Compost energético: honrar el pasado para abonar el futuro

2017-02-02

La hija de una amiga no llevó muy bien el hecho de que la noche del 31 de diciembre su madre hubiera realizado un ritual para quemar las experiencias difíciles del año recién vivido. Esta niña muy lista y sensitiva no comprendía por qué su mami quería deshacerse de su pasado así sin más. Escribe Zaira Leal.

Fíjate, una de las cosas que le dijo a su madre es que a ella “se le ocurrían muchas cosas nuevas con los problemas que le pasan”. La madre comprendió la verdad de las palabras de su hija y decidió no volver a hacer ningún ritual de quema del pasado, pero como dejar partir y transformar no son lo mismo quizá este artículo traiga un poco de claridad al concepto de la transformación evolutiva y ayude a entender que sí es necesario que hagamos rituales de quema transmutadora.

En la vida todo está hecho de energía. Esa energía es eterna, nunca se acaba y nunca muere, sino que va transformándose en unos objetos, en otros, en nuevas experiencias y vidas. Somos quienes somos hoy en día gracias al pasado que moldea nuestra personalidad. Los niños de manera natural tienden a acumular pequeñas cosas. En parte porque se encuentran en una etapa de sus vidas en las que están creando su cuerpo-mente, su identidad. Piedritas, dibujos, papelitos de colores y hasta las tapas de los yogures forman parte de su yo extendido que atesoran con esmero. En cada uno de esos objetos sin aparente importancia han depositado parte de su energía y se vuelven una continuidad de ellos mismos de manera que tirarlos sería como desgarrar parte de su propio cuerpo energético. ¿Por qué querría nadie tirarse a sí mismo a la basura? Aquí tenemos el planteamiento infantil y es totalmente acertado.

La energía con la que hemos impregnado un objeto concreto puede ser liberada, dándole así una continuidad, entonces dejamos de tirar y empezamos a transformar conscientemente. Este proceso es de vital importancia en nuestro mundo actual. Piensa en la cantidad descomunal de basura que generamos cada día. ¡Si llevamos cincuenta años en la cultura del “usar y tirar”! Es más, no sólo se encuentra esparcida por el espacio-tiempo sino que también atiborra el campo virtual. Estoy hablando de la acumulación de cosas no materiales como las memorias de vidas pasadas, de experiencias vividas, las fantasías sobre el futuro y las proyecciones, todas ellas se alimentan de la energía sutil de tu centro. Nuestra energía se encuentra dispersa por todas partes menos donde tiene que estar, en nuestro centro.

El concepto yóguico del desapego y del desprendimiento trae consigo un trabajo de transformación profunda. El objeto, la memoria o la fantasía que hemos llenado de energía son como un cascarón que hay que abrir y liberar para darle una continuidad a la luz que encierran. Déjame que ilustre este concepto con una imagen, quizá también les sirva a mi amiga y a su niña-yogini. En mi colegio teníamos un estudio precioso de modelado. A la derecha de la entrada había dos contenedores enormes llenos de arcilla y allí es donde María, la profesora, nos esperaba al comienzo de la clase. Lo primero que nos pedía era que cogiéramos arcilla del contenedor, nos organizaba en las mesas del taller y entonces nos decía cuál era la tarea del día. Al final de la clase, debíamos deshacer lo que habíamos creado y volver a llevar la masa sin forma al contenedor. Sin ese trabajo final muy pronto se habría quedado María sin arcilla y ninguna otra niña podría haber jugado a ser escultora por un rato. Además, las estanterías del estudio se habrían llenado hasta rebosar y no habría habido sitio para exhibir nada más.

Ahora traslademos este concepto a nuestro trabajo interno de transformación de las energías porque hacerlo o no es lo que nos permite evolucionar o quedarnos anclados en el pasado. Creo que mi amiga no quemaba las experiencias, sino más bien la memoria negativa o dolorosa de ellas. Nos guste o no, para evolucionar necesitamos realizar una transformación profunda porque si no la energía hipotecada en nuestras propias historias tira de nosotros con demasiado peso y nos impide volar hacia nuevos horizontes evolutivos. Eso no significa que desechemos las lecciones o las pruebas de cada experiencia vivida, ¡al contrario! Si te estás preguntando ¿y eso cómo se hace? Enhorabuena, estás en el camino del correcto buscador espiritual.

Transformación = transmutación + continuidad

El proceso de transformación de las energías que duelen, pesan o ya no nos sirven tiene unas pautas bien marcadas, es una fórmula para hacer compost energético.

1º Auto-observación mindfulness

Lo primero es darte cuenta de las cosas. Reflexionar sobre lo vivido es necesario. Hoy en día todo va tan deprisa que apenas hay tiempo para pararse y ser consciente. “Más, más y más” es el motor de nuestra sociedad. Estamos empachados de información y de experiencias y ¿sabes lo que sucede cuando te empachas de este modo? Pues lo mismo que tras las fiestas navideñas, que no te entra ni una migaja más de polvorón y tienes que hacer un ayuno depurativo para volver a ser tú mismo.

Párate, reflexiona y siente. ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo me siento?

2º Transmutación

Transmutar significa convertir una cosa en otra. La esencia del objeto inicial no desaparece por arte de magia sino que se mantiene en el objeto resultante. Lo que cambia es la apariencia externa, la forma que había asumido la energía intrínseca se disuelve para permitir una nueva creación.

La energía de la experiencia se libera sintiéndola y respirándola con la intención de elevarla hacia su estado natural más puro. Esto no se consigue tirando a la basura, metiendo debajo de la alfombra del subconsciente o diciendo “a otra cosa mariposa”. Para que suceda la transmutación, te tienes que meter de lleno, sentir sin perderte en la emoción y respirar la circunstancia desde tu centro profundo de Luz, Sabiduría y Amor. Hay memorias que duelen mucho y hay que respirarlas durante mucho tiempo, pero no te desanimes porque es la tarea favorita de tu Ser y tiene toda una eternidad por delante.

¿Cómo saber si ya está transformada la circunstancia en sí? Has liberado la energía de una situación cuando al pensar en ella (o al encontrarte con las personas implicadas) nada se remueve en tu interior y solo te queda un sentimiento de amor dulce y sosegado.

3º Continuidad

Ahora tienes energía disponible para crear vivencias nuevas desde la frescura y la inocencia de tu Ser puro y no desde la repetición. Lo que sucede cuando no hay transformación consciente es que se repiten en nuestra vida las mismas experiencias una y otra vez porque no hemos transmutado el patrón antiguo. En general la gente funciona desde dos conceptos distintos: la mayoría atesora su pasado y desde una edad muy temprana crean la trayectoria existencial que van a desarrollar a lo largo de su vida; los menos, descubren la posibilidad de dejar partir o romper con el pasado que les despierta el deseo de deshacerse de muchas cosas materiales y sutiles porque sienten que les pesan, les generan dolor o ya no les sirven en el momento evolutivo en el que se encuentran. Existe un tercer camino, el de honrar el pasado, transformarlo conscientemente permitiéndole que sea el abono de nuestro futuro y avanzar renovados y ligeros en el camino del despertar de Consciencia.

Zaira Leal es autora de Una fiesta para el alma, Ed. Urano 2014, y de un segundo libro que se publicará en junio de 2017. Se considera yoguini desde la cuna y empezó a enseñar yoga en el año 2000. Imparte clases públicas y formaciones para profesores de yoga y meditación, programas de perfeccionamiento para profesores, así como talleres monográficos de salud y temas para la mujer. También trabaja como coach de salud y bienestar del estilo de vida ayurvédico.

Lingüista,, es máster en enseñanza y está acreditada en diversos estilos de yoga, meditación y ayurveda.