Aclara tus dudas: Si hay muchas filosofías del yoga, ¿cuáles son?

2020-06-03

En esta sección Javier Ruiz Calderón ofrece respuestas a nuestras dudas sobre el yoga, su filosofía y sus técnicas desde una visión de la tradición yóguica actualizada y crítica. Todos estamos invitados a escribir a Javier a info@yogaenred.com planteando nuestras dudas o incertidumbres.

 

Pregunta: Siempre dices que no hay una sola sino muchas filosofías del yoga. ¿Cuáles son?

Respuesta: El yoga es un conjunto de tradiciones, cada una con su propia filosofía. Por eso, igual que no se puede hablar de «la tradición del yoga» sino de «tradiciones del yoga», no es correcto referirse a «la filosofía del yoga» sino a «filosofías del yoga». Es verdad que todas ellas comparten algunas ideas comunes: sufrimos más de lo necesario por culpa del apego, que se debe a la ignorancia de nuestra propia naturaleza (atman), y el yoga es el camino que busca la liberación de la ignorancia y, en consecuencia, del apego y el sufrimiento. Pero cada tradición tiene una idea distinta de cuál es nuestra verdadera naturaleza y de las prácticas que llevan a la liberación. En los siguientes párrafos resumo lo que opinan sobre estos asuntos algunas de las principales tradiciones del yoga:

–El yoga del conocimiento (jñana yoga), cuya forma más conocida es el advaita vedanta, se basa en la convicción de que no somos este organismo psicofísico individual sino el Brahman, la Realidad-Conciencia-Perfección absoluta e indivisa. Mediante el estudio, la reflexión y la meditación se llega a la percepción directa de nuestra identidad con lo Absoluto y, en consecuencia, a la liberación de la ignorancia y el sufrimiento.

–El yoga clásico de los Yogasutras se basa en la filosofía sankhya: hay dos realidades: las almas individuales (púrushas), que son puros sujetos espirituales inactivos, y la naturaleza material (prákriti), activa, móvil, que se manifiesta como todos los objetos físicos y sutiles. El objetivo de la práctica del yoga es llegar a la comprensión de la diferencia entre el púrusha y la prákriti, entre el sujeto y el objeto. Eso se facilita por el gradual aquietamiento de la mente mediante las ocho etapas del ashtanga yoga. Cuando la percepción de esa diferencia es espontánea y continua, se ha alcanzado la emancipación (kaivalya).

–Los yogas de la devoción (bhakti yoga) siempre presuponen una filosofía teísta: existe un Dios o Diosa supremo, un ser personal infinito que es el fundamento del universo, quien lo gobierna y que tiene la capacidad de salvar de la existencia cíclica a quien se le entrega confiada y amorosamente. Algunos creen que la Divinidad y el alma individual son completamente diferentes; otros, que las almas forman parte de la Divinidad; para otros, lo único absolutamente real es la Divinidad. Mediante la oración, los cantos devocionales, la recitación de mantras, los rituales de adoración (pujas), etc., el aspirante va cultivando esa devoción. Cuando la conciencia de lo Divino es continua y el devoto ha identificado completamente su voluntad finita con la voluntad divina, alcanza el estado de santidad y, en consecuencia, la salvación. Unas escuelas piensan que entonces la persona pierde su individualidad y se funde con la Divinidad; otras, que sigue existiendo en un estado de comunión más o menos estrecha con lo Divino.

–El yoga de la acción (karma yoga) consiste en la purificación de la mente mediante la acción desapegada. Ese desapego siempre procede de la práctica de la sabiduría, la concentración o la devoción; es decir, de otro yoga. Por tanto, presupone la filosofía del yoga en que se basa en cada caso.

–Los yogas tántricos añaden a las filosofías básicas (adualismo, dualismo, teísmo…) algunas ideas (complementariedad de opuestos, visión orgánica de la realidad, etc.) y prácticas (utilización del cuerpo, las energías sutiles, la imaginación, el deseo…) que se supone potencian la eficacia del yoga en que se basan. Lo que hacen, pues, es elaborar más esas filosofías fundamentales. Por ejemplo: la filosofía básica del hatha yoga es el adualismo; la de los Hare Krishna (que son absolutamente tántricos), el teísmo; etc.

¿Quiere esto decir que para practicar yoga en serio hay que creer en la existencia del Absoluto, el alma espiritual o Dios? ¿Si no se cree en la ley del karma y la reencarnación no se puede aspirar a la liberación por medio del yoga? No. Basta con comprender que la idea que tenemos de nosotros mismos como entidades separadas del resto de los seres y del conjunto del universo es errónea. La práctica del yoga puede hacernos percibir cada vez con mayor intensidad que en realidad estamos unidos con todos los seres y con el cosmos entero. Esa conciencia de la Unidad nos permite irnos desidentificando del ego y de sus apegos, experimentando mayor paz interior y libertad y empatizar con los demás seres, de los que ya no nos vemos como distintos. Esta es una posible filosofía moderna del yoga, plenamente espiritual pero que ya no presupone creencias metafísicas y religiosas tradicionales que muchas personas actuales ya no podemos compartir.

Javier Ruiz Calderón (Shánkara) es doctor en filosofía especializado en pensamiento indio y filosofía de la religión. Es profesor en la Universidad Comillas (Madrid) y discípulo de Amma. Lleva cuarenta años estudiando y practicando yoga, vedanta y meditación. Enseña esas disciplinas, así como sánscrito y canto védico, y ha publicado seis libros y docenas de artículos sobre esos temas (www.jruizcalderon.com).
Actividades (solo a distancia de momento): Cursos de verano: Introducción al advaita vedānta; Introducción a las tradiciones y filosofías del yoga. En marcha: clases de Filosofía y meditación; seminario Estudio de la Bhagavad Gītā (info@jruizcalderon.com).