La Bhagavadgītā, un texto de gran actualidad

2019-01-28

Aunque cronológicamente debamos situar este texto en un punto indeterminado entre el siglo II a. C. y el siglo III d. C., la Bhagavadgītā es en realidad un texto de gran actualidad, como ocurre con todos los clásicos de la filosofía. Escribe Montse Simón.

La encrucijada en la que se encuentra Arjuna, un guerrero que se ve en la tesitura de tener que luchar contra familiares (los Kaurava), amigos y maestros, para recuperar unos territorios que habían sido usurpados a otra parte de la familia (los Pāṇḍava), refleja la crisis existencial que afrontamos cuando nos vemos obligados a elegir entre una vía fácil, pero que perpetúa la injusticia y la esclavitud de las bajas pasiones, y una vía que se presenta mucho más difícil de emprender pero que es la que sentimos que conduce finalmente a un bien mayor, la que nos conecta con la tranquilidad última de haber actuado con coherencia (siguiendo el corazón).

La situación de Arjuna describe fácilmente un cuadro de ansiedad, de una profunda angustia ante una elección de grandes consecuencias:

“¡Oh Kṛṣṇa! Al ver a mis familiares y amigos reunidos con la intención de luchar, mis miembros se debilitan y mi boca se seca. Mi cuerpo tiembla, se me eriza el pelo, el arco Gāṇḍīva cae de mi mano y la piel me arde. Es más, ¡Oh Keśava! No puedo sostenerme en pie, mi mente se agita” (Bhg., 1.28-29)

En nuestra vida, también nosotros nos vemos obligados a tomar decisiones. Constantemente estamos eligiendo y en esas elecciones nos dirigimos hacia un camino que nos aleja de nosotros mismos, nos hace sentir negativamente inquietos o un camino que nos acerca a lo más verdadero en nosotros, aquello que nos hace sentir en paz.  Por supuesto no todas las elecciones que hacemos tienen el mismo peso en sus repercusiones alrededor, pero sí un peso bastante parecido en cuanto al hecho en sí de acercarnos o alejarnos a nosotros mismos.

Cuando pensamos en un camino que conduce a la paz es frecuente que nos asalte la idea de que esto es muy complicado en medio de la vorágine del trabajo, la familia, el consumo, la sociedad… y podemos llegar a pensar que eso sólo podría lograrse renunciando a la sociedad, viviendo en medio del campo, o llevando a cabo una forma de vida que no implique el ajetreo y la vertiginosa velocidad con la que vivimos millones de personas en el mundo. La novedad que aporta la Bhagavadgītā es que podemos vivir en la sociedad, participando activamente de ella y a la vez hacerlo desde la más profunda paz y con absoluta libertad. Pero para que así sea, habrá que ver primero qué es lo que parece robarnos la paz y la libertad.

La encrucijada de Arjuna

En el caso de Arjuna, parece ser que lo que le resta paz es el conflicto entre su deber como guerrero, a saber, luchar por la justicia, y el  hecho de que aquellos contra quienes debe luchar sean personas queridas. Su mecanismo inicial de huida es decir que lo deja todo y se va a vivir a una cueva, como un ermitaño. Por supuesto esto sería una opción si su llamada interna fuese verdaderamente esa y  no la del guerrero, tal como la historia pretende reflejar. Arjuna tiene miedo de derramar sangre por recuperar parte del reino y también parece temer el resultado de la batalla: si ganan se sentirá mal por haber matado a seres querido, si pierden se sentirá mal por no haber sido capaz de restablecer la justicia y porque su honor como guerrero se verá mancillado… Desolado por la situación busca esquivar una batalla que va a tener lugar igualmente y en el fondo pretende hacerse responsable de la ignorancia de sus familiares que han llevado la historia al borde del precipicio. Su decisión de abandonarlo todo no lo acerca a lo más auténtico de sí mismo porque es una decisión tomada desde el miedo y la angustia que renuncia a su vocación, a la forma en que la Vida se expresa mejor a través de él. En el fondo el error de Arjuna es el de identificarse completamente con su rol de guerrero, hasta el punto de querer renunciar a él, reduciendo su ser a dicho rol y a los resultados que se deriven de la batalla, como si todo lo que está ocurriendo dependiese exclusivamente de él, en su personaje limitado.

En nuestro caso ocurre algo parecido: nos identificamos tanto con nuestros roles que olvidamos el aliento de Vida que los sostiene. Reducimos lo que somos a lo que hacemos y nos identificamos con los resultados y con aquello que creemos poseer. Esta identificación reduccionista que olvida tomar un paso de distancia para observar la Vida en una totalidad mucho más amplia nos aleja de la paz y la libertad, porque nos convertimos en esclavos de nuestros juicios, así como de los juicios que puedan hacer de nosotros, de nuestros deseos y de los resultados que obtengamos a través de acciones que parecieran pertenecernos en un sentido absoluto, cuando sólo nos pertenecen parcialmente.

“Tienes derecho a la acción, no a los resultados. No pretendas ser el hacedor del que dependen los resultados y tampoco te apegues a la inacción”. (Bhg., 2.47)

 La  Bhagavadgītā nos anima a actuar del modo que sea más fiel a nuestro ser, de la forma en que profundamente sentimos que es correcto que lo hagamos (y esa corrección difícilmente puede juzgarse desde fuera) sin apegarnos a si ese acto nos conduce a lo que se considera como éxito o fracaso. El éxito interno está asegurado cuando seguimos la llamada del corazón, de la Vida que late en nosotros y en todos los seres, más allá de la individualidad y singularidad de cada uno de ellos.

Por supuesto, esta reflexión no está exenta de despertar algunas inquietudes, argumentos que en manos de alguien que se mueve sólo en busca del propio beneficio, podrían pretender justificar acciones atroces o una falta absoluta de responsabilidad sobre lo que uno hace. Nada más lejos del mensaje último hacia el que apunta este maravilloso texto originado en la tradición hindú.

Si quieres profundizar más sobre cómo llevar a cabo las acciones de forma ecuánime en medio del mundo en el que vivimos, puede interesarte el curso de diez sesiones que iniciaremos en Casa Asia a partir del 6 de febrero.

Montse Simón es filósofa asesora, licenciada en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona, postgraduada en Historia de las Religiones por la Universidad de Barcelona y diploma en sánscrito por la Banaras Hindu University. Miembro y profesora de la Asociación de Yoga y Filosofía. Se dedica al asesoramiento filosófico (http://www.montserratsimon.com/) imparte cursos y retiros de filosofía y es formadora del Certificado de Instrucción en Yoga de la Comunidad de Madrid.

Curso: «Enseñanzas de la Bhagavad Gītā para nuestras acciones cotidianas: lectura práctica de un texto fundamental del hinduismo»
Cuándo: del 6 de febrero al 10 de marzo
Dónde: Casa Asía. Madrid
Imparte: Montse Simón
Abiertas las inscripciones https://www.casaasia.es/actividad/detalle/220706-curso-ensenanzas-de-la-bhagavad-gita-para-nuestras-acciones-cotidianas-lectura-practica-de

Enlace entrevista sobre la Bhagavadgītā: https://www.youtube.com/watch?v=irh5Dwo8Z4I