Más que silencio: un espacio para ser

2013-05-13

Cuatro mujeres de orientación cristiana sienten, en un momento de su vida, que los caminos «oficiales» no les valen. Y cada una busca su propia vía para vivir su anhelo de espiritualidad de un modo más auténtico. Y se acaban encontrando en un proyecto de silencio y meditación abierto a todas las creencias. Es Más que silencio.

¿Cuál es su propuesta? Ofrecer un espacio donde las condiciones externas facilitan el silencio interior y donde se pueda estar el tiempo que se quiera. Se trata de sala amplia, limpia, equipada con cojines y banquitos de meditación, y con un ventanal enorme abierto al cielo de Madrid como único altar.

Nos reunimos con las personas que hacen Más que silencio: Paz, Cristina, Yolanda, Inma, Yoly, Elena, Amalia y Ángel. Tras meditar todos juntos, hablamos de qué es para cada uno la meditación:

Yoly: Meditar es, para mí, vivir desde la verdad que soy. Me saca de mis rollos mentales y me va serenando, silenciando y reparando.

Elena: Me aporta serenidad, equilibrio. Me centra. Siento unificación, armonía, vivir desde la conciencia y desde el presente.

Ángel: Me hace sentir presencia. Presencia de ser y de estar aquí y ahora, y alejarme todo lo demás que no es eso.

Inma: El silencio me aporta el encuentro con lo más genuino de mí misma. Me lleva al encuentro de lo profundo y lo trascendente. Y descubro que me ayuda mucho a vivir más en paz, a reaccionar menos y a acoger mejor las situaciones que me rodean.

Yolanda: Me resulta difícil describir qué es para mí la meditación porque precisamente me saca del lenguaje y de las palabras. Pero diría que me crea el espacio necesario para ver lo más grande de mí, lo más auténtico y una predisposición a ver al otro y a servir a los demás.

Cristina: Meditar me está ayudando a conocerme de una forma nueva y a conocer la realidad de una forma menos superficial. Me ordena y me integra por dentro, y eso me hace sentir en paz conmigo misma, con las personas y con Dios.

Paz: Cada vez soy menos reactiva, y después de un tiempo de meditar estoy con una paz que no sabría definir.

Amalia: Para mí meditar es una forma de aquietar la mente y saborear el momento.

Pero ¿cómo surge la idea de crear un centro abierto a la meditación? Cuenta Paz: «Lo viví como una sincronicidad entre Yoly, Inma, Tamara y yo. Nos conocimos en un asociación de mujeres y creamos el proyecto. Yo soy cristiana y buscaba en los cristianos con los que convivía una cercanía, una amistad, una complicidad… que nunca se daba. Yo lo vivía mal, y empecé a pararme, a sentarme, a intentar comprender (ahora lo llamo silenciarme). En esos parones (eran meditaciones) tuve luces que me ayudaron a comprender y a salir adelante. Vi aquello como una especie de ‘salvación’, entre comillas, personal que me ayudó a no hacer juicios y a intentar comprender a esas personas».

«Iba a las iglesias a buscar esos espacios de silencio y no los encontraba; solo existían en la soledad de algunos monasterios. Yo pensaba que esos retiros tenían que ser para todos, no para unos pocos. Y me decía que era una lástima que no existieran en la ciudad espacios de silencio en donde poder silenciarse, meditar, rezar. Las iglesias se abren para unas celebraciones, para un culto en el cual se está continuamente rezando y celebrando en alto,y cuando ese culto se acaba se cierra la iglesia y se acabó. De hecho yo muchas veces, después de la eucaristía, me quería quedar más tiempo, pero tocaban la campana y te echaban. Alguien me dijo que parecía que Jesús estaba en la UVI, de 3 a 4 o de 4 a 5, una hora y a marcharte. Surgió entre nosotras la idea de Más que silencio y estoy encantada. Ojalá se abran más salas de estas en España».

Yoly cuenta lo que la impulsó a sumarse al proyecto: «Siempre tuve la inquietud de ser más que de hacer, el gusto por la oración, el silencio. De hecho estuve años en una vida contemplativa. Luego me di cuenta de que era un invento humano y que no era necesario estar en esa estructura para vivir eso, así que cuando me compartieron este proyecto me encajó de maravilla porque es lo que quiero vivir».

Horarios y actividades

Cada día, cualquier persona puede ir a meditar a Más que silencio de 17:30 a 19:30. Además se organizan actividades que ayudan al encuentro con uno mismo. La principal: una hora de meditación guiada. Lunes, meditación mindfulness y también yoga; martes, meditación integral; miércoles, meditación desde la Biblia; jueves, un espacio llamado «Iniciación al silencio» y también meditación a través de la danza. Todo ello es gratuito.

«Es un espacio en medio de la sociedad y el activismo frenético que pretende ayudar a reflexionar, a meditar, a integrar la prisa y el ruido para dejar que emerja el silencio interior. Nos parece que eso debe estar a disposición de todos, con independencia de que se tenga o no dinero», dice Inma. Cada persona que llega puede aportar lo que le parezca para el sostenimiento del centro.

«Una cosa importante para nosotras es que siempre estemos dos personas para que quien venga se sienta acogido. E incluso si una persona necesita hablar o está angustiada, que tenga un interlocutor. De modo que es este es un espacio de silencio en el que no se niega la escucha a quien lo necesita»,  comenta Inma.

También se organizan actividades formativas sobre temas concretos: cursos, talleres, retiros. Esos sí se cobran, porque lo que se ingresa por ellos sirve para pagar el alquiler de la sala y para remunerar a los profesores.

Dice Inma: «Es impresionante sentir cómo a nivel del silencio, todos nos unimos y no somos nadie: somos nosotros. Ahí podemos encontrarnos y dialogar todos». Ángel comenta: «Es un espacio común donde confluyen distintos caminos y en el que la llave es del silencio».

Aunque Más que silencio lleva en marcha hace dos años y su espacio se abría en diversas salas, la sede actual de Princesa 25 lleva abierta desde noviembre.Por allí pasan entre 10 y 20 personas cada día. «El éxito para nosotras es que las personas vuelvan al centro y se convierta en un sitio de referencia que se pueda recomendar, un sitio donde puedes ser tú y te sientas cómodo, libre, y donde alguien te saluda al llegar y te despide al irte».

El centro

Dónde: Princesa 25, planta 5ª puerta 4 (Edificio Hexágono). Madrid.

Teléfono y mail: +34 620 08 77 94 masquesilencio@gmail.com

http://www.masquesilencio.com/