Así fue el I Congreso Mediterráneo de Yoga

2013-02-26

Víctor M. Flores nos ofrece la crónica resumen del I Congreso Mediterráneo de Yoga celebrado el pasado fin de semana del 15 al 17 de febrero.

Congreso Valencia

El I Congreso Mediterráneo de Yoga ha sido un sueño acariciado hace tiempo tanto por Aurelio Alvarez, director de la Revista Tu-Mismo, como por mí personalmente, promotor del congreso de Yoga con mayor número de asistentes a nivel europeo: El Congreso de Yoga de la Costa del Sol, que este año cumple su séptima convocatoria.

Cuando comencé mi andadura profesional en el mundo del Yoga fui consciente de la necesidad de difusión de esta disciplina desde dos perspectivas muy claras:

La primera era la independencia de una corriente definida de pensamiento y de un linaje. Entiendo que el yoga es un árbol con muchas raíces de las que se alimenta.

La segunda perspectiva era la oportunidad de que en un mismo espacio compartieran experiencias y demostraciones desde los más veteranos de nuestro país hasta los más recientemente incorporados, dado que el Yoga es el triunfo de la igualdad absoluta, pues en el mundo del espíritu se desconocen las castas y las categorías. Desde mi perspectiva un profesor que acaba de abrir un centro modesto de barrio o que imparte clases gratuitas para los ancianos de una residencia de la tercera edad se encuentra al mismo nivel que un gran Swami de un afamado ashram de la India. Desvestido de prejuicios, he aprendido muchas cosas. Aprendí que solo hablan de su prestigio quien carece de este. Que no hay bueyes sagrados, sino personas. Y que el maestro debe ser superado por su alumno.

Cuando comencé con los congresos de yoga me juré a mí mismo que las oportunidades que yo no había recibido se las tendería a todo aquel que se acercara con el corazón abierto y con un proyecto coherente. Con este último congreso de la ciudad de Valencia han sido ya 200 escuelas y 10.000 visitantes.

Para mí ha sido el reencuentro con muchas personas que han asistido a los talleres y conferencias impartidos en los últimos tres años en esta capital del Mediterráneo. Ha supuesto el abrazo fraternal con ponentes a los que sigo su carrera con atención por su honradez y dedicación, como Tao Prajñananda, director de la escuela Dharma Anandao, mi compañero de federación y senda Arul, de Soham. Y también enternecerme con la sutil poesía de Gopala, cabeza visible de la escuela Sivananda. Reírme como un chiquillo con la presentación de Rainbow Kids Yoga, de Cayetana Ródenas. Sacarme el corazón y dejarlo palpitante en la palma de mis manos con esa genial y chamánica Christine Mc Ardle Oquendo. Descubrir a Cosmin Iancu o Eugenia Rodriguez. Percibir la elegancia de las formas de Silvia Jaén. Estudiar la precisión de Emilia Nacher o Pedro López e Isabel Fuentes. Vibrar con Ara Vercher y Siri Tapas, sudar con Sabrina Daam; encontrar mi alma con Carmen Broch; sanarla con esa médica del alma que es mi muy muy apreciada Mirenlu Guinea; convertirme en un animal de dos espaldas con el taller de contact de Mila Hurtado… y compartir, compartir sonrisas, caricias, escalofríos, inhalaciones, despedidas, agitación. Compartir vida con los que enseñaban y con los que recibían hasta ser un bucle multidireccional. Compartir baile, mantras y griterío con Anayama. Vivir descalzo, ser esclavo de la luz y dueño de la llama.

Y el esfuerzo, refuerzo y continuo aliento de Aurelio Alvarez y su fabulosa familia, imprescindibles en todos los aspectos. Considero a Aurelio compañero, amigo y hermano.

Valencia no ha acabado. Es una semilla y permanece. Si faltaste, te esperamos en el 2014 y en todo lo que está por venir.

Víctor M. Flores. www.congresosdeyoga.com