Enseñanzas del capítulo dos de la Bhagavad Gītā

2014-09-02

El capítulo dos de la Bhagavad Gītā es uno de los más importante de toda la obra -si no el que más-, ya que resume la totalidad de la enseñanza y expone, de forma sintética, sus dos temas esenciales: el autoconocimiento (ātma-jñānam o Brahma-vidyā) y el conocimiento del yoga (yoga-vidyā). Escribe Óscar Montero.

Bhagavad-Gita

Este capitulo se puede dividir en cuatro partes:

  • La entrega de Arjuna al maestro Kṛṣṇa. Verso 1 al 10.
  • El autoconocimiento (ātma-jñānam). Versos 11 al 38.
  • El conocimiento del yoga. Versos 39 al 53
  • Los frutos del conocimiento (jñānam-phalam) y la gloria del sabio. Versos del 54 al 72.

En la primera parte, el problema del príncipe Arjuna consiste en el conflicto moral que supone tener que decidir luchar en una batalla —que él no ha buscado—  donde ha de enfrentarse con parte de su familia, sus maestros y amigos. El sufrimiento y la compasión de Arjuna le lleva a un estado de confusión y abatimiento emocional que le hace incapaz de decidir si ha de tomar partido en la contienda. Arjuna plantea diferentes argumentos —aparentemente legítimos— para no luchar, y abrumado por la situación, busca refugio en Kṛṣṇa, al que se declara como su discípulo, dispuesto a escucharle hasta que se resuelva su aflicción.

Kṛṣṇa está feliz de ayudarle porque sabe que el discípulo se halla listo para recibir y asimilar la enseñanza hasta que éste vea claramente cuales son los problemas fundamentales a los que se enfrenta. Kṛṣṇa va presentar tres tipos de argumentos para ayudarle a salir de su sufrimiento y confusión.

El primero —desarrollado en la segunda parte del capítulo — que soluciona el problema fundamental reside en el autoconocimiento (ātma-jñānam).  Kṛṣṇa revela la naturaleza del individuo como existencia-conciencia-plenitud (sat-cit-ānanda) y hace ver a Arjuna que es ilegítimo lamentarse por aquello que está sujeto al cambio. Nadie va a dar muerte ni a su abuelo (Bhīṣma) ni a su maestro (Droṇa), ya que ambos son el ātman eterno e indestructible. Kṛṣṇa enseña a Arjuna a reclamar su verdadera naturaleza y a cambiar las perspectiva de cómo considerar su propio cuerpo y el de los demás, con la intención de hacerle ver cuáles son los errores y la confusión al tomarse como cuerpo-mente-sentidos.   Este tema va a ser el corazón del advaita vedanta, ver la identidad esencial entre el individuo (jivātman) y el Señor (Īśvara o Paramātman).

Para asimilar esta identidad entre ātman y Brahman, Kṛṣṇa va a exponer —en la tercera parte— los fundamentos teóricos y prácticos del yoga (yoga-vidyā o yoga-śāstracomo instrumento fundamental para erradicar los conflictos morales y psicológicos que inhiben que la naturaleza esencial del individuo como sat-cit-ānanda sea reconocida. Sin el conocimiento y práctica de este yoga, junto con las tres medios (sādhanas) que va a exponer —en la cuarta parte—, el conocimiento de ātman como Brahman no podrá asimilarse, ya que los conflictos morales crearán turbulencias en la mente de forma constante,  y por tanto, el conocimiento espiritual no se asentará ni asimilará hasta que se den los requisitos mínimos de madurez y crecimiento interno en la persona cualificada.

El segundo argumento consistirá en presentarle las razones morales que le hacen ver por qué es su obligación luchar contra su primo Duryodhana —el usurpador del reino—  en su papel de protector de la justicia, del dharma y de la ley. No hay pecado alguno para aquel que obra según sus deberes y su dharma, a pesar de que tenga que enfrentarse a miembros de su propia familia que han violado las reglas morales y han intentado por todos los medios deshacerse de los herederos legítimos al trono.

Y en el tercero, desde un punto de vista personal y práctico Kṛṣṇa le muestra los argumentos por los cuales Arjuna no ha de manchar su buen nombre y honor si decide retirarse de la batalla —por compasión— y ceder el reino al usurpador Duryodhana.

En conclusión, en este capitulo dos de la Gītā vamos a encontrar, en apenas setenta y dos versos, una introducción abreviada de toda la obra que nos va a permitir ver —empezar a ver— el diagnóstico del problema fundamental del ser humano y la solución o ruta espiritual para tratarlo.