Esperando la primavera

2014-02-13

El renacer de la naturaleza, la vida que fluye, la intensidad de la manifestación primordial, la renovación de los ciclos. Cada año se manifiesta el misterio de la vida en la primavera sin que le prestemos mayor atención. Es el momento de observar el milagro en lo cotidiano. Por Josep María Gasset para Espacio MIMIND.

primavera

En el libro de los cambios, el I Ching, observamos que la energía se manifiesta de una forma cambiante en los ciclos de la vida. Así cada año en la primavera se renuevan los ciclos de la vida en el impulso del Yin y el Yang. Esta manifestación se da en un orden cósmico y personal de una forma ordenada y clara; la única dificultad es poder leerlo y ser capaz de aceptar flexiblemente su manifestación sin manipularla.

La renovación de los ciclos pasa por la interpretación de los diferentes movimientos en la mente y en el cuerpo, que son nuestros instrumentos naturales. Aceptar el cambio y la impermanencia forma parte de nuestro entrenamiento y no podemos negarlo sin que tenga una gran consecuencia; el no querer aceptar que todo fluye y que todo cambia es como negar la vida misma.

Cuando el Emperador Amarillo vió surgir la Tortuga Dragón del Océano de las Aguas primordiales y leyó la disposición de las Estrellas Voladoras en el Lo Shu de las 9 Mansiones, le inspiró la disposición de los trigramas que giraban en el espacio, como gira el Gran Carro en el cielo en las diferentes estaciones.

Por eso la disposición de la energía en los momentos estacionales corresponde al movimiento de los trigramas y de la energía que representa en los meridianos de acupuntura y en los diferentes órganos.

En el movimiento de la primavera lo que vemos es la manifestación de la naturaleza en las plantas y los árboles y cómo la vida nace desde dentro de la tierra y se une con el cielo en la unión de la luz y el calor del sol.

Inspirados por ello nuestra sangre se renueva y con ello nuestras células, piel y nuestros fluidos hormonales están más vivos y presentes. Todo esto es señal de juventud y vida manifestada en su totalidad.

En primavera, si hemos preparado bien el invierno tonificando nuestro riñón y aumentándolo bien, hará que el siguiente elemento que es la madera, asociado al hígado, se presente con lo mejor, es decir con la alegría de la vida y el amor del crecimiento manifestado.

Si no lo hemos alimentado, lo que vamos a encontrar es la amargura de la bilis, la frustración y el odio de que la vida no nos haya otorgado nuestros deseos.

¿Cómo remediar todo esto?

Primeramente debemos visitar con asiduidad la naturaleza y mezclar nuestra energía vital con los árboles y las plantas, la tierra y el agua. El calor del sol y su fuego alimentará nuestro agni y nos llevará a poder integrar los ciclos en los ritmos de nuestro cerebro y despertar las hormonas asociadas a la luz, la melatonina y otras.

El paso siguiente será beber agua buena para que podamos drenar las toxinas acumuladas y tomar tisanas y realizar los diferentes ejercicios o ciclos de detoxificación que ahora abordaremos.

Aparte de las tisanas detoxificantes y drenadoras del hígado que podemos encontrar en las herboristerías y dietéticas recomendamos que un mes antes de que empiece el ciclo primaveral, es decir ahora, tomar diariamente Jugo de Abedul.

Hahnemann lo aconsejaba a todos sus pacientes antes de iniciar cualquier tratamiento homeopático. Los antropósofos dicen que el jugo de Abedul ayuda a integrar el alma en el cuerpo y que ayuda a fijar la energía del hígado que está asociada a Júpiter y al metal estaño.

Si hacen la toma del Jugo de Abedul verán cómo su mente se aligera y mejora su digestión, su piel y se sienten más livianos.

Los tratamientos que el Ayurveda y el yoga nos recomiendan para limpiar el estómago y el tracto digestivo son también muy importantes.

El Panchakarma es una forma de detoxificación del cuerpo y de la mente para desalojar y lavar las toxinas de todas las células utilizando los mismos órganos de eliminación que el cuerpo emplea, las glándulas sudoríparas, las vías urinarias, el sistema circulatorio y el tracto intestinal.

Las toxinas acumuladas físicas, mentales y emocionales, dañan nuestros cuerpos, el Panchakarma ayuda a eliminar el Ama o subproducto de la digestión inadecuada que daña nuestro sistema y nuestros tejidos y contribuye a que nuestro cuerpo envejezca y pierda la salud.

Cuando el fuego digestivo es pobre se producen gases, hinchazones, ardor, estreñimiento y se producen residuos, estos son los que constituyen el Ama.

Se vincula a la aparición del Ama en el cuerpo algunos síntomas asociados a las cándidas, migrañas, fatiga, enfermedades respiratorias, piel y muchas otras.

Otro método de detoxificación es el Vasari Dhauti o Shankaprakshalana, que es una técnica que se utiliza en el yoga para la limpieza completa del canal digestivo que va de la boca al ano. Se recomienda hacerlo con algún experto o profesor de yoga.

Se utilizan unos cinco litros de agua con tres cucharaditas de sal marina y se van tomando según las instrucciones y realizando diferentes posturas de yoga que facilitarán la limpieza del tracto digestivo hasta que nuestras deposiciones sean transparentes como el agua que ingerimos. Esta limpieza favorece la limpieza física, de la mente y de los cuerpos energéticos.

Después de la limpieza intestinal, podemos realizar Vamana Dhauti, el vómito, eliminando el agua acumulada en el estómago, la limpieza nasal, Neti y finalmente una relajación.

Luego debemos tomar como dieta arroz con verduras, importante también las lentejas para el hierro y mantequilla.

Los beneficios de esta técnica son innumerables, pero los más importantes son los que predisponen a nuestra conciencia para la práctica del yoga, es decir para poder integrar en nosotros el crecimiento de la conciencia unificada.

Esperar la primavera es mucho más que tomar algunas tisanas, cambiar de alimentación y estar en forma para regenerar nuestra sangre y nuestro ciclo. Esperar la primavera es conectar nuestra conciencia en el ciclo de la naturaleza y del cosmos.

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