Frío intenso: activar las defensas de un modo natural

2014-01-03

Ya están aquí los fríos más intensos, y hasta las mejores constituciones tienen que echar mano de reservas físicas. Sentimos la necesidad de prepararnos una buena sopa, meternos debajo de una manta… Por suerte, la naturaleza nos echa una mano para potenciar nuestras defensas. Por Koncha Pinos-Pey para Espacio MIMIND.

Equinacea

Si observamos el mundo de las plantas medicinales con atención, encontraremos siempre una manera de superar los obstáculos ligados a la estacionalidad. Con la llegada del invierno recuperamos la botes de la alacena: echinacea, rosa canina y acerola.

En los últimos años observamos que los agentes infecciosos siembran el pavor entre los más vulnerables: cada vez los virus son más resistentes y agresivos, causando no solo una imponente sintomatología, sino largos periodos de convalecencia y recaídas. Se impone hacerse consciente de las exigencias de la estación y reforzar el propio estado de salud, evitando -cuando sea posible- enfermarnos. Para ello nada mejor que la fitoterapia.

Un bálsamo para nuestras defensas

Se trata de remedios y principios activos naturales en grado y modo que activan el mecanismo de defensa del organismo y por tanto el sistema inmunitario.

Echinacea: el arma letal contra el frío
Es un remedio natural que la mayoría de nosotros ya conocemos.Una planta perenne que llega a alcanzar los 150 centímetros de altura. Sus flores son parecidas a las margaritas y recubiertas de una suave película sedosa. Es en las raíces donde concentran los diferentes principios activos que ayudan a combatir las infecciones.

De su extracto se obtiene un aceite esencial con un potente y modesto aporte de vitamina C. El principal uso de esta planta es la prevención en el tratamiento de las enfermedades ocasionadas por el frío, desde grado leve a severo.

Numerosos estudios han avalado y evidenciado cómo la Echinacea purpurea se encarga de reforzar y activar el sistema inmunitario, favoreciendo la sanación del propio paciente: ayudan, por ejemplo, a la fabricación de glóbulos rojos y de los linfocito T, células del sistema inmunitario capaces de combatir las infecciones. Con la consecuente acción antibacteriana y antiviral, así como antiinflamatoria.

Acerola y Rosa canina: fuentes naturales de vitamina C
Para poder mantener un funcionamiento óptimo del sistema inmunitario es necesario tener un aporte equilibrado de los nutrientes, o, mejor aún, un aporte suficiente de vitaminas y sales minerales que nos impida caer en estados carenciales.

La vitamina C juega un rol importantísimo en el mantenimiento del sistema inmunitario, aparte de sus propiedades antioxidantes. Esta vitamina tiene la capacidad de activar la respuesta de los anticuerpos, favoreciendo la funcionalidad de los glóbulos blancos y estimulando directamente la funcionalidad del sistema inmunitario.

Para integrar de modo natural la vitamina C se puede recurrir al zumo de naranja y a la fruta, pero también podemos acudir a la Rosa Canina y a la Acerola, que son dos buenas fuentes vegetales de vitamina C, ricas también en sales minerales, carotenos y antioxidantes.

Existen muchas plantas para protegernos del frío, aunque la mayoría de los resfriados no los causa el caminar por la lluvia o el viento gélido, sino “virus”. Aparte de la Echinacea, Acerola o Rosa canina, no os olvidéis del jengibre, ajo, miel, bayas de saúco, té negro con mucho limón… Y por supuesto no dejéis de hacer yoga.

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