Invitación singular

2016-06-06

Hace pocos días he recibido una invitación singular. Se trataba de ir a practicar yoga a una bodega, donde después se iba a realizar una cata de vino. No recuerdo ni el nombre del profesor ni de la bodega, aunque admito que la pérdida de memoria propia de los años -o quizás la indiferencia hacia la información recibida- comienza a ser más beneficio que perjuicio. Escribe Emilio J. Gómez.

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Practicar yoga en una bodega como paso previo a una cata de vino… Si ante esta singular propuesta expongo que ello no entra dentro de los cánones del auténtico yoga y que es una ofensa frontal a la tradición, es posible que mi palabra se torne en punta de lanza en forma de defensa del auténtico yoga… igual que hiciera nuestro famoso hidalgo cuando arremetió contra los molinos de viento.

Si así obrara, sin duda que me estaría equivocando. Si, por el contrario, dejo pasar el evento sin realizar ningún comentario… también me estaría equivocando. Otro error sería aplaudir este tipo de prácticas basándonos en una errónea concepción de la difusión del yoga y de la libertad que concede.

Como ignoro los motivos por los que el profesor de yoga ha accedido a entrar en semejante juego -aunque imagino las causas: marketing, afán o necesidad de lucro, etc.-, decido optar por continuar con nuestra propuesta de trabajo interior, la cual consiste simplemente en… dejar que las cosas sucedan… darme cuenta del lugar de donde emerge la opinión… evitar el posible juicio… y sobre todo reconducir la atención hacia la consciencia de ser, en vez de permitir que la energía se disipe en disquisiciones carentes de sentido.

Sentir la presencia de ser al margen de los acontecimientos que puedan suceder a mi alrededor. Y aún más, utilizar tales circunstancias para continuar con nuestro trabajo de la transmutación de la energía en consciencia de ser. Cuando así lo hago, un suave distanciamiento de la noticia se produce acompañado de una notable indiferencia que muy bien podría denominar ecuanimidad… Observo cómo mi cuerpo toma aire y la conexión con el sí mismo se amplifica. A fin de cuentas, esto es lo que en verdad despierta mi sincero interés. Esto, y no andar entrometido en dimes y diretes, actos y contra actos de los demás.

Emilio J.GomezEmilio J. Gómez es profesor del Círculo de Yoga “Silencio Interior”

T 616.660.929 / info@silenciointerior.net

Más información: http://www.silenciointerior.net/