nuestras certezas, nuestro sentido de los límites. Nos hemos percibido más susceptibles, más vulnerables, y tal vez para compensar esas nuevas sensaciones de desamparo, confusión e incertidumbre hemos reforzado en exceso nuestros mecanismos defensivos, entre ellos la autoafirmación, y también la desconfianza hacia el otro y el blindaje emocional.

Quizás la pretensión de encontrar explicaciones a lo que no se entiende (y de sobrevivirlo, a nivel inconsciente) nos impulsa a ir más allá de las propias limitaciones, tanto cognitivas como físicas, poniendo en riesgo nuestro propio equilibrio y quién sabe si el de los que con buena fe nos ven o nos escuchan. Lo que en principio podría ser un sano y yóguico ejercicio de toma de conciencia de nuestros límites, al convertirlo en exhibición deriva en un acto de “ego espiritual” que, como dice el maestro Ramiro Calle, es la trampa más peligrosa para los buscadores.

A veces conviene recordar que un yogui, por muy avanzado que se encuentre en su trabajo físico y espiritual, no tiene la respuesta a todo; no es ese el objetivo del yoga ni lo que se espera de alguien que viva su ética. Lo que el mundo necesita ahora con urgencia no son profetas, ni sanadores, ni verdades reveladas, ni prédicas, ni excomuniones. Ni retorcer cuerpos ni tampoco argumentos para demostrar que estamos por encima de la desagradable realidad.

No es el momento de las exhibiciones autocomplacientes, sino de las personas generosas y discretas que saben hacer bien su trabajo en beneficio de la comunidad y que están dispuestas a tender la mano, a acompañar en los procesos de sufrimiento y a colaborar en mejorar la realidad que nos circunda.

Activismo a favor del yoga de base

Antes del verano creamos una sección en YogaenRed que llamamos “Activismo”, en la que convocamos a todas y todos los practicantes y docentes de yoga a poner sus valores, su intención y sus capacidades al servicio de los demás y en defensa de la salud y de la vida, de cara a poder afrontar entre todos los enormes desafíos que tenemos por delante. Pero ese trabajo solo puede hacerse honestamente desde la humildad, la contención y la conciliación. Saliendo al terreno de juego y remangándonos para empezar desde abajo, dispuestos a trabajar en equipo y con generosidad en favor de la comunidad.

Hay circunstancias a favor. La pandemia y las limitaciones físicas que nos ha impuesto han propiciado paradójicamente una mayor difusión de las bases del yoga entre la población. Eso nos ha llevado también a todos los practicantes a “redescubrir” la excelencia de las prácticas yóguicas elementales y, sin embargo, más eficaces y necesarias para ayudarnos a transitar por estos tiempos complejos: desde los simples estiramientos conscientes y los ásanas básicos a la conciencia corporal y a las técnicas de relajación; desde los ejercicios respiratorios al pranayama, al cultivo de la autopercepción, de la presencia; del entrenamiento de la atención y de la concentración, al mindfulness y la meditación; del yin yoga o yoga suave, al yoga Nidra…

En la soledad que nos acompaña después de compartir todas esas prácticas y aprendizajes con nuestros profesores de yoga a través de la distancia, debemos hallar la mente serena, el pecho abierto y el anhelo del corazón compartido, de la unidad.

Les animo a leer con detenimiento los buenos trabajos aportados recientemente a esta revista, pues abundan en esta filosofía de vuelta a lo esencial:  la excelente serie «El Yoga de los 8 miembros» que ya finaliza, Sankalpa, una varita mágica, Yoga con mascarilla, Tāḍāsana: cómo desarrollar conciencia corporal y, hoy mismo, Aliviar la ansiedad y el estrés mediante el yoga.

Pepa Castro es codirectora de YogaenRed.