El poder liberador de la atención

2016-01-25

La atención es una preciosa función de la mente que nos permite percibir y percibirnos. En las antiguas psicologías del yoga y del budismo se le ha reconocido un gran poder transformativo y  liberador. El entrenamiento metódico de la atención la fortalece, estabiliza y la hace más penetrativa. Escribe Ramiro Calle.

Hombre meditar

La atención firme nos será de gran utilidad en nuestra vida diaria, y mediante ella podremos conectar mucho mejor con el momento presente y tener más capacidad de observación y percepción. La atención consciente y deliberada se convierte así en una fiable aliada en todas las parcelas de nuestra vida; por algo se le ha llamado «el asilo de la mente» y se la ha comparado a una armadura que nos protege. La atención bien adiestrada es el filtro, custodio y lámpara de la mente.

La atención aplicada sobre uno mismo es de un gran valor para poder descubrirse y conocerse, pero además ayuda a examinar la mente, regularla, formarla y liberarla de todo tipo de  negatividades. Al estar más atento de uno mismo, uno vigila sus pensamientos, palabras y  actos; previene el automatismo y es capaz de seleccionar lo sano y descartar lo insano. La atención es necesaria para observarnos y conocernos. Mediante la atención drigida a nuestra psicología, nos capacita para captar nuestras reacciones emocionales, hábitos psíquicos, autoengaños, conductas de evasión y puntos ciegos que nos impiden vernos como somos.

El cultivo métodico de la atención reporta compresión clara, entendimiento correcto, lucidez y acción diestra y consciente. La atención va limpiando la mente de esquemas, viejos patrones, pautas y oscurecimientos, lo que esclarece la visión. Mediante la observación atenta nos conocemos, descubrimos qué hay que transformar en nosotros y nos vamos realizando. Lá atención adiestrada es un medio idóneo para liberar la mente de ofuscación y, por tanto, de avidez y odio.

La atención con la que se trabaja en la vigilancia y observación de uno es la denomninada atención pura, que se limita a ver el hecho tal cual es, libre de interpretaciones, justificaciones falaces, pretextos o autoengaños. Se evita el extremo de la autorecriminación y el de la autojustificación. Así uno poco se va desenmascarando, aunque  este desenmascaramiento pueda resultar a veces doloroso, pero siempre constructivo e invita al desarrollo interior.

Para entrenar metódica y gradualmente la atención hay que practicar, por un lado, la meditación y, por otro, estar más atento a las actividades que uno lleve a cabo. La atención es como una flecha con dos puntas. Puede apuntar hacia afuera y estar pendiente del exterior o apuntar hacia adentro y captar todo lo que sucede en nuestro interior. La atención le confiere a todo mayor relieve y peso específico. Es como un diamante en bruto que hay que ir puliendo con paciencia, pero sus frutos sus muy numerosos y valiosos. Merece la pena convertir la atención en un faro para caminar por la sinuosa senda de la vida y para poder llevar a cabo el viaje hacia los adentros.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.

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