Yoga para el cáncer, etapa a etapa

2015-12-30

Hemos leído este artículo en la web de la revista Elle y lo compartimos con los lectores de Yoga en Red. Está firmado por Amalia Panea.

cobra

Se llama Amy Dara y enseña yoga a supervivientes del cáncer, una disciplina que puede practicarse en todas las etapas de la enfermedad. Si estás en esta situación, no te pierdas todos los beneficios físicos y mentales que nos explica esta experta.

¿Por qué la palabra superviviente? Es lo primero que le preguntamos a Amy Dara, una experta que lleva seis años impartiendo formaciones en Estados Unidos y Europa en centros como Urban Yoga. “La palabra superviviente o sobreviviente se aplica a las personas vivas diagnosticadas con cáncer y que están en tratamiento o ya lo han superado”, explica.

Amy se interesó por este tema a raíz de la demanda de algunos supervivientes de cáncer que acudían a sus clases de yoga y se formó con Tari Prinster, otra profesora a la que ayudaba y que, tras superar un cáncer de mama, desarrolló el programa que ambas enseñan en la actualidad. Amy, que vive en Washington, imparte clases de yoga para pacientes y supervivientes de cáncer en varios centros, en un hospital.

Beneficios en cada etapa

Como dice Amy Dara, el yoga puede practicarse en cada etapa de la enfermedad aunque, como explica, “cada superviviente tiene un tratamiento diseñado para su propio tipo de cáncer: unos solamente necesitan cirugía, otros requieren tratamiento para siempre, y la mayoría necesita algo de cada y tendrá que realizarse revisiones y pruebas de forma periódica.

“Cualquier paciente de cáncer puede mejorar tanto su estado físico como emocional en todas las etapas de la enfermedad practicando yoga”, dice. De hecho, existen estudios que demuestran los beneficios de esta práctica en la calidad del sueño, el cansancio y la ansiedad de los pacientes y supervivientes, además de ayudar a reducir la ingesta de medicamentos. A continuación Amy nos explica algunos de los principales:

  • Diagnóstico. “La práctica del yoga te ayudará a preparar el cuerpo (fortalecer los músculos y los huesos, mejorar la flexibilidad y el equilibrio) y la mente (superar el trauma de recibir el diagnóstico y el miedo a la incertidumbre) para los tratamientos”, dice.
  • Cirugía. “El yoga mejora el sistema inmunológico moviendo la linfa a través del cuerpo, reduce el riesgo de coágulos de sangre y ayuda a la adecuada curación de la zona intervenida”, apunta.
  • Quimioterapia/inmunoterapia. “Alivia la fatiga relacionada con el cáncer, mejora la concentración, calma el malestar estomacal y aumentar la autoestima después de la caída del cabello”, dice.
  • Radioterapia. “Reduce el riesgo de rango limitado de movimiento de las zonas afectadas por quemaduras y alivia las molestias de quedar en la misma posición durante un tiempo prolongado en la máquina de radioterapia”, señala.
  • Terapia hormonal. “Equilibra las fluctuaciones del estado de ánimo, ayuda a prevenir el aumento de peso y a gestionar los sofocos”, dice Amy Dara.
  • Fin del tratamiento. Según esta experta, en esta fase el yoga “ayuda a restaurar la normalidad en el cuerpo y la mente, a reducir el riesgo de depresión después de quedarse solo después de tanto tiempo con el equipo de atención médica y cuidadores, y a prevenir y controlar los efectos secundarios a largo plazo de los tratamientos”.
  • Pruebas para la detección de cáncer. En estos casos, según Amy Dara, practicar yoga nos ayudará a aliviar la ansiedad.

Pero además, como dice Amy, “en cada etapa del proceso el yoga mejora el estado de ánimo y faculta al superviviente a cuidarse”. “Las clases de también sirven para beneficiarse del apoyo y la inspiración de los otros supervivientes”, añade.

Y todos los supervivientes de cualquier tipo de cáncer pueden beneficiarse del yoga, ya que, como explica Amy, “la práctica puede adaptarse a las necesidades únicas de cada persona en cada etapa del tratamiento”.

Así son las clases

Como explica esta experta, las clases duran entre 60 y 75 minutos. “El estilo es una combinación de Hatha, Vinyasa y restauración; se practica una combinación de posturas, técnicas de respiración y meditación”. “Y siempre se trata de una práctica adaptada a las necesidades de los alumnos”, recuerda.

Los beneficios de esta disciplina son innumerables para los supervivientes de cáncer, pero también existen contraindicaciones y posturas que no deben hacerse nunca, como explica esta experta: “las posturas de inclinación hacia delante y de torsión fuertes deben evitarse por el riesgo de fracturas vertebrales, porque muchos tratamientos de cáncer tienen como efecto secundario el inicio temprano de la osteoporosis”.

“También deben evitarse las posturas que ponen el peso durante mucho tiempo en los brazos en el caso de que el cáncer se localice en la parte superior del cuerpo -por ejemplo la postura del perro boca abajo-, o en los pies en el caso de que la enfermedad haya afectado a la parte inferior, ya que aumentan el riesgo de linfedema”, subraya. “Por lo dicho, parece que no se puede enseñar mucho en las clases de yoga para cáncer, pero la verdad es que quedan muchas opciones”, aclara Amy.

Un mito en torno al cáncer y al yoga

El primero, como explica Amy, es que la práctica debe ser suave: “mucha gente le dice a los supervivientes de cáncer que descanse, cuando la mayoría pueden -y quieren- moverse y hacer ejercicio para calmar su mente”.

“Lo importante es que ellos sepan las precauciones médicas que deben tomar para evitar complicaciones como el linfedema, y que no se sientan presionados para hacer más de lo que son capaces”, apunta. “Un profesor de yoga certificado para enseñar yoga para el cáncer puede mostrarles cómo adaptar la práctica en cada etapa”, dice.

Los consejos de Amy Dara

Pese a sus beneficios, aún son pocos los pacientes de cáncer que en España se acercan a la práctica del yoga. Si estás pasando por esta situación y quieres animarte a probarlo con alguien experto, Amy Dara te recomienda “ir sin expectativas y estar abierta a lo que sucede”. “Está bien ser emocional y estarás con otras personas que entienden por lo que estás pasando”. Un último consejo de Amy: “Antes de comenzar, preséntate y habla con el profesor acerca de tu tipo de cáncer”.

Más información

En Zentro Urban Yoga, donde Amy Dara imparte sus formaciones para profesores de yoga para el cáncer, puedes hacer un curso o recibir clases. En la Asociación Española contra el Cáncer también puedes encontrar talleres y profesores de yoga para el cáncer. En el MD Anderson Center ofrecen clases de yoga a los pacientes de cáncer. En la web de Amy Dara encontrarás toda la información sobre el programa Yoga para Supervivientes de Cáncer.

Leer el artículo original aquí: 

http://www.elle.es/belleza/cara-cuerpo/beneficios-del-yoga-para-los-enfermos-de-cancer