La dimensión personal

2014-11-06

En la dos primeras etapas de la Meditación Integral (ver primera y segunda parte) hemos consolidado nuestra conexión con el potencial del inconsciente. En las siguientes, investigaremos cómo sucede el proceso de individuación. Indagaremos en la manera concreta en la que el ser cobra forma en cada uno de nosotros. Escribe José Manuel Vázquez.

dimension personal

En este proceso de manifestación diferenciamos dos aspectos:

  1. El aspecto sutil y subjetivo, la personalidad, los contenidos mentales y la psique del individuo.
  2. El aspecto tangible y objetivo, el cuerpo físico, su energía y los órganos de los sentidos y de la acción ( la dimensión material).

Los tres siguientes puntos ahondan en el aspecto sutil y subjetivo del individuo. Cuando nos identificamos con el ser y sus cualidades, observamos por contraste que los aspectos que nos definen como individuos son transitorios y que están sujetos a procesos de transformación y cambio continuos. La “yoidad”, la sensación de pertenencia e identidad es lo que da continuidad a las situaciones que experimentamos en el tiempo y en el espacio. Esta identidad se apoya en tres pilares:

  1. Nuestras creencias personales y culturales.
  2. Nuestros apegos y rechazos.
  3. Las tendencias de carácter.

En la primera etapa de esta fase, tomamos consciencia de los esquemas mentales que definen nuestra visión del mundo. Desarrollamos nuestra capacidad de conocer y entender los límites de nuestra comprensión como personas y como especie.

En la segunda, tomamos conciencia de los apegos o rechazos que dirigen o bloquean el flujo de energía en nuestros procesos mentales. Observamos cómo los aspectos emocionales condicionan nuestro aprendizaje, experiencias y expectativas.

En la tercera, tomamos conciencia de las tendencias inconscientes que dejan las experiencias pasadas en nuestra memoria. Por la inercia de lo que hicimos, actuamos de la misma forma que ayer afirmando, así, la realidad de nuestras creencias.

Tienes la oportunidad de aprender a gestionar coherentemente la información revelada durante la meditación. Lo habitual es que el yo se sienta inseguro al cuestionar la realidad de sus percepciones. También es común que se evidencien las contradicciones que hay entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. Todo ello forma parte del proceso, sé paciente.

Llegamos a determinadas conclusiones porque pensamos de una determinada manera. Pensamos de una determinada manera según los esquemas mentales que adoptamos. Las creencias de las que parten estos esquemas son, por lo general, heredadas inconscientemente de nuestra cultura a través de la familia y la sociedad en la que vivimos. Hemos de aprender a gestionar las contradicciones que nos definen. El auténtico trabajo de integración se produce en este plano.

Tercera fase: explorar lo sutil

Puntos focales: la nuca, la inserción entre la columna vertebral y el cráneo y la garganta, la inserción entre el cuello y los hombros. El sonido del aire proyectado a la parte posterior del paladar hacia la nuca y el cuello (ujayi) estabilizan la atención.

Si persistimos en la observación de lo sutil descubriremos las creencias que hemos aceptado como supuestos reales. De ellas se derivan los esquemas mentales que definen nuestra forma de ver la realidad. Podemos explorar los diferentes niveles de profundidad en los que éstas se hallan (inconsciente colectivo, familiar, personal, transpersonal).

Expresa verbalmente o por escrito toda la información que aflore en este proceso de observación, pues es muy fácil olvidarla de nuevo.

Cuarta fase: desapegarse y mantenerse neutral

Punto focal: el pecho, la caja torácica.

Lo siguiente es darse cuenta de que nuestra manera de pensar hunde sus raíces en los apegos y rechazos a los que hemos sido expuestos. Observa cómo deformamos la realidad con el sesgo de nuestras carencias afectivas. Sólo desde la observación disciplinada de nuestras emociones, positivas y negativas, podemos hacer conocimiento de nuestra irracionalidad.
Tanto aceptar en nosotros los aspectos que rechazamos o idealizamos, como desidentificarnos de las carencias y virtudes propias es la manera de ponernos al servicio del auténtico conocimiento.

Quinta fase: explorar nuestro carácter

Punto focal: plexo solar, a la altura de la boca del estómago y parte media de la espalda.

Explorar los aspectos rechazados de nuestra personalidad y los conflictos internos que estos nos generan nos proporciona una información privilegiada de nuestra personalidad. Si actuamos en relación a la carencia, nos alejamos de nuestra esencia y nos atamos a situaciones dolorosas. Si actuamos en relación a lo que podemos aportar y aprendemos a gestionar las dificultades, entonces desarrollamos el potencial que atesora nuestra personalidad

Algunas dificultades del trabajo personal:

  • Si ponemos el foco de atención sólo en la dimensión interna, nos aislaremos; sobredimensionaremos los aspectos personales de nuestros procesos y nos bloquearemos.
  • En el territorio del yo se producirán todas las batallas y contradicciones internas. Intentar rectificar los patrones de conducta descubiertos porque no encajan en nuestra idea de “lo que deben ser las cosas” es un enorme gasto de energía.
  • El autoengaño. Justificar las tendencias perjudiciales a través de la razón.
  • El narcisismo y la prepotencia intelectual. La necesidad de admiración intelectual y la inercia del intelecto negativo inconsciente. Aislarse en los procesos intelectuales. Confundir el mapa con el territorio.
  • Vincularnos sentimentalmente a situaciones repetidas que van en contra de nuestro desarrollo personal.
  • La fe ciega basada en los sentimientos.
  • Actuar de forma egoísta y explotar nuestras capacidades en beneficio propio. El abuso de poder con el conocimiento adquirido bloquea el proceso de aprendizaje.
  • Rodearnos de circunstancias y personas poco propicias para el desarrollo de nuestras habilidades.

Algunos beneficios de la dimensión personal:

  • La honestidad en nuestros procesos intelectuales.
  • Ser capaces de cuestionar los procesos del conocimiento y sus límites.
  • Desarrollar un criterio propio basado en la propia reflexión y la observación interior.
  • Nos incapacitaremos para salir al mundo y entender otras realidades.
  • Reconciliarnos con los aspectos rechazados de nuestra personalidad.
  • Recuperar la energía bloqueada en situaciones no resultas.
  • Responsabilizarnos de nuestros pensamientos y actos.
  • El uso generoso del poder. Poner nuestras capacidades al servicio de lo colectivo.
  • El fortalecimiento de nuestra personalidad en la resolución creativa de conflictos.
  • Reconocer y utilizar el potencial curativo de nuestros pensamientos y actos.
  • Rodearnos de circunstancias y personas que incentivan la reflexión y el desarrollo de nuestras capacidades innatas.

 

 Quién es

José Manuel Vázquez creó su escuela, Yoga Orgánico, hace 12 años, donde da clases y la dirige. Es formador de profesores de yoga. Es presidente de la Asociación Shiva-Shakti de Yoga Integral, profesor certificado por Yoga Alliance y la Asociación Española de Practicantes de Yoga (AEPY). Ha escrito el libro, Manual de yoga integral para occidentales (Alianza).