La relación con los demás

2015-12-02

Somos seres de relación. Estamos abocados a relacionarnos con el resto de personas y seres que ocupan este planeta. Desde que nacemos requerimos atenciones, mientras vivimos podemos prestar las mismas y en las postrimerías necesitaremos nuevamente cuidados de los demás. De un modo u otro modo, la vida se encarga de acercarnos a los demás, y es ahí donde la calidad de las relaciones dará sus frutos. Escribe Raúl Santos Caballero.

relaciones personas

La relación, a diferencia del encuentro, debe ser moldeada y perfeccionada. Con frecuencia el resultado de una relación es la mezcla de los contenidos de las personas que la componen, pero por otra parte la ley de impermanencia  también condiciona el desgaste de las relaciones, pues éstas no escapan a su naturaleza de transitoriedad.

Por ello, las relaciones son el claro reflejo de nuestra capacidad de manejarnos e interactuar con las demás personas, ya que permiten en muchos casos dejar visibles nuestras carencias o erróneos puntos de vista, y trazan una vía de aprendizaje que comienza siempre desde uno mismo.

Nos podemos relacionar desde el ser o desde el ego. Si permitimos que el ego medie, nos veremos atravesando continuas veces una neblina que no nos dejará ver a la otra persona en cuestión, pues se verá coloreada, rotulada, etiquetada y le arrogaremos cualidades incluso de las que carece. El ego, desde su autodefensa, tratará de proyectar en los demás connotaciones que surgen muchas veces de nuestras propias deficiencias, pues ante la inseguridad y el miedo de enfrentarnos a ellas, preferimos verlo argumentado en los demás. Esa visión empañada nos hace creer lo que no es y no nos permite ver lo que es. Así se pierde la fluidez en el canal de comunicación (que no siempre es verbal), pues con tanto tráfico de mensajes se produce un alejamiento de la realidad.

Relacionarnos es compartir el mismo escenario vital con los demás seres. Hagamos por reconciliarnos primero con nosotros mismos y estaremos más capacitados para intercalar con los demás. Hagamos del ego un secretario, pero que no se inmiscuya más de lo necesario. Hagamos de las relaciones un aprendizaje para explorarnos y aprender. Todos tenemos algo que contar. Veamos que emociones negativas emergen cuando nos relacionamos, como envida, rabia, celos…, y tratemos de amplificar otras cualidades positivas como paciencia, comprensión, ecuanimidad… Relacionémonos desde la firmeza, sin aprovecharnos y sin ser aprovechados, sin desconsiderar y sin ser desconsiderados.

Somos un planeta conformado por seres sintientes que necesitamos todos de todos. Hagamos por equilibrar y armonizar cada una de nuestras relaciones, para así, enriquecernos de las mismas.

El buscador entiende que en el camino no se halla solo, pues parte de él se basa en interactuar con los demás. Sabe que es de todos y de nadie,  y que aunque ha emprendido un viaje de relación hacia dentro, comprende que son las externas en donde se verá reflejado el equilibrio que emana de uno.