Luz de las Escrituras/ Mi mente y Yo

2016-07-20

El mapa de la Liberación en los Yoga Sūtras: la culminación de toda vida, el poder de la Consciencia consciente de sí misma. Escribe David Rodrigo (Āchārya Jijñāsu), maestro tradicional de  Advaita Vedānta.  

Escrituras

 Mi mente es sin principio. No ha nacido cuando entró en mi cuerpo físico. Por tanto, no morirá cuando muera este cuerpo físico donde resido actualmente, como nos muestra claramente la tradición maestro-discípulo de los Ṛiṣhis, humanos que realizan la Verdad, Existencia permanente, omnipresente, inmutable, sin límites de cuerpo, tiempo y espacio, Consciencia auto-luminosa, que se experimenta a sí misma y que ilumina el propio cuerpo-mente y el universo entero, logrado y lograble, con todos sus cielos, Tierra habitada por los humanos e infiernos, pasado, presente y futuro. Como señala, por ejemplo, Vyāsa en su comentario a los Yoga Sūtras de Patañjali (II. 9), y tantos otros sabios. Esa Verdad es tu propio Ser. Seas quien seas, porque es sólo Uno.

¿Cómo funciona la mente?

Su funcionamiento es su naturaleza, lo que los Yoga Sūtras denominan vṛittis, funciones y modificaciones de la mente o cuerpo sutil. Patañjali clasifica los vṛittis en cinco (I.6):

– Conocimiento correcto ´pramāṇa´

– Conocimiento equivocado ´viparyaya´

– Imaginación ´vikalpa´

– Sueño profundo (donde no se conoce nada) ´nidrā´ y el

– Recuerdo de una experiencia previa ´smṛiti´

Estos vṛittis o funciones y modificaciones de la mente o cuerpo sutil a su vez pueden:

– ser dolorosos (kliṣhṭha) o

– liberadores del dolor (a-kliṣhṭha) (I.5)

Ambos se basan en la ignorancia ´avidyā´ de quién soy yo en realidad y qué es esto, el mundo conocido y  el universo desconocido. Sin embargo, los primeros continúan alimentando la ignorancia, que es la fuente de raíz de todo sufrimiento y limitación, mientras que los segundos, los a-kliṣhṭha vṛittis, la van debilitando hasta aniquilarla por completo y para siempre. Por tanto, estos a-kliṣhṭha vṛittis son los que hay que practicar para liberarse de todo dolor y realizar aquí y ahora, directamente, la plenitud del propio Ser, que es la Verdad.

De lo contrario, los vṛittis de dolor y miseria (kliṣhṭha) son eternos y se auto-alimentan y reproducen en una rueda eterna de nacimiento tras nacimiento en cuerpos físicos limitados, vulnerables y mortales denominada saṁsāra. Mientras los vṛittis de dolor y miseria ocupan el cuerpo sutil de uno nos llevan a experimentar como propia la asfixia que supone el resultado del karma ´acción´ físico, de palabra y pensamiento llevado a cabo a partir de la propia auto-identificación con esos vṛittis de miseria. Este resultado del propio karma es de tres tipos (Yoga Sūtras II.13):

– Nacimiento en un cuerpo físico particular y, por tanto, limitado (jāti)

– Tiempo de vida del propio cuerpo sutil en ese cuerpo físico particular (āyus) y

– Experiencias sensuales (bhoga) de mayor o menor placer o dolor (dukha o suḥkha) en función de si la acción que me llevó a ese nacimiento particular es más de mérito (puṇya) o de demérito (pāpa), respectivamente

Además, mientras nos identificamos con los límites del cuerpo, somos quien actúa en él y por tanto vamos generando nuevo karma, cuyos resultados uno mismo tiene que experimentar, en el mismo cuerpo donde se hacen y/o en otro nacimiento (YS II. 12). Si la acción es muy intensa, sus frutos se experimentan al menos en parte en la vida presente.

Cómo funciona saṁsāra

El círculo de saṁsāra en el que el cuerpo sutil de uno va transmigrando en distintos cuerpos físicos donde experimentar el resultado del karma que le llevó a ese nacimiento particular e ir haciendo nuevo karma hasta liberarse de toda limitación -también del karma-, mediante el conocimiento correcto de quién soy yo y la realidad, funciona de este modo:

– La mente es sin principio y está compuesta de impresiones mentales (saṁskāras) fruto de experiencias pasadas.

– Cuando estas impresiones mentales son activadas por algún estímulo externo (percepción objetos sensuales) se convierten en vṛittis, que modifican el estado de la mente y la llevan a la acción.

– La mente (el conjunto del cuerpo sutil ´sūkṣhma śharīra´) ordena la acción del cuerpo físico.

– Esta acción con deseo, es decir, con auto-identificación con quien actúa para experimentar los resultados de la acción ´karma´ genera nuevas impresiones mentales (saṁskāras) que contienen en su seno el hecho de ser estimuladas por la percepción de objetos externos que de nuevo les llevarán a la acción con deseo que, de nuevo, generará nuevas impresiones mentales en una rueda que se auto-alimenta eternamente hasta ser detenida por la práctica del yoga samādhi, que veremos después.

Toda acción puede ser buena, mala o mezclada y traer experiencias de más o menos placer o dolor efímero. Sin embargo, la acción de un yogui, quien está asentando en su propio Ser y no en su idea equivocada de sí mismo y la realidad (identificación con su cuerpo sutil en su cuerpo físico) no es de ninguno de esos tres tipos (IV.7), ya que el Ser no actúa, porque es la Existencia Una, pura Consciencia sin la trinidad de sujeto-objeto-relación (karma) y base real de toda percepción, sentimiento y acción.

Los 5 kleśha

Patañjali clasifica el dolor (kleśha), que es consecuencia de los kliṣhṭha vṛittis, funciones y modificaciones de tu propia mente basadas y reproductoras de dolor, como cinco (II.3):

– Miedo a la muerte ´abhiniveśha´.

– Odio ´dveṣha´ a volver a experimentar el dolor previamente experimentado y recordado y al medio que nos condujo a ese dolor.

– Ansia ´rāga´ por volver a experimentar el placer previamente experimentado y recordado y al medio que nos condujo a ese placer.

Estos tres dolores presuponen y se basan en tu auto-identificación con quien las experimenta auto-identificándose con la propia experiencia, transformándose al sentirla como si fuera ella misma, que se denomina: Asmitā o ego, principio de yo equivocado.

Este asmitā o ego es efecto y existe a su vez en el campo de todo dolor (kleśha): avidyā ´ignorancia´.

Así los cinco kleśhas, causas de dolor, son:

– Avidyā ´ignorancia´

– Asmitā o ego, principio de yo equivocado

– Ansia ´rāga´ de placer

– Odio ´dveṣha´ y

– Miedo a la muerte ´abhiniveśha´

Avidyā

Patañjali define avidyā ´ignorancia´ como confundir:

– el no Ser (intelecto -decisión, voluntad, quien experimenta auto-identificándose con la transformación de las distintas experiencias-, idea de yo, mente, sentidos, órganos de acción, cuerpo físico, relaciones, posesiones, acciones-) con el Ser (Existencia, Consciencia pura, sin transformación)

y a partir de esa confusión primordial, confundir:

– lo impuro (sucio, feo) con lo puro

– la fuente de dolor (la relación con la idea de otro) con la de felicidad (el propio Ser, visto donde sea según el propio intelecto, o poder de ver)

– lo efímero (el universo, los dioses) con lo eterno (la Existencia misma, sin adjetivos diferenciadores, sin asumir como propios los límites de los cuerpos y sus distintas funciones y cualidades)

Entonces, habiendo caído en saṁsāra (en la experiencia limitada de la existencia, en el dolor), ¿cómo salgo de saṁsāra?

Entendiendo que ahora tú, como todo ser nacido (identificado con un cuerpo sutil que nace al entrar como yo en un cuerpo físico):

– Tienes una comprensión y experiencia parcial de ti mismo y de la realidad.

– Lo que tienes que comprender, realizar, reconocer es tu verdadero Ser y la Realidad, ya que esto es la Belleza Infinita deseada y jamás lograda en la experiencia sensual e intelectual, por su propia naturaleza limitada, efímera, incompleta, porque hay dualidad, diferenciación, partes, causa y efecto, ganancia y pérdidas, nacimiento, cambio, degeneración y muerte.

– Puedes realizar Eso, pues no es más que tu verdadero Ser, tu mismo, pero para ello tienes que seguir con claridad, determinación, fuerza, amor, pasión y calma, durante largo tiempo -el que sea necesario- e ininterrumpidamente (I.14) la práctica correcta.

La práctica correcta consiste en:

– Dejar de odiar, desear con ansiedad y temer los objetos externos, lo percibido (vairāgya ´desapego´) entendiendo que esos sentimientos me producen agitación que es fuente de dolor, ya que no me permite la paz mental (interior) necesaria para llevar mi consciencia más allá incluso de mi mente-corazón y así reconocer mi verdadero Ser, la fuente de la Felicidad plena y libre que ansío.

Esto requiere tapas, o auto-disciplina de mi cuerpo y mente. De modo que voy convirtiéndome en maestro de mi cuerpo-mente y dejo de ser su siervo llevado por olas a expensas de tormentas externas e internas a mi mente-corazón.

Relajo mi cuerpo y mi mente, mi emoción, concentrándola en sentir el amor y la gracia de lo supremo e invisible haciendo japa, que es recordar el mantra personal o palabra sagrada para uno porque le conecta con lo sublime (I.28) y entregar en nuestro corazón a lo para nosotros sublime nuestras acciones y experiencias ´Īśhvara-pranidhāṇa´.

Todo ello se clarifica y refuerza mediante el estudio de las Escrituras de Liberación ´Mokṣha-śhāstra´ en la propia tradición oral (svādhyāya), que implica escuchar del maestro/a tradicional, reflexionar, compartir con aquel y con el resto de los alumnos de modo que se logre claridad sobre lo que nos quieren transmitir esas Escrituras y podamos asentar nuestra mente-corazón en dicha claridad.

Tapas, svādhyāya (que incluye japa) e Īśhvara-pranidhāṇa es lo que Patañjali denomina Kriyā Yoga, el yoga de la acción (II.1). Practicándolo se van atenuando las impresiones mentales de dolor ´kleśhas´, progresivamente se van cambiando de hábitos mentales y se logra poder entrar en las tres prácticas internas del aṣhṭhaṅga yoga de Patañjali (II.29), las tres últimas dentro de estos ocho pasos, que culminan en samādhi y que juntas se denominan saṁyama (III.4).

Así concentro (dhāraṇā, III.1) mi mente-corazón, antes dispersa y agitada, en un único vṛitti (mi objeto de meditación). Cuando ese vṛitti fluye en mi chitta ´mente´ sin interrupción durante algún tiempo, esto se llama meditación ´dhyāna´ (III.2). Consecuencia de dhyāna se crean vṛittis de samādhi (concentración en sentir Ser, consciencia de la Consciencia misma), por lo que se van destruyendo los vṛittis de dispersión o vyutthāna-vṛittis (II.11). Así se va entrando, primero de forma efímera, en samādhi, que es cuando mi mente es como si se olvidara de sí misma (sujeto que está meditando en un objeto) y brilla sólo con la luz del objeto de meditación (Consciencia pura, sin transformación, III.3), como si mi mente fuera un diamante transparente que refleja claramente la Luz misma de la Consciencia pura, la fuente de la sensibilidad misma, siempre presente (I.41).

Así se logra prajñā, una potente y clara luz interior, preñada de Verdad, que anuncia el amanecer, el despertar espiritual total (III.4). Dicha visión interior directa debe ser ahora aplicada a toda percepción de tu intelecto, sentidos, cuerpo contemplando lo visto, sintiendo todo ello (material y exterior, interior y sutil, experiencias de placer, principio de yo, I.17) como manifestación de esa misma luz que sientes directamente en lo más profundo de tu Ser, en la alcoba de tu corazón profundamente calmado, libre de las agitaciones e impurezas externas.

Hacia Kaivalya

Las experiencias de placer celestial, la percepción super-sensible de sonidos, tacto, formas visuales, gustos y olores invisibles a los sentidos ordinarios y los poderes superhumanos o siddhis deben ser trascendidos, abandonados en tu consciencia, en tu identidad, y concentrarte en la base de Consciencia pura también de las experiencias efímeras especiales que, si bien, son una perfección de las experiencias mundanas son un obstáculo para tu realización espiritual o samādhi (III.36).

Tu identidad debe establecerse en esa experiencia misma del propio experimentador, de quien ve, Consciencia pura, y no de la experiencia dividida, no del poder de quien ve objetos diferenciados, que es tu asmitā, o pseudo-yo, migaja de tu Ser, sombra brillante de la Verdad, adorno del Ser Supremo o Brahman.

Se trata de pasar de la consciencia de objetos conocidos a la de conocimiento puro, base siempre presente e inmutable de objetos conocidos diversos.

Con ese desapego superior (para-vairāgya, I.16) que se produce al sentir y reconocer directamente el Ser, Consciencia pura ´Puruṣha´ como el propio Ser y la Verdad de todo lo conocido-experimentado mediante los instrumentos de experiencia dualista de tu cuerpo-mente, se van generando impresiones mentales ´saṁskāras´ de nirodha, es decir, las que van cesando incluso los samādhi-saṁskāras, los de tu práctica de concentración espiritual, que modo de ésta da sus frutos totales: el paso de la falsa identidad con la mente y sus funciones y transformaciones a la identidad real con la Consciencia pura, inmutable, base libre e infinita de todo movimiento y experiencia mental, prerrequisito de todo movimiento y experiencia física.

Eso es Kaivalya (IV.34), la Liberación, la culminación de toda vida, la cima de la tarea de vivir. Ya has logrado cuanto hay que lograr, ya no te queda nada más que conseguir, más que disfrutar siendo eternamente lo que es.

Los instrumentos de tu cuerpo-mente continúan actuando por su propia fuerza (el karma que fructificó en su nacimiento, tiempo de vida y experiencias o prārabdha karma) pero ahora son un canal del poder libre y consciente de la Consciencia misma consciente de sí misma (chiti-śhakti) en tu cuerpo-mente, su percepción, acción y experiencias.

Enseñanza continua

1. Escrituras de Advaita Vedānta y Sāṅkhya-Yoga – Conocimiento y práctica tradicional Escrituras originales completas y en orden desde la propia tradición oral: Sāṅkhya Kārikā, Yoga Sūtras, Viveka Chūḍāmaṇi, Bhagavad Guītā, Upaniṣhads y Brahma Sūtras

El reconocimiento pleno de uno mismo y de la realidad / El sentido de la vida

Mokṣha Śhāstra – Arte y Ciencia de Liberación

–En Madrid y a distancia: Yoga Shala Alcobendas / Contacto: annayogashala@gmail.com

–En Barcelona: Contacto: luzescrituras@gmail.com

También semi-presencial

2. Yoga Sūtras, Capitulo II ´Sadhana´

Un fin de semana al mes.En Madrid y a distancia: Yoga Shala Alcobendas. Contacto: annayogashala@gmail.com

Curso Pañchadaśhī, de Śhrī Vidyāraṇya Muni. Texto fundamental de Advaita Vedānta

Martes, miércoles y jueves. Moksha Yoga, Barcelona y a distancia. mokshabarcelona@gmail.com

 

Presentación de David Rodrigo (Āchārya Jijñāsu)

David RodrigoSe entregó completamente al reconocimiento pleno de sí mismo y de la Verdad desde que en 2008 se fue a Rishikesh, Himalaya, India y dio con su Maestro, Dravidāchārya Rāmakṛiṣhṇan Swāmījī (Shastra Nethralaya Ashram), de la tradición Advaita Vedānta de Śhaṅkarāchārya; discípulo de Swāmī Sarveśānanda Sarasvatī y de su maestro Swāmī Śhānti Dharmānanda Sarasvatī.

Durante seis intensos años de auto-transformación estudió, contempló, aplicó y experimentó con el Maestro, en una relación personal y diaria, la sabiduría liberadora de la tradición revelada en las grandes escrituras completas y originales de las escuelas clásicas de espiritualidad y filosofía en India (ṣhaḍ-darśhana) y sánscrito:

  • Advaita Vedānta
  • Prasthāna Traya ´Triple Canon´ con el comentario de Śhaṅkarāchārya: Bhagavad Guītā, principales Upaniṣhads y Brahma Sūtras. Éste último con Bhāmatī, el subcomentario de Vāchaspati Miśhra.
  • Advaita Siddhi, de Madhusūdana Sarasvatī, parte del Bṛihat Prasthāna Traya ´Gran Triple Canon
  • Prakaraṇa granthas (textos secundarios) como Viveka Chūḍāmaṇi, de Śhaṅkarāchārya; Pañchadaśhī, de Vidyāraṇya Muni; Vedānta Paribhāsā, de Dharmarāja; Siddhānta-leśha-saṅgraha, de Appayya Dīkṣhita; Dakṣhiṇāmūrti-stotra ´Himno a Dakṣhiṇāmūrti´; Pañcīkaraṇa; Tattva-boddha; o Ātma-jñāna-upadeśha-vidhi.
  • Yoga Sūtras de Patañjali, con el comentario de Vyāsa, etc.
  • Sāṅkhya Kārikā de Īśhvara Kṛiṣhṇa.
  • El resto de las escuelas clásicas (astika darśhana): Artha-saṅgraha (Pūrva Mīmāṁsā); Tarka-saṅgraha (Nyāya-Vaiśheṣhika).
  • Gramática del sánscrito (vyākaraṇa): Laghu-siddhānta-kaumudī, de Varadarāja (simplificación tradicional del Aṣhṭādhyāyi de Pāṇini).

Fue iniciado además en la Tradición del Yoga Meditación del Himalaya por Swāmī Veda Bhāratī (Swami Rama Sadhaka Grama Ashram, Rishikesh; discípulo de Swāmī Rāma del Himalaya).

En Swami Rama Sadhaka Grama Ashram, Rishikesh empezó a transmitir el conocimiento, la práctica y la experiencia de las escrituras y la meditación; y coordinó Dhyāna Gurukulam, la escuela tradicional del ashram.

En 2014 la vida le trajo de nuevo a España, haciendo disponible directamente -sin vestiduras ni conversiones a lo que no eres-, el conocimiento, la práctica y la experiencia de estas escrituras de sabiduría universal que surgen y conducen a la realización directa e inmediata del Sí Mismo: Existencia, Consciencia, Felicidad misma, sin diferenciación ni transformación, ilimitado.