Diferentes caminos para acceder a un mismo estado: el Ser

2016-04-11

El Yoga es un camino hacia la libertad interna, hacia la percepción de nuestra naturaleza esencial, más allá del complejo mente-cuerpo. Escribe Chandra Maya Díez Querol.

Camino

A menudo somos presa del control de los sentidos, empeñados en identificarse con todo lo que nos rodea, y las fluctuaciones mentales nos mantienen en constante sube y baja emocional en busca de una seguridad basada en la relación con el medio en el que nos desarrollamos, siempre cambiante y sometido al devenir y, por tanto, a la incertidumbre.

Cada cultura posee sus propias estructuras de seguridad y control social, y de estas dependen en gran medida las necesidades y modas en constante adaptación. El yoga es, sin embargo, un método universal, transcultural y transdoctrinal, adaptable a toda forma y paradigma social.

Si bien es cierto que la experimentación de las categorías puras del Ser solo están al alcance de los más heroicos, ya que se requiere una enorme voluntad y entrega, también es cierto que el misterio del Yoga solo estriba y depende de la constancia y el esfuerzo orientados, mediante la práctica, hacia la eliminación de los obstáculos del carácter que nos impiden la percepción del Ser, igual que las nubes nos impiden la visión del sol. Tanto el Ser como el sol siempre están «ahí».

El arte y la ciencia del Yoga es un proceso intrínsecamente simple, claro y orientado hacia la purificación del carácter, aunque su éxito en la aplicación solo se obtendrá a través del duro trabajo, la constancia y la más alta aspiración.

Tradicionalmente existen 4 tipos de Yoga:

– Bhakti Yoga hace referencia al camino de realización divina a través del amor y la devoción. Kabir, el gran santo de la India medieval decía al respecto: “¿Dónde me buscas? Estoy justo a tu lado. Si me buscas sinceramente estaré contigo en un instante».

El primer paso en este camino es el ansia de lo divino, que mediante la oración nos permite percibir como ese ansia ya es parte de la divinidad. Si bien es cierto que sin devoción es difícil la oración, entendida esta como medio de diálogo con lo divino, también lo es a la inversa: sin ese diálogo interno con el Ser es difícil el desarrollo de la devoción, y la devoción es la forma del conocimiento de Dios.

Si nos resulta difícil confiar en los testimonios de nuestros antepasados, también podemos encontrar en nuestros días personas que han realizado la Verdad. Podemos reconocerlos porque sus días están llenos de paz, gratitud y amor incondicional. Afortunados aquellos llenos de dudas que se encuentran y reconocen a alguien así a temprana edad, ya que aunque la existencia de Dios como Ser Supremo pueda ser cuestionable, prácticamente todos los sistemas de filosofía hindú reconocen la existencia en los seres humanos de una fuerza interna de infinito poder, a la que podemos acceder a través del profundo anhelo y la devoción, Bhakti.

Lo que uno podría aceptar filosóficamente como una existencia interna detrás de cada Ser en el universo, un devoto lo percibe como experiencia inmediata y como sentimiento, porque la verdadera naturaleza de las cosas, su ser, se encuentra por encima del alcance finito de la razón y el discurso.

En India es común la práctica de Japa, un proceso casi mecánico de controlar la mente por medio de la repetición de una palabra sagrada, cuyo significado más profundo se manifestará con el tiempo en la mente y el corazón del devoto, siempre y cuando la repetición se realice con honestidad y concentración. No podemos olvidar que la meta es adquirir Bhakti, devoción.

– Karma Yoga es la realización a través del deber. Un karma yogui tiene un fuerte sentido de responsabilidad y deber consigo mismo, con sus vecinos, con la nación e incluso con el planeta y la humanidad si posee suficiente expansión.

De acuerdo a sus tendencias individuales, cada karma yogui canaliza su energía en una u otra dirección. No desea ver el mundo en términos de lo que vendrá tras la muerte; para ellos el mundo es suficientemente real y demanda toda su atención, de tal manera que no hay tiempo para sumergirse en la especulación filosófica.

Si el karma yogui, un hombre o mujer de acción, realiza sus tareas diarias con un sincero espíritu de Bhakti, comenzará a sentir que su voluntad personal gradualmente da paso a la voluntad divina. El mensaje de la Bhagavad Guita al respecto es claro: “No permitas que el deseo por los frutos de tus actos te lleve a la acción, pero tampoco a la inacción”, «Sólo a los actos tenemos derecho, no a sus resultados». La esencia del Gita no es otra que cumplir con el deber sin intereses egóicos.

– Jnana Yoga es el camino de conocimiento o discernimiento. De todas las incertidumbres del mundo, la cosa más cierta es la muerte. Este hecho inevitable ha rondado muchas mentes desde los comienzos de la civilización, despertando el deseo por conocer el misterio de la existencia a través de la búsqueda de la Realidad que transciende la vida y la muerte.

El Jnana Yoga aboga por rechazar lo que es falso y buscar con gran sentido de discernimiento lo que es verdad, por ello el Jnani yogui rehúsa identificarse con aquello que le parece irreal, analiza todo lo que pertenece al mundo de los sentidos como “Neti, Neti- esto no, esto no”, y con esfuerzo se mantiene desapegado de aquello cuya naturaleza es transitoria.

En vez de emplear directamente el método de rechazo, el aspirante que transita el sendero del Jnana yoga puede comenzar con una idea positiva: él es el sí mismo o consciencia, como identidad suprema separada del cuerpo. En la noche el crujir de un árbol es confundido con un fantasma, pero un amigo viene y le dice al asustado viajero que es un árbol y no un fantasma. El viajero tiene esta idea impresa en su cabeza, y según se acerca se da cuenta que aquello que se imaginó como un fantasma no es nada más que un árbol.

Esto ilustra en gran medida el proceso del Jnana Yoga: aquel que se acerca a este camino debe ser un espíritu sin miedo, con una
desmesurada fortaleza mental y un ansia inmensa de conocimiento, y cuyos actos respondan automáticamente a sus elevados pensamientos. La esencia del Jnana Yoga es la discriminación entre lo real y lo irreal.

– Raja Yoga es la ciencia y el arte de concentrar la mente. Una mente incapaz de concentrarse en una sola dirección, incapaz de controlar sus movimientos, nunca podrá ser un instrumento válido para la realización de la Verdad. Cuando no hay movimiento de las aguas en el lago, la luna se refleja claramente, tal cual es. De la misma manera, cuando la mente esta en calma sin distracciones es posible contemplar la Verdad de las cosas.

La tendencia de la mente es divagar, viajar del cielo a la tierra, permanecer en el pasado y el futuro, y la solución tampoco está en el intento de controlar los pensamientos frontalmente, sino en desarrollar la voluntad de mantenerse consciente. Eso es lo que busca el yoga y la meditación.

Patanjali, el primero en escribir sobre el Raja Yoga, analiza minuciosamente la naturaleza y funcionamiento de la mente, sugiriendo un sistema muy específico para detener sus fluctuaciones, sistema que constituye la esencia y finalidad del Raja Yoga.

Chandra Maya Díez Querol. Yoga Integral. Facebook Chandramaya

www.chandramayoga.wix.com/yogaintegral