Entrevista con Swami Gyan Dharma: «Tu vida es tu práctica»

2014-04-29

Me encantaría que conociérais a este gran yogui nómada, que ha viajado por todo el mundo enseñando yoga. Que le preguntárais por su vida en el ashram, por Satyananda, por esa India salvaje antes de que empezara a occidentalizarse, por cómo ve él la vía. Y sobre todo, que sintáis su presencia. Entrevista Eva Espeita (Swamini Radhananda).

Eva y Gyandharma

Conocí a Swami Gyan Dharma en un largo viaje a China donde nos invitaron a enseñar yoga. Conviví muchas horas con él en aeropuertos, aviones, coches, barcos, hoteles… y finalmente en el retiro de yoga que debíamos dirigir juntos. Fue un gran placer compartir vida con él durante esas semanas y escuchar sus silencios y sus palabras que me enseñaron tantas cosas importantes.

Swami Gyan Dharma, nacido en Dinamarca, es un discípulo directo de Swami Satyananda, que convivó con él muchos años. Es un gran amigo de Swami Nishchalananda y de Swami Muktidharma, también discípulos directos de Satyananda y grandes divulgadores de esta tradición en Occidente.

Nacido en Copenhagen (Dinamarca), Gyan Dharma se introdujo en la práctica del yoga a los 23 años. Dos años después, a finales de los setenta, se fue a vivir a India con su maestro Swami Satyananda Saraswati y ya nunca regresó a su país de origen. Durante los siguientes diez años, vivió en su ashram, la Bihar School of Yoga (Munger), donde fue iniciado por el propio Satyananda, en 1984, en la tradición de Sannyas. Desde la retirada de Satyananda a Rikhia, abandonó Munger y pasó muchos años viajando y practicando yoga en India, especialmente a los pies de los Himalayas.

En los primeros tres años tras su regreso a Europa, Gyan Dharma dividió su tiempo entre vivir en una cueva en la isla griega de Creta y enseñar yoga por todo el continente. Los siguientes quince años los pasó retirado en España, practicando un extenso conjunto de sadhanas yóguicas. En 2005, dejó España, desde lo cual lleva enseñando yoga en diferentes partes del mundo, incluyendo la dirección del ashram de Swami Nischalananda (Mandala Yoga Ashram), en Gales (Reino Unido) y del Ashram de Swami Muktidharma (Anahata Yoga Retreat), en Nueva Zelanda.

Si tuvieras que resumirla en pocas palabras, ¿cuál es para ti la enseñanza fundamental del yoga?
El objetivo fundamental de las enseñanzas del yoga es guiarnos hacia la comprensión de que la vida está bien tal y como es, mostrándonos que la felicidad y la plenitud no se encuentran en otro lugar ni en otro momento. Nuestra vida es nuestra práctica, y todo lo que necesitamos para nuestro crecimiento espiritual está siempre aquí con nosotros, en cada paso del camino.

Viviste unos diez años con Swami Satyananda en el ashram de la Bihar School of Yoga. ¿Podrías decirnos algo sobre él?, ¿cómo era en persona?, ¿cómo era su forma de transmitir el yoga?
Durante los años que viví en la BSY, Swami Satyananda era para la mayoría de nosotros como una figura paternal. En ese momento, se encontraba a la cabeza de una “familia” bastante grande, que a través de la mayor parte de los años ochenta comprendía entre 40 y 50 swamis, así como otros residentes.

Satyananda era un hombre amable y tolerante, pero al mismo tiempo con una disciplina bastante estricta, un poquito militar. Siempre había un gran amor emanando de él, y eso fue lo que nos mantuvo tanto tiempo allí a la mayoría de nosotros.

Tenía una capacidad única para animarnos a la hora de encarar y trascender las dificultades de la vida y de nuestras mentes, siempre se encontraba dispuesto a apoyarnos cuando estábamos luchando para superar nuestros viejos y arraigados patrones mentales y emocionales. Su energía y sabiduría trabajaban de forma misteriosa; en su presencia tus niveles de energía parecían aumentar, tu mente se volvía nítida y, poco a poco, a través del proceso de vivir en su compañía, tu propia sabiduría inherente comenzaba a crecer y florecer.

¿Podrías hablar de cómo es la vida de ashram y qué sentido tiene para ti?
La vida de ashram con tu guru es una gran bendición, tiene una inmensa belleza, y no hay muchas cosas que se puedan comparar a ella. El ashram es un lugar donde toda la estructura de la vida se orienta hacia la realización espiritual. No tienes que preocuparte por nada excepto por poner atención a tu proceso de crecimiento. Resulta, por ello, una oportunidad única para trabajar conscientemente ese proceso de evolución espiritual.

Por supuesto, cada día tienes tus tareas cotidianas, pero el Karma Yoga en el ashram es una actividad gozosa, y te conecta con mucha fuerza, en un sentido espiritual, con toda la vida que te rodea, te fuerza constantemente a mantenerte en el momento presente, y de esta manera te anima a tomar las cosas tal y como son. El Karma Yoga nos ayuda a vivir en la realidad, en lugar de en la fantasía.

¿Qué diferencias encuentras entre el funcionamiento y el ambiente de la Bihar School of Yoga cuando vivías en ella hace más de veinte años y su deriva actual?
Realmente no conozco la actual BSY. Hace mucho tiempo que no he vuelto a estar allí. Mi conexión era con Sw. Satyananda, y en el momento en que se marchó yo también me marché. Desde entonces, los incentivos de volver allí nunca han sido muy grandes para mí.

Cuando yo vivía en la BSY, la práctica principal era el Karma Yoga. Estábamos en plena construcción del Ganga Dharshan Ashram, lo cual era un proyecto muy grande que ocupaba la mayor parte de nuestro tiempo y energía. Solíamos trabajar de sol a sol, y por la noche colapsábamos de agotamiento. Solíamos irnos a la cama a las diez de la noche y luego, hacia las tres de la mañana, volvíamos a estar de nuevo en pie. Trabajamos, comíamos y dormimos, a menudo los siete días de la semana, deshaciendo poco a poco, por agotamiento, nuestros más profundos karmas y samskaras.

La sabiduría es una parte natural de lo que somos; sólo nuestras ruidosas mentes nos impiden acceder a esta sabiduría. A través del Karma Yoga el ruido mental y emocional se calma, entonces podemos empezar a confiar en nuestra propia sabiduría inherente; esto es lo que yo experimenté a través de esos años viviendo con mi guru en la Bihar School of Yoga.

A mediados de mayo, en un bosque de Gredos, vas a codirigir con Swamini Radhananda un retiro llamado «Viviendo en la Atención». ¿Qué te impulsa a llevar a cabo este retiro y qué vas a trabajar en él?
Tengo muchas ganas de llegar a España, tengo una fuerte conexión con esta tierra y su forma de vida, ya que pasé casi diez años viviendo allí. Siempre estoy encantado de compartir la tradición de yoga, y para todos los que vengan será una buena oportunidad para introducirse de forma plena en el momento presente, liberándose del pasado y el futuro durante algunos días, saboreando el gusto del eterno momento presente, a través de la práctica de ásana, canto de mantras y kirtan, meditación, satsang…

El Retiro «Viviendo en la Atención»

Cuándo: del 15 al 18 de mayo

Dónde: El cielo de la Vera (http://elcielodelavera.es/Llegar.htm)

Enseñanza y estancia completa de jueves a domingo (todo incluido): desde 240 € (para todos los detalles consultar con Aushadhi Escuela de Yoga)

–Estancia completa de viernes a domingo (todo incluido): desde 185 € (para todos los detalles consultar con Aushadhi Escuela de Yoga)

Inscripción

  • El pago de la estancia se abonará directamente en El Cielo de La Vera, a la llegada, el jueves 15 o el 16 de mayo.
  • El pago de la enseñanza: 150 € de jueves a domingo o 125 € de viernes a domimgo (añadiendo 15 € más para alumnos externos a Aushadhi) se realizará en efectivo por adelantado en Aushadhi, o bien por transferencia (especificando bien nombre y concepto): o transferencia bancaria a Eva Espeita Izquierdo 1465 0100 92 2019973138 (antes del 25 de abril)
  • Datos de la reserva a: contacto@aushadhiyoga.com especificando nombre completo, e-mail y teléfono.
  • A petición, se entregarán certificados de asistencia.
Organizado por: Aushadhi Escuela de Yoga
Paseo de las Delicias 47 – 51 (pasaje peatonal) 915391669 – 615986339
28045 Madrid

Más información: http://www.aushadhiyoga.com/