Leyendas del Yoga

2012-12-05

Hoy día el Yoga sienta sus bases en sólidos fundamentos racionales y científicos. Sin embargo, incluso en tiempos recientes, su historia se entrelaza con numerosos misterios, portentos y leyendas que merece la pena conocer.

Contaré, a modo de retrato, una anécdota de un interesante pero poco conocido maestro de sánscrito, Vedanta y Yoga. El Dr.Vagish de Benarés me enseñaba Yoga en clases particulares, dictado desde un estrado de madera. En vez de mostrar los ejercicios realizándolos él mismo, me los explicaba para que yo los fuese ejecutando siguiendo sus instrucciones. Suponía yo que, por lo avanzado de su edad, alguna de esas posiciones que él describía no estaría ya en condiciones de practicarlas. Al llegar a una asana particularmente difícil, como quiera que yo no entendía sus instrucciones, abandonó momentáneamente la inmovilidad de su estrado y la realizó con una facilidad pasmosa, sin necesidad de preliminares, calentamiento o preparación alguna.

La figura de este singular maestro emerge de esa India mistérica que todavía existe bajo la superficie moderna que se transforma a un ritmo trepidante. Dice de sí mismo que, guiado por “maestros interiores”, se “iluminó” a los 20 años. Podría pasar por una extravagancia o presunción si no fuera por el prestigio que le respalda. Durante años ejerció como profesor en la afamada Universidad Hinduísta de Benarés. Ha sido además el maestro de la escritora y profesora de filosofía oriental Chantal Maillard, del especialista en sánscrito, Oscar Pujol, actual director del Instituto Cervantes en Delhi, entre otras muchas personas y personalidades.

Personajes de vidas y hechos inverosímiles

En la célebre autobiografía de Yogananda nos encontramos con esas leyendas misteriosas de la India. En ese relato se dibuja la figura de un Babaji que, a decir del libro, vive en los Himalayas con una edad de cientos o miles de años y con un cuerpo tan puro que supuestamente se materializa o disuelve a voluntad propia. También en la Autobiografía de un yogui, tal vez uno de los libros de Yoga más leídos de todos los tiempos, se retratan personalidades de vidas y hechos inverosímiles pero que han cautivado la imaginación de miles de lectores. Luego me sorprendió ver fotos de algunas de las figuras legendarias retratadas en este libro en algún museo, como la de Swami Trailanga, del cual Yogananda cuenta vivía durante días sumergido bajo las aguas del Ganges. Y descendientes directos de Lahiri Mahasaya, supuesto discípulo de Babaji, siguen enseñando kriya yoga por todo el mundo.

Hoy día, los yoguis más conocidos a nivel internacional soslayan de algún modo esa faceta misteriosa de su India de origen. Tal vez esto tenga que ver con su formación académica o científica, como sucede con Sivananda, cirujano de formación. También, posiblemente, por el notorio gusto por las explicaciones médicas o específicamente anatómicas del llamado Yoga Iyengar. Estas presentaciones médicas o científicas del Yoga, junto con los innegables efectos en la forma física de escuelas como Iyengar o Ashtanga Vinyasa, hacen perfectamente presentable el yoga en el ámbito o la mentalidad occidental.

Pese a esa presentación espiritualmente neutra, racionalmente aceptable del Yoga, su origen en la India misteriosa puja por emerger a poco que se averigüe. Así, algunas de las escuelas más célebres en todo el mundo, la de B.K.S. Iyengar; el Ashtanga de Patabhi Jois; el Vinyasa de Deshikachar (hijo del fundador); y también la escuela del “otro Iyengar”, B.N.S, que hasta su muerte enseñaba en los altos del templo del Palacio Jaganmohan, donde, patrocinada por los maharajas Woodyar, tenía su escuela el patriarca de todos estos maestros: Krishnamacharya.

El misterioso maestro de maestros

Mientras que sus destacados discípulos están perfectamente incardinados en la normalidad racional de Occidente, la vida del maestro Krishnamacharya está envuelta en misteriosas leyendas. De él cuentan sus discípulos que poseía la capacidad de detener su corazón a voluntad, capacidad que mostró incluso ante investigadores llegados de Europa. Su formación se atribuye a un no menos misterioso maestro en las orillas del lago Mansarover, en el actual Tíbet. También se dice que obtuvo importantes conocimientos de un viejo libro titulado Yoga Korunta, que tuvo ocasión de leer antes de que desapareciera. Otra parte también importante de su inspiración provenía de los dictados de su antepasado Nathamuni, un yogui de siglos atrás, cuyas enseñanzas él mismo psicografió, es decir, escribió al dictado del espíritu de su predecesor.

Dicho esto, es preciso recordar que la tradición de los así llamados “maestros interiores” y las psicografías no es tan ajena a la cultura occidental como en principio pudiera pensarse. Por sólo citar algún caso célebre: en el siglo XVIII, Swedemborg, admirado por su coetáneo, el filósofo racionalista Inmanuel Kant, y posteriormente por el escritor Borges. Este peculiar escritor sueco afirmaba tener comunicación con los espíritus, cuyas noticias relataba y escribía en sus libros como Sobre el cielo y sus maravillas y sobre el infierno. También el célebre psicólogo suizo Jung afirmaba en su autobiografía Recuerdos, sueños, pensamientos seguir a dos maestros interiores que le dictaron o inspiraron gran parte de sus teorías.

Krishnamacharya (junto con Sivananda) fue uno de los grandes impulsores del Yoga en nuestros tiempos, sobre todo teniendo en cuenta que en sus tiempos, a principios del siglo XX, se trataba de una ciencia minoritaria y casi olvidada. A través suya y de sus discípulos difundieron el Yoga hasta convertirlo en una práctica universalmente reconocida y aceptada, y en expansión creciente.

Por cierto que el mayor milagro o portento es que el Yoga haya subsistido como conocimiento transimitido de maestro a discípulo desde hace, cuanto menos, cinco mil años, tal como las pruebas arequeológicas atestiguan.

Joaquin Garcia Weil (Foto: Vito Ruiz)Quién es

Joaquín García Weil es licenciado en Filosofía, profesor de yoga y director de Yoga Sala Málaga. Practica Yoga desde hace veinte años y lo enseña desde hace once. Es alumno del Swami Rudradev (discípulo destacado de Iyengar), con quien ha aprendido en el Yoga Study Center, Rishikesh, India. También ha estudiado con el Dr. Vagish Sastri de Benarés, entre otros maestros.

http://yogasala.blogspot.com