El poder de tus palabras

2017-06-27

Las palabras son poderosas. En yoga existe el concepto de matrika shakti: literalmente, “el poder de las letras”. A las letras, en el alfabeto sánscrito se les llama matrikas, pequeñas madres, porque dan luz a las palabras, que a su vez generan la expresión verbal o escrita. Las palabras pueden crear o destruir… ¿Las usamos siempre con consciencia? Escribe Susana García Blanco. 

El Sol está en Géminis, uno de los signos de aire que gobierna las palabras y la comunicación. Géminis está también relacionado con el arquetipo de la musa y todas las formas en que la inspiración llega a nuestras vidas y en las que conectamos con el río abundante de la creatividad. Pero hoy me quiero enfocar en la comunicación, otro río caudaloso en estos tiempos.

En el reciente encuentro de Anusara yoga, Samavesha 2017, ha sido fascinante disfrutar de la diversidad de voces y de todas las formas diferentes en que las enseñanzas se viven y se expresan. Compartir en comunidad es muy hermoso y, al mismo tiempo, soy totalmente consciente de que uno de nuestros retos más grandes son la comunidad y la comunicación. Que difícil es con frecuencia expresar tu verdad.  Escuchar la verdad de otros. Entender y ser entendido. Todo un reto.

Por si fuera poco, vivimos en el tiempo de la comunidad global. La comunidad de las redes sociales. Es un tema que me intriga y he estado contemplando las dinámicas de comunicación en este territorio y cómo, en mi parecer, reflejan y magnifican muy claramente lo que podríamos llamar la sombra de la comunicación”.

Las palabras son poderosas. En yoga existe el concepto de Matrika Shakti. Literalmente “el poder de las letras”. A las letras, en el alfabeto sánscrito se les llama Matrikas, pequeñas madres, porque dan luz a las palabras, que a su vez, dan origen a la expresion verbal o escrita.

Las palabras están cargadas de Shakti, energía generadora. Seamos o no conscientes de ello.  Sirven para enseñar y para aprender. Para inspirar a otros. Para tocar corazones. Para animar y llenar de poder. Para deleitar. Pero también pueden servir para herir. Para hacer de menos. Para controlar. Para manipular la verdad. Para engañar. Para traicionar un secreto. Para hundir a una persona

Hace años, la mayoría de la información que se compartía era contrastada y verificada. No era muy normal que comunicaciones privadas se hicieran públicas. En el mundo de la comunicación virtual, es fácil decir lo que quieras de quien quieras cuando quieras. Incluso compartir conversaciones privadas que de un modo u otro quedan siempre registradas. Tenemos acceso a miles de personas y podemos hacerlo sentados solos frente a un ordenador. O en un tren mirando la pantalla del iPhone.

Las redes sociales nos ponen a todos en un espacio de gran vulnerabilidad. Dicen que si una mentira se dice varias veces se transforma en verdad. Alguien publica algo en Internet y de repente un montón de personas que salen de no se sabe dónde lo “comparten”.  Y además añaden su opinión, sin ningún tipo de contemplación, muchas veces sin conocer en profundidad los hechos o intenciones detrás de ellos. Si, es como en los “reality shows”, solo que no te pagan para que te hagan pedazos.

El modo en que nos comunicamos dice mucho sobre nosotros. En Psicología se habla sobre la sombra: todas las partes de uno mismo que están ocultas, inatendidas, pero que por eso mismo controlan el espectáculo de nuestras vidas. Nuestras reacciones inconscientes se originan allí y también lo hacen nuestra forma de hablar y comunicarnos cuando viene desde un lugar de reacción. Nuestras opiniones muchas veces surgen como disparadas desde lo profundo de nuestra propia sombra.

Esa mayor exposición y alcance de nuestra palabras es una gran llamada a ser consciente del poder y la energía que contiene. Te invito a que tomes un tiempo para contemplar las siguientes preguntas:

  • ¿Eres consciente de tus patrones de comunicación?  
  • ¿Te comunicas desde la reactividad? 
  • ¿Estarías dispuesto a observar esos patrones y a intentar cambiar lo que no sirve? 
  • ¿Te gustaría comunicarte desde el corazón y siempre pensando primero en el bien mayor? 

Las enseñanzas de la psicología, del yoga y de otras tradiciones orientales, pueden iluminar este tema y ayudarnos a cultivar formas de comunicación más sanas. De hecho, podemos hacer de nuestra comunicación una práctica de yoga. ¡Y es una práctica diaria! No voy a decir que sea fácil pero hay algunos pasos simples que podemos seguir:

1. Un aspecto crucial es el trabajo con la sombra. Una forma de observarla es ver cuáles son los comportamientos y comentarios que te disparan, que te hacen perder el control.  No necesariamente de una forma externa, pero si que te hacen sentir muy incómodo o agitado. Pregúntate por qué algo te hace sentir tan molesto sin poner la causa en la persona, acción o comentario, sino en ti mismo. De esta forma traemos a la luz experiencias pasadas o patrones inconscientes y los hacemos visibles, para que dejen de controlarnos desde su escondite. Cuando los conoces, notas cuando aparecen y ya no hay reactividad.

2. Toma tiempo cada día para volver la atención hacia adentro. Nada nuevo bajo el sol aquí: las práctica de meditación, de contemplación. Hace unos días estudiaba los Shiva Sutras con Carlos Pomeda. Su enseñanza principal es que los seres humanos nos perdemos constantemente en la extroversión de nuestras vidas y eso produce falta de claridad y sufrimiento. El antídoto: dedicarnos un tiempo para traer la atención más cerca del Ser. Si nos establecemos en ese lugar, y aprendemos también a comunicarnos desde ahí, la comunicación ocurre no desde la reactividad sino desde la compasión. Poco a poco, el movimiento exterior nos afecta a un nivel menos profundo, por ejemplo lo que digan los demás… aunque hablen sobre nosotros.

3. Las Cuatro Puertas del Habla. Si todo esto te resulta aún un poco abstracto, hay una práctica muy concreta que puedes comenzar a utilizar en tu próxima conversación.

Estas práctica, de origen sufí, se alinea también con las enseñanzas budistas sobre comunicación: sólo deberíamos comunicar aquello que pueda pasar con un por las siguientes «puertas»:

  • ¿Es verdadero?
  • ¿Es necesario? ¿Es el momento apropiado?
  • ¿Es para el bien mayor?
  • ¿Es la forma más amable de decirlo?

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es no, deberías encontrar otro momento, otra forma o quizá no decirlo.

Espero tus comentarios sobre este tema que me resulta tan interesante, y sobre el efecto de estas prácticas en tu comunicación con los demás.

Conecta con tu interior y expresa tu verdad sin miedo, desde el corazón.

Namaste.

Susana García Blanco. Se describe como yoguini, surfera, viajera, estudiante apasionada de la vida. “Siempre asombrada ante la fuerza creativa del corazón humano (hrdaya shakti), mi misión es guiar a los estudiantes hacia ese lugar interior de amor, sabiduría y poder. Mis clases son un lugar para la transformación donde les ayudo a encontrar sus límites, con mucho amor y conciencia, con secuencias estructuradas e instrucciones precisas, y trayendo a ellas mi pasión por la filosofía, la mitología y las posibilidades terapéuticas del yoga. Con base entre Marruecos y España, enseño intensivos, Inmersiones y Formaciones de Profesores y ofrece retiros  de yoga y surf en Marruecos”.

Es la primera Profesora Certificada de Anusara® Yoga en España (2006), Yoga Alliance E-RYT 500®, asesora en el proceso de Certificación de profesores de la ASHY y Formadora Avanzada de Profesores de Anusara yoga. Su compromiso con el despertar de lo Femenino y la conexión con la Diosa le han llevado a estudiar en la escuela Urban Priestess con Sianna Sherman and Ashley Turner, y a llevar a cabo círculos de mujeres para despertar la energía de hermandad entre mujeres y potenciar su desarrollo personal.

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