Se acabó

2015-07-20

Se acabó. El yoga se enseña en la uni para que uno pueda “transmitir en sus clases el rigor y la elevada calidad docente recibida a lo largo de su proceso formativo”. Escribe Roberto Rodríguez Nogueira.

Titulacion yoga

Ahora mismo me voy a India y al sadhu que pille sin licenciatura le meto un paquete que lo flipa. Qué es eso de ir en pelotas y desgreñao sin acreditación, filiación y licencia fiscal. Pareciendo sin tener permiso para…

-A ver, a ver, los papeles. ¿Título de mendicante?

-No, señor.

-Certificado de peregrino.

-No tengo.

-Licencia de asceta, técnico limosnero, carné de pobre de solemnidad…

-No sabía que…

-Pues el nudismo y el tridente te los dejas en casita, te compras un traje o un mono y te buscas un trabajo con el que produzcas, pagues tus impuestos y hagas avanzar a la sociedad, so-paria.

Agustín, un hombre al que conozco de sacar a pasear al perro, es un criptoyogui, un quintacolumnista, un terrorista del sentido común. Ni idea tiene de lo que es el yoga, pero cada vez que abre la boca, lo hace, yoga. Habla desde la entraña. Y su entraña es un sitio currao, sabio y que escucha a quien  tiene delante con respeto y atención. ¿Quién le autoriza a dispensar sutras que ignora que lo son? Que puede hacerle daño a aaaalguien. Que aquí hay un peligro potencial que no se ve pero está. Que sólo un licenciado o  (futuro) titulado universitario está capacitado para ejercer de yogui porque se ha formado debidamente. Sólo un titulado puede prescribir, administrar o sugerir un sutra-tamiento para desafectar el alma y reinsertar al consumista en el metabolismo social del que, lo mismo, pretendía escapar a través de la práctica del yoga. Uuuuuuuy qué confusión más gorda.

Y yo debería fluir volátil y cursi como una mariposa y discernir con la joya de mi atención yóguica que esto es una moda que se pasará, que esto no me afecta. Pero es que estoy hasta las narices de tanta tontería, norma, obligación, título, sanción, exacción, tributo, producto y compraventa. Y ahora todo eso está llenando de porquería algo que estaba limpio.

Que nos hemos aburguesado. La palabra “yoga” ya significa definitivamente PRODUCTO.

Que los viejos no, pero los nuevos se van a creer que el yoga es una salida profesional, otra más. Y no es así. El yoga no es es algo con lo que pagas en estudio unos añitos y obtienes un conocimiento, un permiso, una licencia para… tener un trabajo, meta suprema del ser humano, licencia para ser hormiga obrera de hormiguero.

Y además, ¿qué pinta el yoga en una universidad?

El yoga en la universidad debe estar para que los profesores y los alumnos de cualquier carrera puedan parar un momento, dejar de darle al tarro y bajarse a otros lugares. El yoga debe ser estudiado como objeto de la antropología, de la filosofía, de la medicina, de la literatura, del arte, de la sociología, de la psicología, de la hipnosis, de la biomecánica humana, de la paradología incomparada o de la tripodología felina. No de la economía, y más concretamente de la economía de una facultad que ve que puede haber alumnos de eso. ¿Por qué no estudios de fútbol universitarios? Futbología. En este país clientes-alumnos no van a faltar. Profesores tampoco… Creo que hablo demasiado… CR-7 catedrático… (arcada)

No hay una titulación universitaria. Lo sé. Pero ya hay cursos de yoga impartidos en una Universidad y va a haber alumnos. Y se van a creer guais y bien formados.

¿Y qué alineamiento se les va a enseñar? ¿El de Iyengar? ¿El de Sri Daiva? ¿El de Bikram…? (bueno, de eso no hay)

¿Qué respiración? ¿Ashtanga vinyasa? ¿Sivananda? ¿Qué enfoque filosófico? ¿Advaita vedanta, shivaismo de cachemira, Patanjali?

No. Seguro que todo se hace muy científico y se hace bien y se les ofrece una perspectiva amplia para que puedan escoger por sí mismos.

Y un huevo.

A palo seco, a nadie le interesa el saivismo de Cachemira ni la vida de Jnaneshvari ni aprender a respirar o moverse, o comer de manera diferente a como se ha venido haciendo toda la vida. Tienes que ir (muy) jodido para querer cambiar eso.  Sin ir jodido no hay yoga. Y no vas a aprender los bandhas sin dedicarles un rato muuuuuuuuuuy largo, lo mismo que cualquier otra cosa. El que aprenda eso sin esa motivación y obtenga un título de yogui venderá ¿qué? ¿Yoga? ¿En serio?

El yoga no era un producto.

Se acabó.

Quién es

Roberto Rodríguez Nogueira es profesor de yoga, blogger y escritor.

http://elartedelacalma.com/

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